Pese a sus intentos por evitarlo, al exalbiazul no le ha quedado más remedio que rendirse a la evidencia y despedirse de los terrenos de juego por esta temporada. El pasado 19 de enero pasó por primera vez por el quirófano y cinco semanas más tarde tendrá que volver a ser intervenido. Una lesión que le impedirá reencontrarse mañana con Mendizorroza y también ayudar a su actual equipo a lograr la permanencia. Idéntico objetivo que el del Alavés y que Raúl García augura que se decidirá "por la mínima" en favor del equipo que demuestre mejor "cabeza".

La primera pregunta es obligada. ¿Cómo está?

-Para mi esto es bastante nuevo porque por suerte no había tenido lesiones muy graves a lo largo de mi carrera. Quizás lo más importante fue el arrancamiento del aductor que sufrí en Vitoria, que fueron tres meses, pero algo tan largo como esto nunca me había pasado. Al final son situaciones incontrolables que sabes que entran dentro de tu profesión, que pueden pasar en cualquier momento y me ha tocado ahora. La única solución era pasar por el quirófano así que me mentalicé para ello y a recuperarme poco a poco. Que vaya todo bien, que es lo importante, y sin prisa pero sin pausa también.

Se trata de una lesión poco habitual.

-Es un problema que al principio te permite jugar pero a base de forzar, forzar y forzar llega un punto en el que es imposible. Yo estaba ya que cuando acababa un partido no podía ni andar. Llega un momento que no aguantas más y tienes que tomar una decisión. Cuando me hicieron las pruebas estaba en un grado 4, que es el máximo, y me dijeron que no sabían cómo podía haber seguido jugando hasta entonces. Así que no me quedaba otra. Lo malo es que es una lesión poco habitual y algo extraña que te obliga a pasar por dos cirugías y lleva un tiempo largo de recuperación. Estoy esperando a que me hagan la segunda y poder empezar a visualizar ya el objetivo final.

¿Se hace largo el día a día?

-Tienes la sensación de que empiezas con un proceso de recuperación que no sirve para nada porque tienes que volver a pasar por el quirófano. Pero al final todo el trabajo que hagas es bueno porque cuanto mejor estés muscularmente la pérdida que va a haber después será menor. En ese sentido estoy mentalizado, con ánimo de trabajar, hacer esta parte oscura que me toca e intentar ayudar en lo que pueda al equipo. Que tendrá que ser sobre todo en la parte mental de hablar con los compañeros y transmitirles esas ganas que yo tengo, que muchas veces cuando estás jugando no eres consciente de ellas. Yo que estoy fuera intentaré transmitir eso.

¿Se sufre más en la enfermería que sobre el césped?

-Sí, claro. Cuando estás en el campo no piensas en nada, estás jugando, pero cuando estás fuera son todo nervios. Yo creo que todos los jugadores nos ponemos más nerviosos en la grada o en el banquillo que cuando jugamos, pero es lo que me toca estos meses.

Está siendo una temporada difícil para el Valladolid.

-Evidentemente esperábamos mejores resultados y sí que está siendo complicada. Empezamos bastante mal, encajando muchos goles, que es algo que seguimos padeciendo porque nos cuesta mucho mantener la portería a cero y tenemos que trabajar y solucionarlo porque creo que todo va a pasar por ahí. También se está viendo la igualdad que hay este año en la Liga, que hay muy pocos puntos de diferencia entre los equipos que están ahora en descenso y los de media tabla. Sabemos que cualquiera puede estar ahí abajo y hay que trabajar duro e intentar sacar puntos porque los descensos se van a decidir por la mínima.

¿Va aumentando el nivel de nerviosismo alrededor del equipo conforme pasan las semanas?

-Los nervios evidentemente siempre van a estar ahí pero hay que saber llevarlos. Tenemos que ser profesionales, saber que te puede tocar estar semanas metido en descenso y hay que tener una mentalidad fuerte para salir de ahí y seguir afrontando los partidos sin que te afecte en el juego. Yo lo he vivido y es difícil, es complicado, pero es lo que toca. Tenemos que ir partido a partido, intentar sumar puntos y dejarlo todo porque al final a todos se nos va la vida por mantener la categoría.

¿En una situación así qué es más complicado, mantener el nivel futbolístico o la cabeza fría?

-Para mi todo pasa por la cabeza. Si la cabeza del jugador no funciona nada va a salir bien. No va a salir bien el juego ni otras cosas. La cabeza es muy importante. Hay que tenerla limpia y eso nos va a llevar, con esa desconexión, a poder centrarte en el partido y que llegue nuestra forma de jugar, nuestras virtudes y que salgan los resultados. En el momento en el que estás descentrado, pensando en otra cosa, con nervios..., estás perdido. Todo pasa por la mente.

Visitan a un Valladolid en descenso, ¿esperaba encontrarse a un Alavés en esta situación?

-Este año la igualdad es máxima, puedes perder contra el que va último y ganar a uno de la zona alta... Lo veo todo muy igualado y con el Alavés evidentemente no puede ser imparcial porque le tengo un gran cariño. Me parece un gran equipo, con grandes jugadores, que en la primera vuelta ya nos ganó y va a ser muy complicado. Será un partido de mucha lucha y a ver quién se lleva los puntos porque está claro que los dos estamos necesitados.

¿Cada partido puede considerarse ya una final?

-Sí, claro. En las segundas vueltas siempre pasa un poco lo mismo. A nivel mental empiezan a aparecer los nervios, porque se acerca la recta final y puedes verte en descenso así que a partir de ahora todos los puntos y todo lo que vayas sacando es crucial. Todo pasa por intentar tener la mente liberada, que no te afecten mucho los resultados negativos que puedas sacar porque evidentemente va a haber partidos que sigas perdiendo y continuar caminando hacia el objetivo.

¿Qué es más importante mañana, ganar o no perder?

-Eso al final lo marca el partido. Tanto el Alavés como nosotros iremos con la mentalidad de ganar pero un partido te puede llevar a que tengas que pelear por no perder. Lo que está claro es que hay que ir siempre pensando en ganar porque en cuanto no tienes esa mentalidad tienes más posibilidades de perder.

¿Qué le contará a Sergio del Alavés si le pregunta?

-Destacaría sus señas de identidad. Esa garra y esa lucha que tiene, que ya se encarga Manu de seguir transmitiéndosela a todos los jugadores nuevos que van llegando. Y aparte de eso es un equipo muy férreo, que hay que tener mucho cuidado con sus jugadores de arriba. Lucas es muy dinámico, le gusta el balón, correr al espacio, tiene buen golpeo...; Joselu por arriba las gana todas; en defensa son contundentes, tienen centrales de mucha fuerza aérea y también hay que tener mucho cuidado a balón parado.

¿Tiene la sensación de estar viviendo la temporada más impredecible de los últimos años?

-Es todo muy raro por muchos factores. Hay varios equipos por ejemplo que no están a la par en partidos jugados y no sé cuándo se va a igualar esto pero provoca que la clasificación no sea real. Luego está el tema covid, que aparece cada dos por tres. Cuando hay un caso se activa todo el protocolo y dejas de vivir el fútbol. Porque el fútbol no es solo el día de partido. Es estar con tus compañeros en el día a día en el vestuario conociéndote y charlando, poder ver los videos todos juntos y muchas cosas más. Todo eso ahora no se puede hacer y está influyendo mucho. El que mejor ha sabido adaptarse es al que mejor le va. Aparte, claro está, de que no pueda entrar la afición en los campos, que es lo peor de todo. El Alavés o nosotros -que también tenemos una afición que llena el estadio y anima- ese vacío lo notamos mucho.

¿Y cuál es el resultado de todo esto?

-El resultado es un fútbol que se tiene que jugar porque a nivel económico si no se producen muchas pérdidas y esto tiene que seguir pero para mi no es fútbol. Jugar sin afición no es fútbol. Todos lo intentamos pero la motivación no es igual ahora que cuando tienes a todo el público gritando y animando No puedo jugar igual de motivado.

"Cuando acababa un partido no podía ni andar, era imposible seguir forzando y la única solución era operar"