El aliento de Mendizorroza resulta estéril

Ni el aliento de más de 19.000 almas, ni la autoexpulsión de Mbappé tras una entrada criminal a Antonio Blanco, ni la versión más mediocre de un gris Real Madrid ni el propio entusiasmo de sus jugadores.

Con semejantes condicionantes podía intuirse que el Alavés sacaría algo positivo de la visita del Real Madrid, pero Mendizorroza se quedó finalmente con las ganas de celebrar un resultado positivo de un conjunto albiazul para quien jugar al amparo de su público se ha convertido en un pequeño suplicio.

Son ocho partidos desde la llegada de Eduardo Coudet al banquillo con un pírrico bagaje de cinco puntos de 24 posibles tras una sola victoria (Villarreal), dos empates (Athletic y Celta) y cinco derrotas (Girona, Getafe, Espanyol, Rayo Vallecano y Real Madrid). Un latigazo de Camavinga al filo de la media hora le bastó al conjunto merengue para imponer la lógica y prolongar la incertidumbre respecto a las esperanzas de salvación albiazules.

Números que por razones obvias justifican las apreturas clasificatorias y motivan que el Glorioso no sea capaz de adquirir un mínimo colchón sobre la zona roja de la tabla. El equipo vitoriano no consigue hacer mínimamente de su estadio un fortín y de no variar esta dinámica las consecuencias pueden ser letales. Sobre todo, porque todavía restan por visitar el campo del Paseo de Cervantes rivales de enjundia como la Real Sociedad, el Atlético de Madrid, el Valencia y Osasuna.

Asencio y Vinicius, en la diana

Y todo ello pese a que Mendizorroza volvió a vestir sus mejores galas tras rozar este domingo el lleno ante el Real Madrid. Sin embargo, el aliento de su duodécimo jugador volvió a resultar a todas luces insuficiente. Cuando se cantó el himno albiazul a capela en los prolegómenos al personal se le puso la piel de gallina y creció la convicción de sumar algún punto ante el gigante blanco.

La grada albiazul estuvo especialmente incisiva con dos futbolistas merengues: Asencio y Vinicius. En la mañana previa al partido aparecieron una serie de panfletos colocados en los aledaños del estadio babazorro con una noticia sobre los problemas judiciales que acechan al defensor madridista.

Asencio sigue imputado por pornografía infantil después de que la Audiencia de Las Palmas haya rechazado el recurso de apelación presentado por la defensa del jugador contra el auto del Juzgado de Instrucción número 3 de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), que acordó proseguir la investigación en su contra por la presunta difusión de un vídeo de carácter sexual de una menor de 16 años. Por este motivo, los cánticos contra Asencio arreciaron en diferentes tramos del encuentro.

En el caso de Vinicius, esta vez suplente y pitado desde el preciso instante que salió a calentar al inicio de la segunda mitad junto a Bellingham, también estuvo en el punto de mira por su fallida tentativa de conseguir el Balón de Oro.

El encuentro se paró durante un par de minutos y se lanzó un mensaje por megafonía y marcador: “El Deportivo Alavés rechaza y condena cualquier forma de violencia, racista o xenófoba en el deporte. Animar con pasión y respeto”.

A tenor de los precedentes de esta temporada, el Alavés se expone a una fuerte multa económica por parte de Antiviolencia, quien acostumbra a mirar con lupa todas las jornadas el comportamiento de la grada de Mendizorroza.