Una de las mayores rivalidades deportivas que ha tenido el Alavés en los últimos años ha sido con el Eibar. Tanto en Segunda División como en Segunda B, incluso en Primera, babazorros y armeros han vivido duelos plagados de tensión y la gran mayoría de veces, además, los han tenido en batalla por un mismo objetivo, el cual, salvo en la élite, casi siempre ha sido quedar en lo más alto de la tabla, lo que, no hace falta recordar, siempre añade un punto extra de emoción y cierta enemistad, aunque solo sea sobre el césped.

Buena muestra de esto último son, sin ir más lejos, las aspiraciones que tiene una y otra escuadra esta temporada. Pese a que el Glorioso es un recién descendido, muy pocos se atreven a darlo como favorito al ascenso, aún siendo el actual líder de la categoría, por delante del Eibar, quien, tras su naufragio inesperado en la recta final del pasado curso, ha mantenido a gran parte de su plantilla, y también mejorado ciertos puestos, para volver a jugar entre los más grandes del fútbol estatal la próxima campaña.

Esa rivalidad, asimismo, se acrecienta en los derbis que se viven en Ipurua. Un feudo extremadamente complicado, donde una sirena anticipa terribles desenlaces, pero en el que, en realidad, el Alavés no ha obtenido resultados tan negativos. Siete victorias, tres empates y once derrotas acumulan los albiazules en el estadio armero y, salvo en una ocasión, con resultados muy parejos, lo que demuestra la tremenda igualdad que ha habido entre ambos equipos sobre el césped históricamente.

Ahora bien, esa breve mención que se ha hecho a un encuentro desequilibrado hace referencia, precisamente, a la última visita del conjunto vitoriano a suelo eibarrés. En la temporada 2019-20, con Javi Calleja al mano, los babazorros llegaron al campo guipuzcoano avalados por una muy buena racha, la cual le había metido en la pelea por la permanencia, y cayeron estrepitosamente (3-0), gracias a un hat-trick de Kike García, ante un cuadro azulgrana -descendido posteriormente- que acumulaba casi cuatro meses sin ganar.

Este último, sin embargo, no es ni el triunfo más importante del Eibar contra el Alavés ni al contrario, pues ese lugar lo ocupa, seguramente, el derbi del 25 de mayo de 2014. Aquel día, en el que marcó el exalbiazul Jota Peleteiro, la escuadra gasteiztarra cayó en Ipurua por 1-0 y, en consecuencia, se vio condenada a realizar después un acto heroico, consumado en Jaén, por mantener la categoría. Todo ello, mientras los locales celebraban el primer ascenso de su historia a Primera División.

En cuanto a las victorias del Glorioso, la última ocurrió en el curso 2019-20, cuando dos goles de Joselu en la recta final del choque, acompañados por una muy buena actuación de Oliver Burke, le valieron al conjunto de Asier Garitano para llevarse los tres puntos. Y una fundamental fue la de la campaña 2004-05, ya que, a partir de ese asalto condianas de Nené y Bodipo, los vitorianos encaminaron lo que, semanas después, sería su regreso a la élite tras dos años en Segunda, escapándose el primero de ellos tras ganar también en Ipurua.