Después de cinco derrotas consecutivas en Liga, el Deportivo Alavés llegaba al choque del viernes frente al Mallorca con la necesidad de llevarse una alegría. No solo para volver a marcar distancias con el descenso, que ya le pisaba los talones, sino también para recobrar confianza y alejar los fantasmas que, pese a tener el apoyo de la afición, habían empezado a merodear el banquillo de Luis García Plaza. Así es el nerviosismo en el mundo del fútbol.
Para una cita tan importante, sobre todo por ser en Mendizorroza, el técnico albiazul decidió recurrir a gran parte de su vieja guardia, y la apuesta le salió muy bien. Igual no de la manera que él esperaba, pues Carlos Protesoni, uno de sus más fieles guerreros, tuvo que retirarse lesionado sobre el primer cuarto de hora de juego; pero sí como para, cerca ya de las once de la noche, poder celebrar sobre el césped babazorro la tan ansiada victoria.
Aparte del centrocampista uruguayo, fueron titulares contra el Mallorca otros seis de los futbolistas que habían acompañado a Luis García desde su llegada a Vitoria-Gasteiz, cuando un recién descendido Alavés buscaba empezar de cero: Antonio Sivera, Nahuel Tenaglia, Abdel Abqar, Antonio Blanco -cesión en invierno-, Jon Guridi y Abde Rebbach. Una base de plena confianza que, por todo lo vivido, volvería a dejarse la piel por él.
Tres de los cuatro puestos restantes, además, fueron completados por un infalible y curtido en mil batallas, como lo es Kike García, y dos hombres muy agradecidos por la confianza depositada en ellos para dar el salto a la élite: Carlos Vicente y Adrián Pica. Si se considera, ya que así fue, que este último llegó como refuerzo para el Miniglorias, la realidad es que Manu Sánchez fue el único fichaje de este verano presente en el once del viernes.
Y el resultado de la apuesta por la vieja guardia es de sobra conocido. Aunque hizo falta un esfuerzo físico titánico para ello, un gol de Guridi en la recta final del partido permitió al Alavés derrotar a un Mallorca que llegaba al Paseo de Cervantes como séptimo clasificado, tras un inicio de curso más que notable. Pocas escuadras tan incómodas como la de Jagoba Arrasate podrían haberse encontrado los albiazules para un día así de importante.
Más allá de los tres puntos, cabe destacar el paso adelante que dio el Glorioso a nivel colectivo. Los once futbolistas sobre el césped fueron uno, peleando por cada balón como si fuera el último, y esto hizo que, incluso no estando excesivamente bien en las combinaciones, el equipo recuperase su carácter competitivo. La afición, además, no falló en las gradas; sus cánticos llevaron en volandas a los futbolistas durante los 90 minutos.
Donde mayor mejoría se vio fue en la parcela defensiva, que necesitaba una actuación así de manera urgente. Después de varias semanas encajando muchos goles -un total de 12 en las cinco derrotas-, el Alavés cerró filas y logró que los baleares solo crearan una ocasión clara en toda la velada. La del viernes fue, probablemente, una de las noches más plácidas de la temporada para Sivera, quien no mantenía su puerta a cero desde el 1 de septiembre.
CONTINUIDAD
Visto el buen rendimiento del equipo, en el que también se puede destacar a Ander Guevara, pues fue quien reemplazó a Protesoni a los 17 minutos, está por ver si Luis García le da continuidad en las próximas jornadas. Pese a que la variedad es una virtud, el no haber encontrado hasta ahora un once tipo puede haber perjudicado a los albiazules, si bien es cierto que tampoco han ayudado a ello las lesiones que han habido, sobre todo, en la zaga.
En lo que va de Liga, los futbolistas que más minutos han jugado, obviando a Sivera (1.080), han sido Carlos Vicente (980), Abqar (861), Tenaglia (855), Manu Sánchez (853), Guevara (694), Blanco (679), Guridi (625), Diarra (520), Stoichkov (546) y Kike García (526). Es decir, solo tres de las caras nuevas de este verano están entre los diez con mayor participación. Asimismo, Romero (184), Villalibre (210) y Novoa (220) son los que menos han jugado.