La derrota de ayer frente al Tenerife en el Heliodoro, sumada a la que ya se sufrió la semana pasada ante el Granada en Los Cármenes, ha confirmado en el entorno babazorro una de las máximas de la categoría de plata: la dificultad que supone obtener buenos resultados a domicilio. Algo sobre lo que ya se tenía cierto conocimiento, pues ninguna de las diferentes salidas del curso había sido un camino de rosas, pero que hasta hace nada el Deportivo Alavés había sabido solventar casi a la perfección.

Se podría decir, y así lo dio a entender Luis García en su última comparecencia, que el conjunto gasteiztarra ha estado viviendo en una realidad paralela. Esa en la que, a través de su capacidad de adaptación a los diferentes escenarios, ha ido sumando multitud de puntos al casillero sin necesitar, en realidad, realizar grandes actuaciones como visitante. Por desgracia, esto último se ha ido viniendo abajo con el paso de las jornadas y es ahora, en la adversidad, cuando el Glorioso debe demostrar que es un candidato al ascenso.

Para ello, el Alavés necesitará reencontrarse en algún momento con el triunfo lejos de Mendizorroza, lo cual no ocurre desde el pasado 15 de octubre. Aquel día, los babazorros superaron al Andorra en el Principado por medio de un gol de Luis Rioja, quien saltó al terreno de juego en la segunda mitad para revolucionar el choque y, por otro lado, ayudar al equipo a recuperar la moral que había perdido días atrás en El Plantío, donde recibió el primer varapalo de la presente temporada.

Anteriormente, lo cierto es que, a excepción de dicho duelo contra el Burgos, los resultados a domicilio habían sido muy positivos. Se venció al Leganés en Butarque y al Lugo en el Anxo Carro y empató frente al Ibiza en Can Misses y el Cartagena en el Cartagonova; unos registros que, sin ir más lejos, señalaron al Glorioso entonces como uno de los mejores visitantes de la categoría, solo por detrás de Las Palmas, también en la pelea por las posiciones nobles de la clasificación. 

Sin embargo, desde aquel triunfo en la expedición a Andorra, las cosas no le han ido demasiado bien al Alavés cuando ha salido de Vitoria. No tanto por resultados, que también, sino por la imagen que se ha ofrecido en césped ajeno, pues, salvo en Ipurua, los albiazules han perdido esa competitividad que tanto les había caracterizado. Primero en Santander, donde se pudo perder perfectamente, y luego en Granada y Tenerife, aunque la actuación arbitral, eso sí, tuvo cierto protagonismo en el primero de estos dos encuentros. 

Y ha sido esa pequeña mala racha, precisamente, la que ha llevado al Glorioso a abandonar los puestos de ascenso directo tras trece jornadas consecutivas estando metido en ellos. Además, también le ha hecho bajar posiciones en la tabla de visitantes; actualmente, los pupilos de Luis García son, con 13 puntos en diez partidos, la quinta escuadra en dicho ranking después de que le hayan superado el Levante (14), el Cartagena (14) y el Burgos (16), todos ellos, con un choque menos, por debajo de Las Palmas (17).

REFUGIARSE EN 'MENDI'

De todas formas, dado que todavía habrá que esperar para volver a ver el Alavés jugar a domicilio, lo importante ahora es que el equipo se refugie en Mendizorroza, donde debe servirse del apoyo del grueso de su afición para recuperar su mejor versión. Esa que le ha llevado a estar en lo más alto de Segunda División durante varias jornadas y que, en realidad, será fundamental para dar la cara ante el Levante, una de las escuadras con mayor talento, y en mejor dinámica, de la categoría.