Si bien es cierto que empezar la temporada con buen pie no garantiza, ni mucho menos, que el desenlace de la misma vaya a ser el deseado, el mero hecho de que las sensaciones iniciales sean positivas sí que puede evitar decisiones precipitadas en las altas esferas. Algo que, en el pasado, ya sufrió el Deportivo Alavés y que, hace apenas unos días, pudo verse en el Villarreal, quien despachó sin reparos a su técnico Quique Setién.
Gracias a sus dos grandes victorias frente al Sevilla (4-3) y el Valencia (1-0), ambas en Mendizorroza, los babazorros han conseguido alejar la negatividad que sí ha invadido a otras aficiones de LaLiga y, al mismo tiempo, han igualado el segundo mejor arranque de su anterior, y más longeva, etapa en la élite. Ese que, en concreto, logró el plantel dirigido por Mauricio Pellegrino, también en el curso de regreso a la máxima categoría (2016-17).
Aquel año, el Alavés comenzó la temporada con tres empates y una victoria –contra el Barça en el Camp Nou– y la terminó salvándose de manera muy holgada, sin olvidar su histórica presencia en la final de la Copa del Rey del Vicente Calderón. Todo ello, con una plantilla joven, compuesta por varios cedidos como en la actualidad, y en la que destacaron los nombres de Pacheco, Femenía, Laguardia, Theo, Llorente o Manu García, entre otros.
Por delante, aunque no demasiado lejos, del Glorioso actual está el equipo dirigido por Abelardo Fernández en la campaña 2018-19. A estas alturas, el técnico asturiano había cosechado un punto más y, a esos siete, les sumaría otros tres en la quinta jornada, cuando, al igual que ocurrirá este viernes, los albiazules visitaron al Rayo Vallecano. Los de Pellegrino, por su parte, cayeron a domicilio frente al Valencia, ralentizando así su ritmo.
Así las cosas, el Alavés actual está en disposición de mejorar la trayectoria del plantel dirigido por el argentino y, asimismo, mantenerse cerca del de Abelardo. Para ello, eso sí, los de Luis García deberán empezar a sacar cierto provecho lejos del Paseo de Cervantes. Cayeron en el estreno liguero contra el Cádiz (1-0) e hicieron lo propio en su expedición al Coliseum Alfonso Pérez, donde el Getafe venció (1-0) con polémica arbitral al final.
En ninguno de los partidos fueron inferiores los gasteiztarras, eso es cierto, pero sí pagaron caro sus errores puntuales. Esos que, si bien en Segunda podían pasar desapercibidos, en Primera son determinantes, y mucho más a domicilio. Afortunadamente, el Glorioso tiene margen de mejora, sobre todo, ahora que el entrenador babazorro cuenta con más alternativas gracias a los últimos fichajes, cada vez más asentados en el equipo.
Ahora bien, el Rayo no va a ponerle las cosas nada fáciles al Alavés. Después de la goleada (0-7) recibida en casa ante el Atlético, y la posterior derrota (1-0) contra el Real Betis en el Benito Villamarín, los franjirrojos necesitan dar una alegría a su afición. Su situación no es peligrosa, pues salieron victoriosos de las dos primeras jornadas, pero un nuevo varapalo –frente a un recién ascendido, además– empezaría a generar nerviosismo.
PEORES INICIOS
Tal y como se ha mencionado al comienzo, gracias a los seis puntos en las cuatro primeras fechas que ha conseguido el Glorioso, Luis García y sus pupilos han evitado esa ola de negatividad que sí están surcando otros equipos de LaLiga como el Villarreal, Granada, Mallorca, Las Palmas, Almería e, incluso, Sevilla y que, en la anterior etapa albiazul en la máxima categoría, ya inundó el Paseo de Cervantes.
Con Luis Zubeldía y Gianni De Biasi a la cabeza, el Alavés arrancó la temporada 2017-18 acompañado por seis derrotas consecutivas, lo cual, sin embargo, no le impidió lograr la permanencia; y, en la 2021-22, Javi Calleja cosechó cinco. La diferencia es que, en esta última ocasión, los gasteiztarras sí perdieron la categoría. Ni José Luis Mendilibar ni Julio Velázquez pudieron evitar la debacle.