El Deportivo Alavés salió de San Mamés con algo más que una derrota: además de perder una enorme oportunidad para encarrilar la permanencia, los albiazules volvieron a mostrar su peor cara en cuanto a juego. Ramplones en ataque, incapaces siquiera de exigir a Unai Simón –salvo en una ocasión–, y cometiendo en defensa un grosero error que echó por la borda el buen trabajo realizado hasta ese momento. Derbi para olvidar.
Lo único positivo del encuentro es que la diferencia en el marcador no fue mayor. Algo que, con la igualdad que hay en la zona baja, puede llegar a ser decisivo, sobre todo en la lucha con el Leganés. Los pepineros son ahora la principal amenaza a la salvación del Glorioso, pues limitan la zona de descenso y están a solo un punto. Y, con el resultado particular en tablas, es el desempeño goleador general el que decide en caso de empate.
Más allá del resultado, lo preocupante fue la imagen del Alavés, similar a la que se había visto entre enero y marzo y que parecía olvidada. El Athletic, bastante cansado por sus compromisos europeos, no necesitó de mucho para superar a los pupilos del Chacho Coudet. Los de Ernesto Valverde dominaron, eso es cierto; pero Antonio Sivera solo tuvo que intervenir en una ocasión y el tanto que decidió el derbi fue en propia puerta.
Esta derrota, que los babazorros no mostraron en ningún momento capacidad para evitar, ha roto la racha tan buena del equipo a domicilio. Hasta el domingo, solo se había perdido un partido lejos de Mendizorroza con el técnico argentino, y este había sido frente al Barcelona, que está a punto de proclamarse campeón de Liga. La condición de visitante había sido el refugio del Glorioso a los pobres resultados en su estadio.
SIN RED
Tras la decepción en San Mamés, el Alavés ha vuelto a quedarse sin margen de error de cara a la batalla por la permanencia. Como se ha mencionado, el Leganés ha recortado distancias hasta ponerse a un punto y la UD Las Palmas está a tres. En caso de empate con los madrileños, la diferencia de seis goles en el desempeño general favorece a los gasteiztarras. Y a los canarios, eso sí, se les tiene ganado el resultado particular.
A los de Coudet, como ya es de sobra sabido por las veces que se ha repetido, les queda medirse al Valencia y Osasuna en Mendizorroza y, entremedias, visitar el campo del descendido Real Valladolid. Tres compromisos que pueden ser más complicados de lo que parecía hace unas semanas. Los che, gracias a su gran remontada, aspiran ahora a meterse a Europa y los rojillos también podrían llegar con opciones de ello al derbi.
El Leganés, por su parte, deberá visitar al Villarreal y Las Palmas y recibir al Pucela en la última jornada. Ese duelo directo en el Gran Canaria apunta a ser agónico, pues podría suponer el descenso matemático de uno de los dos dependiendo de los resultados del resto de rivales en la batalla. Y a los canarios, aparte de ese duelo con los pepineros, les resta también verse las caras con el Sevilla y el Espanyol, ambos a domicilio.
Lo positivo para todos los implicados es que los hispalenses, precisamente, se han metido de lleno en esa pelea. Joaquín Caparrós no ha sido capaz de reconducir el rumbo y, con solo tres puntos más que el Alavés, no pueden estar tranquilos. Mucho menos recibiendo a Las Palmas este martes, con el Bernabéu y La Cerámica en el horizonte, y con los ánimos de su afición cada vez más candentes. Están remando en contra.
E igual de preocupados están en Montilivi, con el Girona en los mismos puntos que el Sevilla. A los de Míchel, que ya se ha incorporado tras su ingreso en el hospital, les queda visitar al Valladolid y la Real Sociedad y recibir al Atlético. Es bastante probable, sin embargo, que ninguno de sus tres rivales se juegue nada, por lo que su hoja de ruta es la más sencilla de las cinco mencionadas. Aun así, el paso atrás gironí ha dado miedo.