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El Alavés vuelve a las andadas

El conjunto vitoriano falla dos goles a puerta vacía y encaja el mazazo en el epílogo tras un regalo de Diarra

Los jugadores del Alavés, abatidos tras el tanto del Girona en los últimos compases

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El Deportivo Alavés vuelve a las andadas e inaugura el 2025 de la manera más fatídica y cruel que existe en el fútbol, con un gol en el minuto 90. El Girona, sin hacer méritos para ello, se encontró con un errático despeje de Diarra en el área pequeña y certificó la derrota albiazul gracias a su única ocasión en su paso por Vitoria.

De nuevo, los pequeños detalles como la falta de gol y las desconexiones defensivas se convirtieron en una rémora de un equipo que no termina de carburar en la 'era Coudet' y que, en consecuencia, sigue sin lograr la ansiada victoria con el técnico argentino al frente.

Más goles esperados

Y eso que, en la comparación entre el Alavés y Girona, quien realmente hizo méritos como para certificar los tres puntos fue, precisamente, el anfitrión. Sin que sea un indicativo de máxima fiabilidad, la diferencia de goles esperados entre el conjunto vitoriano (1,68) y el catalán (0,56) demuestra que el equipo de Coudet tuvo ocasiones suficientes para lograr la victoria. Sin embargo, no hubo manera de abrir la lata ante un rival que apenas generó peligro y, para más inri, cuando todo apuntaba a un empate, el Glorioso cometió un grosero e imperdonable error en la zaga que su adversario no falló.

Era la jornada marcada como el escenario para dar un golpe sobre la mesa y mostrar las pinceladas del libreto del técnico argentino, aunque poco o más bien nada ocurrió durante la primera media hora de juego en el Paseo de Cervantes. Con el paso de los minutos, el Deportivo Alavés pasó de defender más cerca de su área a subir su línea de presión, y fue precisamente tras esta variación cuando más cerca se encontró de ver portería.

Las recuperaciones de balón por parte de Guridi, Kike y Blanco hicieron sangre en las filas del equipo catalán, y el Girona comenzó a sufrir ante un Alavés mucho mejor plantado. Fruto de una intercepción llegó la ocasión más clara del encuentro, en la que Conechny, ligeramente condicionado por un leve empujón de Arnau –que el árbitro señaló penalti y tras revisarlo en el VAR lo anuló–, envió fuera de portería de manera inexplicable un disparo con el que pudo haber abierto la lata.

Eso sí, como si de una partida de ajedrez se tratase, ambos rivales se encomendaron a la tarea de contener las fortalezas de su adversario y evitar sustos en su propia portería. El equipo de Coudet, en este sentido, apenas concedió ocasiones a un Girona contemplativo que no recordó a la apisonadora del ejercicio pasado. Pero tampoco hubo continuidad en lo que al juego se refiere ni un cambio significativo en el modelo de juego entre el técnico argentino y Luis García.

Además, el Alavés se vio obligado a reajustar su plan inicial antes de lo previsto. Coudet tuvo que realizar dos sustituciones a la media hora por molestias físicas (Joan Jordán y Carlos Martín fueron sustituidos por Guevara y Conechny) y el Girona hizo lo propio con Miguel Gutiérrez por Danjuma. La entrada del gasteiztarra y de Conechny mejoró ligeramente las prestaciones de un equipo que hasta el momento apenas había hilvanado ataques vertiginosos.

Tras la vuelta de vestuarios, el encuentro discurrió por un guion similar al del primer tiempo, pero con un Alavés con las ideas más claras que su adversario. Salvo un despiste de Owono en un saque de meta, apenas se registraron acercamientos por parte de un Girona que se encontró con un regalo en el epílogo dentro del área pequeña.

Pero antes del zarpazo de Solís en el minuto 91, el Glorioso tuvo la ocasión más clara del segundo asalto. En esta ocasión, otro contragolpe trenzado de maravilla entre Blanco y Carlos Vicente propició un centro a Conechny, pero el argentino, como si un maleficio se hubiera adueñado de él, no remató entre palos. Dos goles prácticamente cantados que, no obstante, el Alavés no materializó, propiciando a la postre una derrota muy dolorosa en Mendizorroza.

Y cuando todo parecía estar abocado a un empate sin goles, el Girona aprovechó un horroroso despeje de Diarra para hundir por completo al Deportivo Alavés. Los rostros de los 11 futbolistas tendidos sobre el terreno de juego evidenciaron la crudeza de un gol que constituye un severo varapalo en la lucha por la permanencia y que, lógicamente, llena de dudas a la plantilla vitoriana.