Asier Pérez de Mendiola es, en pleno derecho, árbitro de Primera División. Después de cuatro temporadas en la categoría de plata y de una evolución imparable desde el fútbol base alavés, el asistente vitoriano se estrenará en la máxima categoría en apenas mes y medio. El colegiado vitoriano recuerda en DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA sus inicios en el arbitraje y el incesante esfuerzo que ha realizado durante años para ganarse el premio de arbitrar en Primera División.

Es un sueño hecho realidad, ¿no?

Muchas gracias. Tal cual. Es algo que para mí era inalcanzable de cuando comencé a arbitrar siendo un crío. Lo último que imaginas es subir a Primera División. Sí que es verdad que cuanto más cerca estás, más posible lo ves. Pero siempre lo he visto muy lejos, me ha tocado vivirlo.

Tocado, o ganado, mejor dicho.

Sí, es un poco de todo. Hay que trabajar muy duro, el nivel de la plantilla y de los compañeros es muy alto. Tienes que contar con esa pequeña fortuna de que vaya saliendo todo como planeas y así ha sido.

¿Cómo nació su pasión por el arbitraje?

Yo jugaba en el Iru-Bat y en cadetes, con 15-16 años, me lesioné la rodilla. Fui al servicio médico de la Federación Alavesa de Fútbol y vi que había un cartel para apuntarse a ser árbitro. Me apunté para aprender las normas porque seguro que iba a estar entretenido durante esas semanas de recuperación. Me fui enganchando poco a poco, dejé de jugar y me centré en el arbitraje porque tenía ocupados los fines de semana.

Al terminar un partido soy el primero que lo veo de nuevo y anoto mis errores

Asier Pérez de Mendiola - Árbitro asistente de Primera División

Ha protagonizado una proyección imparable desde el fútbol base alavés hasta partidos con miles de espectadores. ¿Ha resultado sencillo de asimilar?

Es muy ilusionante porque ha sido como romper barreras poco a poco. De primeras, fui de asistente a varios partidos con mis compañeros. Gracias a ello vi el fútbol desde otra perspectiva acompañando al árbitro principal a sacar el partido adelante. Una vez que acabé el periodo de prácticas de asistente, fue empezar a volar solo. Te mandan a arbitrar un partido de infantil y sientes la responsabilidad de que saliera bien. Intentar que no se produjeran enfrentamientos y que todos los jugadores finalizasen el partido en plenas condiciones. Iba rompiendo barreras, después pasé a cadetes y juveniles, y ahí arbitraba a gente mayor que yo. Tenía que indicar a una persona que me sacaba dos cabezas y un par de cuerpos, por lo que supuso un reto. Una vez que superé juveniles y preferente, llegó Tercera División. Allí tenía que llevar adelante un partido lejos de mi comunidad. Estaba acostumbrado a arbitrar en Álava y fue empezar a viajar. Era ilusión porque el fútbol me permitía conocer lugares y aficiones diferentes. Mi debut en Segunda B fue en Tenerife. Aluciné al estar en el Heliodoro con 18 años, no había montado nunca en avión y la primera vez fue para arbitrar.

¿Hay algún aspecto del juego que destaca entre las categorías donde ha arbitrado?

Lo que más se nota de categoría en categoría es el físico de los jugadores y la velocidad de juego y la precisión. Los jugadores tienen un físico imponente y juegan a una velocidad espectacular, es lo que más he ido notando. En el fútbol todo sucede muy rápido, apenas tienes tiempo para pensar y por ello tienes que hilar muy fino. En la máxima categoría no te puedes perder ningún detalle.

¿Cuáles son los aspectos a los que le dedica especial atención durante un partido?

Es muy importante tanto saber controlarnos nosotros mismos, como los nervios, pero también leer las diferentes fases del juego. Ver lo que sienten los jugadores en todo momento. Es clave leer el partido para llevarlo de la manera correcta. También es importante conocer al jugador, cada uno tiene su carácter y no puedes llevar a todos de la misma manera.

Arbitrar los fines de semana supone un sacrificio que no todo el mundo está dispuesto a realizar, ¿verdad?

Cuando me ponían un partido el sábado o domingo a una hora temprana y veía que los amigos alargaban la cena, a mí responsablemente me tocaba irme antes a casa. De primeras lo hacía un poco a regañadientes, pero luego estás encantado. No me supuso ningún esfuerzo el no salir un sábado porque el domingo tuviera que arbitrar un partido.

¿Cómo es la rutina de un árbitro, se estudia los partidos al detalle?

Preparamos la semana de manera parecida a los equipos de fútbol. En mi caso, los lunes y los jueves me reúno con el resto de compañeros árbitros de Álava y entrenamos en Adurza e Ibaia. Son compañeros de todas las categorías, nos unimos y entrenamos trabajo específico, cosas relacionadas con el arbitraje como cambios de velocidad y sprints. Nos viene bien para sacar el partido y autoalimentarse de experiencia. Entre todos crecemos juntos. Por mi cuenta hago trabajo específico. El estudio de los equipos también es importante. Una vez que acaba la jornada, siempre me pongo al día de lo que ha sucedido en el fútbol profesional. Los lunes nos mandan el nombramiento del fin de semana y ahí hago un estudio más específico de los equipos que me tocan arbitrar. Leo noticias, cosas que salen como lesiones y posibles alineaciones o cambios de esquema. Me ayuda mucho, no es lo mismo un equipo que sale con un delantero referencia que otro jugador más rápido a las espaldas. Luego vas al partido y pueden pasar millones de situaciones. Los viernes hay una reunión telemática con el comité de árbitros donde se tratan jugadas de las semanas previas.

Quiero saltar al campo, cumplir mi sueño y que toda la gente que me ha ayudado se sienta orgullosa de mí

Asier Pérez de Mendiola - Árbitro asistente de Primera División

¿Ha notado cierta presión en aquellos enfrentamientos en los que hay más de tres puntos en juego?

En todos los partidos, una vez que haces la revisión a los jugadores y saltas al campo, ahí los partidos son iguales y estoy concentrado al máximo. A veces nos hemos juntado los compañeros después del partido y nos preguntamos cuánta gente ha acudido al estadio porque no somos conscientes. Sí que es verdad que cuando te llega el nombramiento de un partido importante se te pone el corazón a tope, pero una vez que llevas todo tan estudiado, vas tranquilo al partido. Por eso me gusta estudiar los partidos.

También arbitró en plena época del covid-19, ¿se le hizo extraño el silencio de los estadios?

Recuerdo que el primer partido que recuerdo fue un Cádiz-Rayo Vallecano. Echó el balón a rodar y hasta los propios jugadores estaban como fuera de sí. Parecía un entrenamiento, pero en cuanto dieron un par de pases, todos hicimos un cambio de chip. Era raro el ver cómo retumbaba el pitido inicial. Por desgracia nos tocó vivir esa situación, los campos llenos de aficionados están muy bonitos y todos disfrutamos más. Me gusta ese ambiente, el fútbol se debe a la afición, más allá de lo que ocurre dentro del juego, el fútbol es todo lo que lo rodea.

¿Es fácil de gestionar la relación con los futbolistas cuando las revoluciones están por los aires?

Cada árbitro, asistente y jugador somos de un carácter. Cada uno tiene su personalidad y sí que hay algunos más dialogantes porque prefieren llevar un partido adelante de ese modo. Hay jugadores que no te dicen ni mú y otros que a la mínima piden explicaciones. Nosotros nos adaptamos a todo, hay jugadores con los que puedes hablar más y otros que es más complicado.

“Es importante conocer al jugador, no puedes gestionar a todos de la misma manera”

Asier Pérez de Mendiola - Árbitro asistente de Primera División

¿Es duro convivir con el error?

Es muy importante ser consciente de que el error es parte del fútbol. En el momento en el que tengas la mala suerte de tener un error, no queda otra que darle normalidad e ir con más ganas a la siguiente acción. Lo que se tiene que hacer es meter más en el partido, parte del error quizá es que no has estado lo suficientemente concentrado. Cuando acabas un partido y no sale como te gustaría es muy importante el apoyo de tu entorno, la familia, pareja y amigos. Te abren los ojos.

¿Cree que se señala con mayor crudeza un error arbitral que un fallo de cualquier futbolista?

Quizás sí. Confío en que con el tiempo consigamos sentir que el fallo es algo normal. Los que estamos en el terreno de juego somos personas. Tengo esa confianza y no salgo del partido pensando en que me van a meter caña. Confío que los que ven el partido comprendan la dificultad de nuestra labor. Cuando acaba el partido trato de disfrutar de mis compañeros. La cena o comida de después es la que mejor sabe. Si haces bien el trabajo, sabrás aún mejor. Siempre hablo con mi pareja y mi familia. Me informo de todo en prensa y redes sociales, es positivo ver el punto de vista de otras personas, no me parece negativo. Al terminar un partido soy el primero que lo ve de nuevo, anoto mis errores y trato de que no vuelvan a ocurrir.

Asier Pérez de Mendiola, árbitro asistente de Primera División Iñigo Foronda

¿Se siente protegido gracias a la tecnología del VAR?

Para nosotros es una red de seguridad. Procuramos acertar al 100% las decisiones durante un partido, pero sabes que no te vas a ir a casa con la injusticia de que por culpa de un error tuyo, un equipo salga perjudicado. El VAR está para salvarnos en caso de que se cometan errores dentro del terreno de juego.

Las jugadas grises han suscitado cierta polémica durante muchas jornadas...

Las jugadas grises siempre van a existir. Cada vez que sucede una de estas tratamos de darle una solución para que se actúe de la misma manera. Pero a veces se detalla un tipo de jugada de la que se acaba dando una variante y ya cambia el escenario. Siempre van a ocurrir y tratamos de que estén lo más acotadas posible.

Tras su ascenso a Primera División, ¿le queda algún sueño por cumplir en el futuro?

Ahora mismo mi sueño es debutar en Primera División. Tengo unas ganas inmensas de que llegue mi primer partido. Me da igual dónde y qué equipos. Quiero saltar al campo, cumplir mi sueño y que toda la gente que me ha ayudado durante este tiempo se sienta orgullosa de mí. Me ha costado mucho llegar hasta aquí y tengo que disfrutar. El niño que acudió con 15 años al comité de árbitros a apuntarse veía inalcanzable este sueño. Compartir con todos los árbitros reuniones y diferentes puntos de vista, para mí es un privilegio que tengo que aprovechar.