El Deportivo Alavés se despidió ayer de la Copa del Rey y lo hizo, al igual que en las dos anteriores ediciones, ante un rival de inferior categoría. En esta ocasión, el conjunto albiazul fue eliminado por el Linares de la Primera RFEF, que, pese a la condición de favorito de los vitorianos, se hizo fuerte en su feudo llevando la batuta durante distintas fases del partido y logrando, además, el pase a la siguiente ronda gracias a un tanto de Ion Etxaniz y otro de Copete.

Aunque Javi Calleja advirtió sobre el peligro de la relajación en su comparecencia previa al choque, el Glorioso se plantó muy apático en tierras jienenses, donde, aunque esta vez no aguardaba su archienemigo más reciente, sí que acechaba un lobo vestido con piel de cordero y sediento de sangre babazorra. Algo que dejó en evidencia a los elegidos por el técnico madrileño, quien, al contrario que frente al Unami, optó por alinear de inicio a varios de sus hombres de confianza.

Entre las novedades en el once, lo más destacado fue el debut oficial del canterano Alexandru Tirlea, al que acompañó Sivera en la portería; Javi López en el carril izquierdo; Lejeune y Tachi como pareja de centrales; Toni Moya y Pere Pons en el doble pivote; Edgar e Iván Martín en los extremos; y Sylla y Guidetti completando un claro 4-4-2. En total, cinco cambios respecto al encuentro en la Albuera.

Ahora bien, la primera ocasión de la noche fue del Alavés. A los cuatro minutos, el atacante senegalés recuperó un balón en campo contrario y disparó desviado en una posición casi inmejorable. Una acción que no puede desperdiciar un equipo de Primera División y que aprovechó el Linares para coger impulso. Tanto que, sobre el cuarto de hora de juego, Ion Etxaniz avisó con un cabezazo desviado y, poco después, batió la meta gasteiztarra en una acción de estrategia en la que fallaron primero Edgar y después Guidetti.

Previamente, eso sí, Pere Pons pudo también estrenar el marcador, pero su remate en una jugada a balón parado se marchó al palo. Ya por debajo en el electrónico, los albiazules no supieron cómo reaccionar y, conforme se acercaba el descanso, los andaluces cada vez se mostraron más cómodos sobre el terreno de juego e, incluso, pudieron ampliar su ventaja en una internada de Sanchidrián, que no acertó solo ante Sivera.

Ante esta situación, Calleja optó por agitar el árbol al comienzo de la segunda mitad dando entrada a Manu García, Luis Rioja y Pellistri por Iván Martín, Edgar y Guidetti. Sin embargo, la artillería pesada tampoco sirvió para derrotar a la escuadra linarense, que, pese a ver cómo Sylla, asistido por Rioja, les empataba el choque superada la hora de juego, no se rindió y volvió a adelantarse en el electrónico tras un fallo garrafal de la defensa babazorra que no desperdició Copete para marcar el 2-1.

Durante el tiempo restante, el Glorioso siguió mostrando una apatía desesperante -incluso con Joselu y Miguel sobre el césped- y los locales atacaron una y otra vez la meta de Sivera. La realidad fue que, sin las diferentes intervenciones del guardameta alicantino, la esperpéntica eliminación hubiera ido más allá y se hubiera convertido en una humillación aún más preocupante.