Las modernas tendencias educativas abogan claramente por primar la evaluación continua y la aprehensión del conocimiento a través del trabajo cooperativo. Se trata, en definitiva, de intentar dar carpetazo lo antes posible al drama estudiantil de jugarse el aprobado a la única carta de un examen definitivo. El deporte profesional ha recorrido un camino similar pero, sin embargo, no renuncia del todo a los epílogos taquicárdicos que le han caracterizado durante décadas. El mejor ejemplo de ello es la actual temporada en Primera División, que se aproxima a su bajada de telón definitiva con todo por decidir tanto en la zona alta como en la baja. Y es precisamente en esta última en la que entra en juego un Deportivo Alavés que se va a jugar su futuro en cinco dramáticas finales.

Porque es en estas cinco últimas jornadas en las que el conjunto albiazul necesita protagonizar un sprint decisivo que le permita asegurar su permanencia en la máxima categoría por sexto curso consecutivo. De la mano de Javi Calleja ha conseguido de momento lo más difícil, sacar la cabeza de la zona roja tras haber caído hasta el pozo de la tabla. Tras sumar ocho de los doce puntos puestos en liza, El Glorioso es ahora mismo decimosexto y disfruta de dos puntos de ventaja sobre las posiciones de descenso.

Una renta en cualquier caso demasiado escasa y que le obliga a mantener el ritmo en este tramo definitivo si desea evitar sorpresas desagradables. En este sentido, aunque son cinco los encuentros que le restan por disputar a la escuadra gasteiztarra, el calendario dibuja una ventana en los próximos diez días que se antoja fundamental para el combinado de Calleja.

Un período en el que el equipo afrontará tres duelos decisivos que pueden certificar, al menos de manera virtual, su ansiada salvación. Un triduo en el que se enfrentará a dos rivales directos por la permanencia y a un equipo, el Levante, que se mueve desde hace tiempo en tierra de nadie. Si es capaz de sacar adelante estos compromisos, el Alavés tendría pie y medio en la máxima categoría la próxima temporada.

El primer examen final para los gasteiztarras llegará este sábado en Ipurua. El Eibar es el actual colista de la clasificación y aunque sus opciones de salvación son más que remotas -ningún último clasificado a falta de cinco jornadas se ha salvado desde que se instauró el descenso directo de tres equipos- tratará de apurarlas ante El Glorioso. Los de Calleja, por lo tanto, necesitarán mantener la buena línea que han mostrado en sus comparecencias recientes para sumar una victoria que, además, reportaría el premio añadido de contar con el golaverage particular a su favor.

Justo una semana después, el Alavés recibirá al Levante. La escuadra de Paco López suma 38 puntos que le permiten disfrutar de la tranquilidad de la zona media de la tabla sin opciones a pelear por premios mayores ni presión por el descenso. Una calma que genera un comprensible descenso de la tensión que el plantel albiazul debe saber utilizar a su favor. Porque ese debe ser uno de los encuentros en los que se cumpla la máxima futbolística que dice que, en los finales de temporada, acostumbra a ganar quien más lo necesita. Y en este caso es evidente que el más apremiado es El Glorioso.

Apenas sin tiempo para descansar el martes 11 llegará la decisiva visita al Elche, inmediato perseguidor del Alavés en estos momentos con solo un punto menos (30). En función de los resultados que se hayan producido en los duelos precedentes hasta un empate podría ser positivo para los de Calleja pero lograr el triunfo supondría un empujón casi definitivo hacia la salvación.

Si no se cumplieran las mejores previsiones, en cualquier caso, las dos últimas jornadas del campeonato se presentan como una doble bala en la recámara para los gasteiztarras, que se enfrentarán a rivales que previsiblemente ya no se jugarán nada. En la penúltima el Alavés recibirá al Granada y cerrará la Liga visitando a un Sevilla que difícilmente tendrá opciones todavía de aspirar al título.

Siete jornadas invicto. El Deportivo Alavés necesita rubricar un final de temporada notable para certificar su permanencia una temporada más en Primera División. Un objetivo que no resultará sencillo pero para el que puede encontrar la mejor inspiración posible en su propio pasado. Porque si bien es verdad que los últimos cierres de campeonatos de la escuadra albiazul no han sido precisamente brillantes, no hace demasiado que protagonizó uno casi perfecto. Fue en concreto en la temporada 2016-17, cuando, con Mauricio Pellegrino en el banquillo, cerró el curso permaneciendo invicto durante las siete últimas jornadas. Se impuso a Villarreal, Betis, Athletic y Celta y empató ante Las Palmas, Eibar y Leganés para firmar un excelente balance de quince puntos sumados de los veintiuno posibles. En la actualidad el equipo de Calleja acumula cuatro jornadas sin conocer la derrota, por lo en el mejor de los casos podría llegar hasta las nueve.

Ventaja. El Alavés afronta el decisivo epílogo de la temporada como el mejor colocado de los implicados en la pelea por evitar el descenso. Su reacción en las cuatro últimas jornadas de la mano de Javi Calleja le permite disfrutar de dos puntos de renta sobre la zona roja.

Esfuerzo concentrado. El calendario no ofrece la más mínima tregua y el equipo de Javi Calleja disputará en apenas diez días (entre el 1 y el 11 de mayo) tres duelos que pueden resultar decisivos para su futuro ante Eibar, Levante y Elche.

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Rivales directos por la permanencia se cruzarán en el camino del ‘Glorioso’ en las cinco últimas jornadas del campeonato. El próximo sábado se mide al colista Eibar y diez días después visitará al Elche. Dos duelos que, en caso de sumar la victoria, supondrían un empujón casi definitivo para la permanencia albiazul.