Descanso en el Benito Villamarín: Real Betis 0-2 Deportivo Alavés. Todo estaba saliendo según lo planeado -incluso mejor de lo esperado-, el Glorioso no sufría excesivamente en defensa y castigaba a la escuadra bética con un eficaz juego directo. Pellegrini, consciente de ello, agitó a su equipo dando entrada a Joaquín y Borja Iglesias al descanso, pero todo su plan se pudo ir al traste si Joel no llega a intervenir milagrosamente en el mano a mano de Pellistri.

El Alavés tenía que seguir esa vía y sentenciar el partido con más salidas veloces. Incluso, si el Betis recortaba distancias -como así hizo con el penalti transformado por el Panda-, el guión debía ser el mismo, pero Abelardo no lo vio así. Él fue el único que no lo vio así.

Al miedo y nerviosismo habitual de los jugadores albiazules cuando reciben gol se sumó el arrebato amarrategui que, con el 1-2 en el marcador, optó por el tan conocido trivotazo -dando entrada a Pere Pons por Pellistri y desplazando a Edgar a la banda- y también por el doble lateral sustituyendo al propio futbolista tinerfeño por Martín minutos después.

El objetivo de estos cambios fue claro: encerrar al equipo. Sí, así es. Encerrar a un equipo que encaja goles a tutiplén cada semana -el tercero con más tantos recibidos de LaLiga- y que ha demostrado en infinitas ocasiones esta temporada que no sabe defender, al igual que la mayoría de escuadras, con ocho o nueve jugadores dentro de su propio área.

¿Resultado? 2-2 -inexplicable diana de Joaquín en la salida de un córner- y un Alavés colgado del larguero que, tarde o temprado, iba a recibir el tercero -Borja Iglesias en el minuto 87- por el tiempo aún restante y su nula capacidad de sorprender al contraataque, que permitió al Betis jugar sin miedo, debido al conservadurismo de los cambios.

Oscuro regreso de Duarte El lateral almeriense volvió al once inicial de Abelardo tras superar por completo sus problemas de rodilla y, sorprendentemente, protagonizó una de las notas negativas del Alavés. Causó el penalti sobre Fekir y, además, se vio superado por alto en el córner que supuso el gol del empate con un cabezazo de Joaquín.

Otro de los defensores que no tuvo su día fue Ximo Navarro. Más allá de dar un susto a sus compañeros en un mal pase a Laguardia que acabó con un mano a mano de Juanmi salvado primero por Pacheco y después por Lejeune en el rechace, el granadino se mostró inseguro a lo largo de todo el encuentro y el Betis encontró ahí un filón que explotar.

Rioja te da alas Uno de los principales problemas del conjunto albiazul en las últimas jornadas estaba siendo su nula vocación ofensiva. En Anoeta y, sobre todo, en el derbi frente a Osasuna se vio un Glorioso excesivamente simple e inofensivo que no puso en apuros ni a Remiro, ni a Sergio Herrera.

Ayer, contra el Real Betis, la imagen del equipo en ataque cambió y fue gracias, entre otros, a Luis Rioja. El extremo sevillano, que había sido relegado por Iñigo Córdoba desde la llegada del vizcaíno en el mercado invernal, volvió a la titularidad y fue uno de los puñales alavesistas.

Como ya había demostrado en la primera vuelta, Rioja aprovechó su potencia para causar problemas a la zaga verdiblanca y, además, participó en el segundo tanto albiazul.