A orillas del Turia no se escucharon vítores cuando el nombre de Luis Rioja apareció entre los refuerzos estivales. El extremo sevillano, que llegaba al Valencia tras varios años siendo indiscutible en el Deportivo Alavés, generó más dudas que ilusión en una afición que esperaba a alguien rimbombante. Su incorporación se percibía como un movimiento discreto, casi de fondo de armario, en un mercado cada vez más exigente.
Pero el tiempo ha dado la razón a los que apostaron por él. Rioja, que llevaba tiempo buscando salir del Paseo de Cervantes, ha respondido con creces a la oportunidad y se ha convertido así en una pieza clave del engranaje valencianista. Con su verticalidad y trabajo incansable, siempre pensando en el bien del colectivo, ha ido ganándose el respeto de Mestalla y el reconocimiento de quienes dudaban. Su papel es de protagonista.
Y eso que su camino como che no ha sido nada sencillo. La primera vuelta del Valencia, con Rubén Baraja a la cabeza, no pudo ser peor. Llegaron a enero como colistas y, considerando también el tormento institucional, todo apuntaba a que esta vez no se librarían del descenso. En ese momento, Rioja tuvo mucho que ver para que el joven grupo no perdiera la fe. No era una situación nueva para él, se había curtido en mil batallas con el Alavés.
LLEGADA DE CORBERÁN
El desembarco de Carlos Corberán, pocos días después del empate en casa contra los babazorros, lo cambió todo. Pese a la goleada recibida por el Barça, el técnico de Cheste dio bastantes más argumentos futbolísticos al equipo y los resultados no se hicieron esperar. Hacer de Mestalla un fortín ha sido una de las grandes claves: solo el Real Madrid y el Atlético han ganado allí, con un balance de seis triunfos, un empate y dos derrotas.
Actualmente, con la remontada completada y el Valencia ya salvado matemáticamente, Rioja sigue siendo muy importante y, además, sueña con meter al club en competición europea. Su racha es increíble, no habiendo conocido la derrota en las últimas diez jornadas, y son claros candidatos a ello. Algo que nadie en su sano juicio hubiera podido predecir hace unos meses. Así es el fútbol, capaz de cambiar de la noche a la mañana.
A falta de tres jornadas para el final del campeonato, el de Las Cabezas de San Juan ha jugado 34 partidos de Liga, 31 de ellos como titular, y ha marcado cinco goles y repartido tres asistencias. Sus números, aun siendo buenos, no hacen justicia a su papel en el esquema de Corberán ni a su importancia dentro del vestuario che. Por cierto, está jugando por la derecha, donde como babazorro no solía rendir tan bien como por la izquierda.
VUELTA A MENDIZORROZA
Reencontrarse con Mendizorroza seguro será especial para un Rioja que, durante seis cursos, defendió la zamarra albiazul en 189 ocasiones. El primero de ellos, llegado del Almería, no estuvo a la altura de las expectativas, pero el resto sí. Fue casi siempre titular sin importar quién fuera el técnico del Alavés y su única mancha negra, la del descenso en 2022, la compensó quedándose y siendo fundamental en la consecución del ascenso.