Asier Villalibre llegó este verano a Mendizorroza con un claro objetivo en mente: relanzar su carrera. Así lo manifestó el propio Búfalo de Gernika en su presentación como nuevo futbolista del Deportivo Alavés y, del mismo modo, se entendió de puertas hacia fuera, después de desperdiciar una temporada completa en el Athletic, a donde había regresado tras erigirse como en el gran héroe del último ascenso babazorro a Primera División. 

La nueva etapa del delantero vizcaíno en el Paseo de Cervantes, sin embargo, no ha empezado como él seguramente se había imaginado. Alcanzado ya el segundo parón liguero del curso, con nueve jornadas disputadas y diez puntos en el casillero del Glorioso, el ‘9’ albiazul es el cuarto integrante de la plantilla que menos minutos ha jugado (177), solo por delante de Adrián Pica (132), del filial, Luka Romero (155) y Carlos Martín (176). 

Los escenarios ante los que se ha encontrado Villalibre, además, han sido bastante adversos. Salvo en Real Arena, donde fue titular y ofreció una notable actuación, marcando incluso de penalti, el de Gernika ha salido como revulsivo en tres partidos que ya estaban muy cuesta arriba (Celta, Espanyol y Getafe), con el Alavés casi maniatado, y de inicio en el Santiago Bernabéu. Allí, frente al Real Madrid, se limitó a correr detrás de la pelota. 

Uno de los factores que ha propiciado este rol secundario del Búfalo ha sido su falta de ritmo competitivo en las primeras semanas del campeonato. Al no haber jugado apenas con el Athletic durante la campaña pasada (856 minutos entre Liga y Copa), recaló en Mendizorroza lejos del estado de forma necesario para competir en la máxima categoría, lo que le obligó a realizar un plan individual en pretemporada para equipararse al resto.

Esto último, claro está, benefició a Kike García, que se mantuvo por delante en los planes de Luis García Plaza. Lo cierto es que el manchego, por haber rendido bien el ejercicio anterior, ya partía con cierta ventaja respecto a Villalibre, pero la misma fue todavía mayor en tales circunstancias. Él es, en la actualidad, el punta que más minutos ha disputado (423) y también está al frente, con dos dianas, en la amplia tabla de goleadores

Otro factor que ha restado protagonismo al ariete de Gernika ha sido la irrupción de Toni Martínez. Si bien el murciano suma varias jornadas sin ver portería, sus dos goles en sus dos primeras participaciones, aun no habiendo entrenado apenas con el equipo en Ibaia, le convirtieron en objetivo de todas las miradas. Además, cada vez que recibe el balón da sensación de peligro, aptitud demasiado valiosa para una escuadra como el Alavés. 

DIFICULTAD ESPERADA

Que uno de los tres delanteros, en este caso Villalibre, esté teniendo menos oportunidades que el resto no es, eso sí, ninguna sorpresa. El dibujo de Luis García, archiconocido por su 4-2-3-1, dificulta mucho la participación de un tercer punta durante los partidos y así, por ejemplo, lo comprobó Jon Karrikaburu la campaña pasada. Con Samu Omorodion a tope y Kike en un buen momento, el de Elizondo tuvo que salir en enero

Lo positivo para el Búfalo es que el curso es largo, pudiendo cambiar su rol de la noche a la mañana, y que el técnico madrileño siempre se ha caracterizado por premiar el esfuerzo y buen rendimiento. Dando por hecho que minutos, por pocos que sean, va a tener a su disposición, en su mano está aprovecharlos para dar un paso al frente en la rotación. La Copa, que llegará dentro de poco, también puede ser un escenario idóneo en ese sentido.

De todas formas, aun no habiendo empezado su segunda etapa como babazorro con tantos minutos como le hubiera gustado, no hay que olvidar que la apuesta del Alavés por Villalibre no es baladí. Firmó hasta 2028, previo pago al Athletic por su traspaso, y se convirtió así en uno de los futbolistas con el acuerdo más largo del Paseo de Cervantes, solo por detrás de Santi Mouriño, Hugo Novoa y Joaquín Panichelli (2029) y en igualdad con Mousa Diarra, Tomás Conechny, Abde Rebbach y Toni.