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Alavés 0-2 Osasuna: los babazorros pagan cara su falta de puntería

Los goles de Arnaiz y Budimir deciden a favor de los rojillos, con un hombre más por la discutible expulsión de Blanco al comienzo de la segunda mitad

En imágenes: Alavés- Osasuna, segundo derbi de la temporada en MendizorrozaAlex Larretxi

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El Deportivo Alavés volvió a ser víctima de sus errores en el derbi de este domingo frente a Osasuna. Pese a que hicieron méritos para reencontrarse con la victoria, los babazorros acusaron su falta de efectividad en ataque y, con un hombre menos durante gran parte de la segunda mitad debido a la discutible expulsión de Blanco, fueron superados (0-2) por Osasuna en Mendizorroza, donde decidieron los goles de Arnaiz y Budimir. 

Para este segundo compromiso de la semana, Luis García Plaza realizó un total de cinco variaciones respecto al once que formó el jueves ante el Celta en Balaídos. Tenaglia se estrenó en el lateral derecho, brindando descanso a Gorosabel; Duarte y Rioja recuperaron su titularidad en la banda izquierda en detrimento de Javi López y Abde; Blanco ocupó el lugar del lesionado Guridi; y Kike García arrancó como único punta en vez de Samu.

La puesta en escena fue muy buena. El Alavés saltó al césped dispuesto a llevar la batuta y, con su intensidad y verticalidad, logró desconectar a Osasuna, superado en las segundas jugadas y demasiado errático en las transiciones. No se había visto este curso un dominio tan claro de los albiazules, a quienes solo les faltó aprovechar esa superioridad para romper la igualdad del marcador. Algo que, si no llegó, no fue por falta de ocasiones.

La más clara, en concreto, la tuvo Hagi. El mediapunta rumano fue titular por tercer encuentro consecutivo y, desde el comienzo, se mostró más participativo y liberado de lo habitual. Apareció una y otra vez entre líneas, dejándose caer también a la banda derecha, y en un contragolpe estuvo a punto de poner el 1-0. Una pena que su remate, asistido por Guevara, se marchara rozando el palo. También lo intentó de falta, al igual que en Vigo.

Superado ese agobio inicial, Osasuna empezó a combinar mejor y, gracias a ello, logró cierto protagonismo, aunque sin hilvanar ninguna jugada de excesivo peligro. La diferencia fue que, al contrario que el Alavés, los navarros no necesitaron demasiado para tomar ventaja. Como si de un castigo a la falta de efectividad albiazul se tratara, Arnaiz se sacó de la manga un potente y seco disparo desde fuera del área que se coló por la escuadra (0-1). 

Afortunadamente, el tanto visitante no provocó que los locales cesaran en su empeño, si bien volvieron a acusar su escasa puntería. En el minuto 37, Rioja tuvo en su cabeza la ocasión para empatar y fue el exalbiazul Herrera, mediante una espectacular para sobre la línea de gol, quien salvó a los rojillos. Así se llegó al descanso en Mendizorroza, con la certeza de que el Glorioso había sido superior que su rival, pero con Osasuna por delante. 

Si el mero hecho de remontar ya suponía un reto, las cosas se le iban a complicar aún más al Alavés al comienzo de la segunda mitad. Después de una clarísima oportunidad desaprovechada por Hagi a pase de Kike -una de esas que no se pueden fallar-, Blanco vio una roja directa cuestionable por derribar a Arnaiz, ya sin el balón controlado antes del choque, cuando se disponía a entrar en el área. En consecuencia, los babazorros tuvieron que jugar en inferioridad numérica durante más de 40 minutos. 

Tratando de reorganizar a su equipo, Luis García dio entrada inmediatamente a Gorosabel, Benavídez y Samu en lugar de Tenaglia, Hagi y Kike. Dibujando un 4-4-1, el conjunto babazorro siguió dominando el partido, aunque con más dificultades para generar peligro. Al mismo tiempo, Osasuna se mostró muy timorato, incluso jugando con un hombre más. Si alguien puso pimienta a la recta final, ese fue, sin lugar a dudas, el Alavés. 

Los minutos, sin embargo, fueron pasando y las ocasiones para marcar el gol del empate no terminaron por llegar. Aun con Karrikaburu (Rioja) y Alkain (Guevara) sobre el césped, fueron los rojillos quienes, al contragolpe, disfrutaron de las mejores ofensivas. Primero avisó Rubén García, cabeceando al larguero, y justo antes de la prolongación mató la contienda Budimir (0-2). Hubo 10 minutos de añadido y, por ende, de agonía, con un penalti pitado por mano de Marín que tuvo que rectificar el VAR.