Se esperaba una reacción después del varapalo sufrido frente al Granada, pero esta no se vio en el Heliodoro. Allí, en tierras canarias, el Deportivo Alavés ofreció una de sus actuaciones más pobres de la presente temporada y, aunque Mamadou Sylla maquilló el resultado en la recta final del partido, los pupilos de Luis García jugaron merced del Tenerife, a quien le bastó, simplemente, con proponer un poco más que su rival, además de los goles de Teto y Enric Gallego (2-1). 

A causa de las ausencias obligadas, la mayoría de ellas por sanción, el once babazorro sufrió un total de cinco cambios respecto a su versión en Los Cármenes. En concreto, Sedlar formó pareja con Maras en lugar de Abqar; Toni Moya y Rober ocuparon los puestos de Salva Sevilla y Jon Guridi como integrantes de la sala de máquinas; y Jason, escorado a la banda derecha, y Taichi Hara completaron la parcela ofensiva ante las bajas de Xeber Alkain y Miguel De la Fuente, que no pudo recuperarse a tiempo para el partido.

Respecto a la primera mitad, lo cierto es que al comienzo fue de todo menos vistosa. El Alavés y, sobre todo, el Tenerife movieron el balón en zona de nadie y los pocos acercamientos que hubo a las áreas no generaron ningún problema a los guardametas. Algo que, en un principio, no tuvo por qué preocupar a los albiazules, pero que terminó generando problemas según avanzaron los minutos, pues los locales, al ver que podían tomar riesgos sin apenas castigo, fueron animándose poco a poco.

Así, superada la media hora de juego, llegó la primera ocasión clara de la contienda y fue, con merecimiento, para los chicharreros. Aprovechando una peinada de Waldo mal defendida, Enric Gallego se adelantó a Maras dentro del área y, entonces, cayó derribado cuando el propio central serbio, inadvertido de su presencia, trató de despejar el balón. Una pena máxima, ejecutada por el propio delantero barcelonés, que acertó a despejar Antonio Sivera, muy decidido al quedarse en el centro de la portería. 

Esto último, sin embargo, no desanimó al Tenerife, que siguió buscando la meta babazorra ante la desconexión de los jugadores del Glorioso, y el gol acabó llegando. El autor fue Teto, con un bonito remate cruzado, y este fue asistido por Gallego, completamente liberado en el punto de penalti después de un centro lateral que, pese a no tener demasiado peligro, no supo cómo despejar la zaga gasteiztarra. Preocupante, en esa acción, que nadie hiciera ademán de atacar la pelota, aunque esta fue la tónica de todas las líneas.

Tras el paso por los vestuarios, Luis García dio entrada a Víctor Laguardia en sustitución de Maras, muy desacertado a lo largo de toda la primera mitad, para tratar de achicar agua en defensa, pero no fue suficiente. Lejos de aportar seguridad atrás, el káiser fue un testigo más del segundo tanto local; sobre el minuto 50, en un contragolpe, Romero se plantó en la frontal y, ante la pasividad de la retaguardia albiazul, condujo el balón hasta hacerse sitio y enviarlo a la madera, cuyo rechace empujó Gallego sin oposición a la red.

Ante esta situación, con el 2-0 en el electrónico y habiendo propuesto casi nada, puntuar en el Heliodoro fue convirtiéndose en una utopía, sobre todo porque el Alavés dio varios signos de desesperación en los minutos posteriores. Sin embargo, la fortuna siempre tiene su parte de importancia en el fútbol y esta se alió con Mamadou Sylla, quien, en su vuelta a los terrenos de juego tres meses después de lesionarse, recortó distancias gracias a un remate que superó por encima a Soriano tras tocar en un defensor local.

Y esto, el regreso del delantero senegalés, fue en realidad la única nota positiva de la contienda, porque, pese a encontrarse con el 2-1, el conjunto vitoriano apenas creó nuevas oportunidades. Solo un remate de Javi López, de los mejores en la segunda mitad, generó cierta incertidumbre en las gradas del estadio tinerfeño.