Ha costado más de lo esperado, sobre todo teniendo en cuenta los deseos del propio futbolista, pero su regreso ya es oficial. Nada se ha torcido en las últimas horas y, gracias a ello, Nahuel Tenaglia podrá defender la zamarra del Deportivo Alavés desde este verano, sin la necesidad de esperar hasta el 31 diciembre. Esa era la fecha marcada para la finalización de su contrato con Talleres de Córdoba, a la cual se tendría que haber llegado en caso de que ambos clubes no hubieran alcanzado un acuerdo por su traspaso.

Afortunadamente, las negociaciones han llegado a buen puerto y el lateral argentino ha firmado como albiazul hasta 2027. Una apuesta importante, al igual que otras tantas que se han hecho este verano, pero que el de Saladillo se ha ganado sobre el césped. Fue, sin duda, uno de los grandes artífices del reciente y emocionante ascenso a la Primera División.

Tenaglia, de 27 años, defendió el escudo del Alavés por primera vez en el curso 2021-22 y, pese a que formó parte del descenso, seis meses fueron suficientes para que tanto el club como la afición babazorra vieran futuro en sus botas. Más tarde, ya en Segunda a las órdenes de Luis García, dio el paso al frente esperado y, gracias a su buen hacer en defensa –sin olvidar su esfuerzo incansable–, fue indiscutible y se convirtió en uno de los mejores zagueros de la categoría de plata. 

En concreto, el futbolista argentino ha disputado 53 partidos oficiales con la escuadra gasteiztarra –14 de ellos en la élite–, ha marcado tres goles y ha repartido tres asistencias. Ahora, solo necesita adaptarse a las exigencias de Primera, que no va a ser tarea sencilla, y dar continuidad así a sus buenas actuaciones de la pasada temporada. Si lo consigue, el Glorioso tendrá la certeza de que su costado derecho está firmemente protegido

No obstante, es digno de mención que, al contrario que en Segunda, Tenaglia va a tener durante este curso a un feroz competidor por su puesto. Andoni Gorosabel no es Anderson Arroyo, quien apenas contó para Luis García en todo el año, y su mayor experiencia en la élite puede ser diferencial en las primeras semanas de competición. Sin olvidar, además, el hecho de que la pretemporada del guipuzcoano ha sido más exigente que la del de Saladillo. 

Sea como fuere, lo más importante es que, con el regreso del argentino –siempre que termine oficializándose–, el Alavés cierra su lateral derecho, el cual ha dado varios dolores de cabeza a Sergio Fernández a lo largo del verano, y puede centrarse ya en reforzar la parcela ofensiva, donde, en estos momentos, la necesidad es grande.