Inmerso en el año de la celebración de su centenario el Deportivo Alavés ya luce la Medalla de Álava en su palmarés. La más alta distinción que concede la Diputación de Álava ha recaído en la presente edición en una institución que desde 1921 ejerce de embajadora del territorio con una historia repleta de altibajos deportivos y económicos. Durante este tiempo ha demostrado una "gran capacidad de superación, orgullo y humildad en el éxito y capacidad para recuperarse en la derrota", incidió el diputado general de Álava, Ramiro González, durante el acto de entrega de la medalla que ayer al mediodía tuvo lugar en el museo Artium de Gasteiz.

En un evento en el que se constató la paulatina vuelta a la normalidad con la presencia de un ramillete de cerca de 70 invitados y siguiendo las estrictas normas sanitarias, el diputado general ensalzó ante las máximas autoridades del club, con su presidente Alfonso Fernández de Trocóniz a la cabeza, cómo los "valores característicos de la sociedad alavesa impregnan también los valores del club. La historia de Álava ha ido paralela a los cien años del Alavés", significó González.

Estableció la primera autoridad foral una similitud en el discurrir del territorio y el club deportivo a lo largo de este siglo de existencia. "No se puede entender Álava sin el Alavés", precisó el diputado general. Recordó cómo en 1921 Vitoria contaba con poco más de 35.000 habitantes, entre los cuáles ya existía un grupo de "soñadores por querer tener un equipo de fútbol". Llegó en la década de los años 30 del pasado siglo el primer ascenso albiazul a la máxima categoría y en la recta final de la centuria "el salto de Álava de territorio agrícola e industrial" que también tuvo su reflejo en el crecimiento deportivo del equipo y el club albiazul. "El Alavés y Álava se necesitan y van de la mano. Cuando el equipo sufre, el territorio también y no hay más que ver este último año y medio", apuntó el diputado general en alusión a los problemas del pasado curso para lograr salvar la categoría.

Dentro de ese agobio incluyó también Ramiro González las embestidas de una pandemia causante de un "sufrimiento hasta la extenuación y que ha puesto en pausa nuestras vidas". Después de meses de titánica lucha contra el coronavirus "volvemos a Mendizorrotza y Álava se recupera y despierta con fuerza del mal sueño", significó González. Se abre, de este modo, un "futuro ilusionante trabajando juntos y con noticias positivas". En este capítulo señaló el diputado general el ascenso del Alavés Gloriosas a la máxima categoría y el meteórico comienzo de competición "con dos victorias en las dos primeras jornadas y todos lo abonos vendidos", se congratuló.

Dentro del repaso a la historia del Deportivo Alavés dedicó unas palabras especiales a la "incondicional y sufridora" afición albiazul que ha vivido situaciones de gloria y frustración durante estos cien años. Con independencia de los logros deportivos o decepciones, la hinchada alavesista se caracteriza por animar con "pasión y respeto" y se da por satisfecha con "verse reflejada por quienes portan su escudo en el pecho", concluyó el diputado general.

Correspondió al actual máximo mandatario albiazul, Alfonso Fernández de Trocóniz, recoger la medalla en el peculiar escenario de una portería de fútbol con redes iluminadas en tonos azules y los largueros y poste resaltados en un color blanco. Extendió Fernández de Trocóniz ese reconocimiento a "trabajadores, jugadores, directivos y afición que han contribuido a llegar a los cien años", enmarcó el presidente. Tampoco se olvidó del "recuerdo especial" para todos aquellos que por causa de la emergencia sanitaria no lo han podido llegar a ver.

El largo recorrido de un siglo ha estado trufado de "avatares deportivos" con paso por múltiples categorías y "cierto riesgo desaparición", recordó el presidente, para apostillar a continuación estar inmersos en "uno de los mejores momentos" de la institución. "A todos nos une el sentimiento alavesista y nos une verle sufrir y ganar. Es un signo integrador del territorio y lo representa como nadie allá dónde compite", aseveró el máximo mandatario albiazul.

Este recorrido de un siglo tuvo su momento más crítico en la primera década del presente siglo hasta que llegó, en 2011, la "acertada apuesta" de un "rescate liderado por la Diputación de Álava" con el que poner punto final a una "mala gestión" de tres años nefastos para el club. A partir de ahí, junto con la estabilización deportiva, el Alavés ha abierto un nuevo frente para convertirse también en una "gran empresa que diversifica su actividad en torno al deporte". Puso sobre la mesa Fernández de Trocóniz la cifra de medio millar de empleados del grupo Alavés Baskonia, el volumen de "facturación de 100 millones de euros y la contribución de 25 millones de euros en impuestos", relató Fernández de Trocóniz.

Con estos pilares la aspiración pasa por seguir creciendo con proyectos como "la ampliación de la ciudad deportiva de Ibaia, la creación de una escuela internacional, la universidad Euneiz y crear un polo educativo y de nuevas tecnologías para el que se proyecta invertir 70 millones de euros y aumentar la creación de los puestos de trabajo hasta las 800 personas", desgranó el presidente. No fue ajeno tampoco a las discrepancias que genera este catálogo de intenciones y hacia las que expresó el mayor de los "respetos". Remató su intervención como el firme convencimiento del Alavés como una "institución viva, que seguirá creciendo y creando empleo para competir en las mejores condiciones".

"El Alavés es una entidad viva que crecerá para competir en las mejores condiciones"

Presidente del Alavés

"Álava y el Alavés se necesitan y van de la mano. Cuando el club sufre, Álava también"

Diputado general de Álava