Pese a que los descensos siempre generan una inmensa ola de decepción, lo cierto es que no todo lo que rodea el regreso del Deportivo Alavés a Segunda División es negativo. Por ejemplo, el periplo del Glorioso por la categoría de plata va a permitir a la afición babazorra reencontrarse con varios futbolistas que, en algún momento del pasado, fueron ovacionados en Mendizorroza. Uno de ellos es el gran capitán Manu García, quien, ahora en el Mirandés, ya fue recibido por el Paseo de Cervantes hace varias semanas, y el segundo exalbiazul no es otro que Manu Barreiro, parte activa del ascenso de la campaña 2015-16 y al que primero, eso sí, los gasteiztarras deberán visitar este sábado en el Anxo Carro, bastión del CD Lugo.

Los siete puntos que han sumado en estas primeras cuatro jornadas del campeonato suponen uno de los mejores arranques del Lugo en los últimos años, supongo que estarán satisfechos.

Sin duda. Después de la derrota contra el Albacete en el estreno, creo que el haber sumado siete puntos es para estar contentos; sobre todo, teniendo en cuenta que cuatro de ellos han sido a domicilio, que siempre es muy complicado en esta categoría.

Y los últimos tres han sido en la Romareda, destino muy exigente. ¿Os ha dado ese triunfo un extra de motivación?

Claro, especialmente por cómo fue. Considero que en la segunda parte fuimos superiores y pudimos ganar el partido antes, pero hacerlo en el minuto 97 siempre es algo especial. Más aún, como dices, en un estadio como el del Real Zaragoza.

¿Cómo se ha visto en el aspecto individual? Ya cuenta con un tanto en el casillero.

Bueno, está claro que al principio cuesta un poco arrancar; sobre todo, si eres un jugador veterano y tienes una fisionomía como la mía. No obstante, sobre el papel me encuentro bien y estoy contento por cómo está jugando el equipo.

¿La veteranía que menciona le dificulta llevar a cabo esas habilidades técnicas que demostró en el Alavés o aún le siguen llamando Zlatan Barreiro?

(Ríe) A ver, no ha cambiado mucho mi juego. Sigo siendo el mismo que pudisteis ver en Mendizorroza hace años.

¿Cuál es el objetivo del Lugo esta temporada?

La permanencia, como todos los años. Somos un club humilde, con su presupuesto ajustado, y mantenernos en el fútbol profesional es una victoria. No es fácil, pero creo que se ha trabajado muy bien desde que se ascendió a Segunda División.

Un club humilde, pero que no se deja pisotear, porque lleva más de una década en la categoría de plata.

Está claro. Llevamos once años en esta categoría y es para estar muy orgullosos, solo hay que ver el nombre, la plantilla y las infraestructuras de los rivales a los que nos enfrentamos cada fin de semana.

¿Está notando la plantilla la ausencia de míticas figuras del vestuario como Carlos Pita, Seoane e Iriome?

Se nota, por supuesto. Son tres futbolistas que llevaban muchísimos años en el club y ahora nos toca a los más veteranos cumplir esa función. En este sentido, también ayuda que Pita siga con nosotros, aunque sea en los despachos.

¿Qué fortalezas destacaría de su equipo?

El grupo, sobre todo. Somos un vestuario muy bueno, unido, humilde y que sabe que se tiene que dejar el cien por cien en cada encuentro para sumar puntos y pelear así por nuestro objetivo.

Por lo que ha podido ver hasta ahora, ¿piensa que esta Segunda División va a ser, como muchos ya han adelantado, más exigente que la de cursos anteriores?

No lo creo. Está claro que el nivel de la categoría ha subido mucho en el último lustro, pero no me parece que esta temporada vaya a ser muy diferente a la anterior, por ejemplo. De todas formas, lo que sí está claro es que es una competición muy bonita de jugar.

El técnico del Alavés, Luis García Plaza, dejó claro la semana pasada que no va a permitir que nadie señale a su equipo como favorito, pero esto, visto desde Lugo es inevitable, ¿no?

Imagino que el entrenador querrá quitar presión a sus pupilos, pero mi opinión es que el Alavés es un claro favorito a estar en lo más alto de la tabla, tanto por nombre como por plantilla.

¿Qué le ha parecido el Glorioso en este arranque liguero?

Si te digo la verdad, lo que me esperaba conociendo a su míster. Un equipo parecido al Mallorca, que va a basar todo en el conjunto, aunque también tiene grandes jugadores, y que va a ser muy difícil de batir. Diría, incluso, que es de los rivales más complicados de la zona alta, pues este Alavés se mantiene muy ordenado y castiga cualquier error en defensa.

¿Cuáles considera que serán las claves para el partido de este sábado?

Creo que va a ser un encuentro muy igualado, con muchas disputas y segundas jugadas. Cualquier acción sin aparente importancia puede decantar la balanza.

¿Se afronta de manera diferente la visita de un rival como el Alavés, aspirante al ascenso, a la de otro equipo?

Diría que no. Cada equipo tiene sus armas, sin importar quién sea, y lo que trabajamos es la manera de contrarrestarlas. Lógicamente, eso sí, en un partido así no podemos cometer ningún error.

¿Guarda buen recuerdo de su etapa en Mendizorroza?

Muy bueno. Hice grandes amigos, mi familia estuvo muy cómoda viviendo en Vitoria-Gasteiz y profesionalmente crecí mucho. En mi primer año allí, creo que rendí a un gran nivel individual y, en el segundo, conseguimos el ascenso, lo cual fue muy bonito aunque no tuviera tanto protagonismo.

De todas formas, pese a que no disfrutara de tantos minutos, sus goles sí que fueron muy relevantes para que el Alavés terminara en la Virgen Blanca.

Sí, eso es cierto. Ese año no jugamos con un nueve de referencia, como sí han hecho los últimos equipos que han ascendido, y aun así tuve la suerte de meter goles decisivos que valieron bastantes puntos.

¿Cómo consiguió aquel Alavés, que no era para nada favorito, el ascenso a Primera?

Íbamos todos a una. Los que saltaban al césped aportaban sin importar su rol, teníamos un gran entrenador y éramos muy fuertes. Además, sabíamos que, cuando nos poníamos por delante, era muy difícil que nos arrebataran el triunfo.

Se mantuvo en la plantilla albiazul hasta el mes de enero de 2017, pero no pudo debutar en la máxima categoría. ¿Tiene una espinita clavada?

Me hubiera gustado jugar en Primera División y creo que estuve capacitado para ello, pero no me preocupa no haberlo hecho. No me metí en el fútbol con ese objetivo.

¿Qué le ha parecido la trayectoria del Glorioso desde que usted se marchó?

Muy buena, diría. Lo he seguido mucho todos estos años, creo que la temporada más tranquila fue la primera, en la que llegamos a la final de la Copa, y a partir de ahí ha tocado sufrir. Nada sorprendente, eso sí, esto es el Alavés.

Coincidió con leyendas del Alavés como Pacheco, Laguardia, Manu García, ¿le sorprendió que consiguieran ser tan importantes para el club?

Para nada. A Pache ya se le veía que iba a ser un porterazo, Lagu tenía madera de líder y Manu era el gran emblema y capitán. No me ha sorprendido que hayan sido los pilares del equipo todos estos años.

Y a usted, aunque no haya podido jugar en la máxima categoría, no le ha ido nada mal, ¿verdad?

No tengo ninguna queja. Primero estuve en Tarragona, luego me vine a Lugo y aquí siempre me he sentido muy querido. Hemos sufrido mucho, pero siempre ha salido bien.

Supongo que tiene ganas de volver a pisar Mendizorroza dentro de unos meses.

Sí, es una fecha marcada en el calendario. Desde que me fui no he podido enfrentarme al Alavés y Mendi siempre es especial. Tiene un encanto diferente con el que, gracias a su gente, te daba siempre el aliento para una carrera más cuando estabas agotado.