Álvaro Benito (Salamanca, 1976) logró cumplir el sueño de muchísimos niños y niñas que, a lo largo de su juventud, pelean por dedicarse profesionalmente al fútbol. Además, lo hizo con el Real Madrid, quien, después de formarle en sus categorías inferiores, le dio la oportunidad de debutar en Primera División. Sin embargo, pese a que llegar a la élite ya de por sí es un reto muy complicado, mantenerse ahí arriba lo es todavía más y, de la noche a la mañana, la vida le dio el golpe más duro posible.

En un partido con la selección española sub-21, Álvaro sufrió una gravísima lesión de rodilla que, aunque le dejó volver a los terrenos de juego, no le permitió recuperar su mejor nivel y le obligó a retirarse con solo 27 años. Por fortuna, tras un impás en el que se centró únicamente en la música con Pignoise,el fútbol volvió a llamar a su puerta -de otra manera, eso sí- y, en la actualidad, es uno de los comentaristas mejor valorados del panorama nacional gracias a su conocimiento sobre el balompié y, en especial, su capacidad para explicárselo a todos los televidentes que sintonizan Movistar Plus

Una vez se retira y se enfoca en la música, ¿qué es lo que le hace volver al fútbol?

-Mi caso fue atípico. Al contrario que otros exjugadores que también se han animado a comentar partidos, yo me retiré muy joven e intenté alejarme lo máximo posible. La música me ayudó a sanar las heridas y fue en 2007, después de varias llamadas de Josep Pedrerol y diferentes negativas mías, cuando acepté regresar. Poco después, me di cuenta de que, por mucho que tratará de ocultarlo e, incluso, me engañara, este deporte es mi pasión y forma parte de mí, lo que, al mismo tiempo, me llevó a sacarme el carné de entrenador.

Está considerado como un comentarista muy didáctico, ¿planteó enfocar su perfil hacia ese estilo desde el principio?

-Yo también creo que lo soy, pero es algo natural. Nunca me planteé qué tipo de comentarista quería ser. Supongo que estar seis años formándome de manera ininterrumpida para ser el mejor entrenador posible me ayudó a adquirir ese método. Aun así, como ya te he dicho, simplemente cuento el fútbol tal y como lo entiendo y considero que el periodismo deportivo cada vez está inclinándose más hacia esa vertiente que no se queda en la superficie y explica al aficionado por qué suceden las cosas.

¿Cree que todo exjugador vale para comentar?

-Qué va, no tiene nada que ver. Obviamente, es un plus haber estado ahí abajo, pero no es lo más importante. Creo que la clave es tener la capacidad de ver lo que está pasando y analizarlo en tiempo real de forma que lo entienda el mayor número de gente posible. Algo que, por cierto, también debe saber hacer un entrenador.

Actualmente, según lo que se puede leer en redes, es uno de los comentaristas más valorados. ¿Se siente así?

-Claro. Cuando voy por la calle, se me acerca mucha gente a felicitarme por mi trabajo y eso nos gusta a todos. Agradezco sobremanera cada muestra de cariño y, además, me mantienen motivado para ser el mejor profesional posible. En este sentido, siempre intento que mi labor sea muy exhaustiva con el objetivo de que quien me escucha desde su casa sienta que le estoy aportando algo más allá de lo que está viendo con los ojos.

Y, todavía así, mantiene el gusanillo

-Yo me considero entrenador. Es cierto que la vida me ha pegado un giro de volante inesperado que me hace muy feliz porque, entre otras cosas, me ha permitido volver a la música. Sin olvidar, además, el mero hecho de haberme quitado la presión de tener que ganar cada fin de semana (ríe). Pero, aunque para abandonar lo que ya tengo me tendría que llegar una oferta irrechazable, yo soy un entrenador que está comentando fútbol, no un comentarista que quiere entrenar.

Respecto al Glorioso

-Bueno. Creo que, desde hace unos años, el Deportivo Alavés ha incorporado futbolistas y ha buscado entrenadores de un perfil muy concreto. Esto es, gente, sobre todo en ataque, muy asociativa y con buen pie. Algo que, en principio, dista bastante de lo que es Mendilibar, que tiene una manera de ver el fútbol muy peculiar con un bloque muy alto, presión adelantada, juego directo y mucha carga en el área, lo que exige jugadores muy específicos. Entonces, en el que el míster debe tener en cuenta lo que él quiere conseguir y lo que la plantilla puede dar, y creo que está en ello. Ahora bien, el tiempo apremia y, de momento, ya ha hecho que su equipo sea muy competitivo.

Pese a que, como comenta, el Alavés ha intentado cambiar su estilo de juego característico con fichajes, por ejemplo, como el de Manu García, al final siempre termina recuperando la idea que siempre le ha funcionado. ¿Tan complicadas son esas transiciones?

-Por supuesto. El fútbol es un deporte exageradamente complejo y, por ello, cambiar la idiosincrasia de juego de un equipo es muy difícil a medio-largo plazo y prácticamente imposible en poco tiempo. Bajo mi punto de vista, se trata de un proceso extenso por el que hay que apostar, pero durante el que, además, nadie quiere, como le sucede al Alavés, perder la categoría.

Entonces, por una parte, entiende a la dirección del Paseo de Cervantes cuando no tiene mucha paciencia y decide cambiar de entrenador -algo muy habitual-, ¿no?

-Es lo normal, sí. Hay que tener las cosas muy claras o la sangre muy fría para decir “esta es mi apuesta” y aceptar bajar a Segunda División porque se cree que esa decisión dará beneficios en el futuro. Nadie sabe cuál es el camino del éxito y hay que comprender que los equipos modifiquen sus planes para agarrarse a la élite. Sobre todo, teniendo en cuenta lo difícil que es volver.

Retomando la actualidad, ¿qué aspectos de su juego debería mejorar el conjunto babazorro para aumentar sus opciones de conseguir la permanencia?

-No me gusta meterme en el trabajo de entrenadores en activo. Aun así, creo que el Alavés está compitiendo bien y que su futuro, aunque suene de Perogrullo por todo lo que hemos comentado previamente, lo decidirá su acierto en ambas áreas. Mendi ha apostado ya por diferentes dibujos y considero que el 4-1-4-1 le está funcionando bastante bien.

Hablando de individualidades, aquí, en Vitoria-Gasteiz, todo aficionado albiazul es consciente del nivel y la importancia de Joselu, pero ¿cómo se ve desde fuera?

-A mí me encanta y él lo sabe. Es un futbolista con unas condiciones que se ven a cuentagotas hoy en día. Hay muy pocos delanteros, tanto para los duelos como delante de la portería, con esa capacidad en el juego aéreo. En consecuencia, Joselu es, ahora mismo, uno de los jugadores más difíciles de defender de LaLiga.

Respecto a otro estandarte, canterano del Real Madrid como el atacante gallego y usted, ¿cree que Pacheco debería haber sido convocado por la selección española en algún momento?

-Seguramente, sí. Por rendimiento, seguro. Es un guardameta que, pese a no ser muy alto, se maneja bien en todos los registros y siempre está entre los mejores de la competición. Además, ha sido, sin duda, una de las claves por las que el Alavés sigue aún en Primera División.

¿Cómo ve el partido de este domingo frente a la Real Sociedad en Anoeta?

-La Real viene de dar una mala imagen en el Santiago Bernabéu. Estuve comentando ese partido y me pareció un equipo poco propositivo, pasivo defensivamente, con un bloque muy bajo y cero intención de tener el balón. De todas formas, creo que eso cambiará, porque tienen un gran entrenador que seguro dará la tecla. Para el Glorioso, la clave va a ser tapar el juego interior de Merino, Silva y Rafinha, hombres muy talentosos que te hacen un descosido fácilmente; e imitar lo que hizo el Madrid y que tanto le gusta a Mendilibar. Esto es, ir a buscar a Remiro, que seguro cometerá riesgos.

Por último, en cuanto a LaLiga, se comenta que ha perdido mucho atractivo en las últimas temporadas -especialmente entre las nuevas generaciones-. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?

-Pienso que es pronto para hacer una valoración sobre los jóvenes y el fútbol. Es evidente, no estoy descubriendo nada, que la Primera División española no está al nivel de hace unos años, cuando nuestros equipos dominaban en Europa y tenían a los mejores jugadores. Al igual que también lo es, asimismo, que se había extendido, por decirlo de alguna manera, el juego más conservador. No obstante, creo que este curso hay varias escuadras ofensivas y la competición está muy competida. Retomando lo de las nuevas generaciones, creo que la culpa no es del fútbol, sino de la vida, porque los chavales tienen ahora muchas más alternativas de ocio que las que tuvimos nosotros. Aun así, entiendo que este deporte siempre va a estar ahí debido al magnetismo tan especial que tiene.