En toda disciplina deportiva, el principal objetivo que se persigue a través del reemplazo entre los técnicos no es otro que propiciar un cambio en la dinámica de resultados que atraviesa un equipo. El Alavés, que afronta las últimas ocho jornadas ligueras a seis puntos de la permanencia, se ha aferrado a un giro a la desesperada con tal de aportar aire fresco a la plantilla y su primera prueba será este domingo ante Osasuna.

En este sentido, la llegada de Julio Velázquez también genera cierto optimismo a los jugadores menos habituales, quienes tratarán de convencer al técnico salmantino para que deposite su plena confianza en ellos tras una larga etapa en las sombras.

En dicho listado de futbolistas con escaso protagonismo bajo las órdenes de Mendilibar se encuentran, por ejemplo, Toni Moya, Matt Miazga, Jason y Facundo Pellistri. El primero de ellos, además, fue un pilar clave en la etapa de Calleja pero no gozó de la misma confianza con el técnico de Zaldibar, que apostó por una medular formada por nombres como Pina, Loum, Escalante y Pere Pons.

Cabe recordar que esta temporada es la primera experiencia de Moya en la élite y que durante el primer tramo de la competición se erigió como una de las sensaciones más ilusionantes del Glorioso.

En el carril derecho se encuentran dos futbolistas de perfiles radicalmente opuestos pero que pueden ser de gran utilidad para Velázquez. En estos momentos Edgar es quien dispone de mayor continuidad en dicho sector, pero en el banquillo se encuentran Jason y Pellistri, quienes disponen de otras virtudes diferentes al canario.

En sus primeras actuaciones como albiazul Jason ofreció buenos centros laterales y también compromiso en tareas defensivas. Mientras tanto, Pellistri, quien no abandonó Vitoria en el mercado invernal, es un jugador con capacidad de desborde, aunque es cierto que en su segunda temporada en el Alavés no ha ofrecido el nivel deseado.

La fragilidad defensiva ha sido la principal debilidad del Alavés en el presente curso. La pareja de centrales formada por Laguardia y Lejeune no ha aportado la solvencia esperada y tampoco han visto peligrar su puesto ante la poca competencia existente en el banquillo. En el pasado mercado invernal Tachi puso rumbo a Fuenlabrada para sumar minutos y, como central, el único reemplazo natural ahora es Miazga.

El norteamericano está viviendo su primera experiencia en España. Es cierto que en aquella goleada ante el Betis en el Villamarín cometió un error grosero que costó uno de los goles verdiblancos, pero en líneas generales sus actuaciones han generado mayor seguridad que las del zaguero francés.

Una de las situaciones más enigmáticas es la del centrocampista asturiano. Manu García, que llegó en préstamo al Alavés con la idea de consagrarse en Primera División, apenas ha disfrutado de la continuidad sobre el terreno de juego. A pesar de su clarividencia con el esférico y el exquisito manejo del balón, las apariciones de Manu en la etapa de Mendilibar fueron residuales. En este sentido, Velázquez tiene a su disposición un perfil de futbolista diferente y de mejor trato de balón que lo que se podrá encontrar en la plantilla.

No cabe duda de que el salmantino debe disponer del mayor número de futbolistas de cara al exigente tramo final de temporada que afronta el Glorioso. Uno de los principales errores de su predecesor fue precisamente la errática toma de decisiones en el transcurso de los partidos. En este sentido, Velázquez también afronta su etapa en el Alavés como una oportunidad para reivindicarse y argumentar que está totalmente capacitado para ocupar el cargo en la Primera División.