Suele decirse que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra y, desgraciadamente, el Deportivo Alavés parece haberse empeñado en convertirse en un auténtico profesional de la reiteración en el mismo error. Porque, una vez más, el conjunto vitoriano volvió a mostrarse generoso en exceso y concedió su enésimo regalo del curso. Por sexta oportunidad en lo que va de temporada El Glorioso sufrió la expulsión de uno de sus jugadores y esa inferioridad durante prácticamente todo el segundo período se convirtió en una losa insuperable que se cobró el peaje de los tres valiosos puntos en juego ante un rival directo como el Cádiz.

Una derrota dolorosa -en especial por la forma- que obliga a una profunda reflexión sobre los fallos repetidos que no encuentran solución y dibuja un escenario clasificatorio complicado precisamente cuando el calendario comienza a empinarse con un mes de enero exigente a más no poder.

Desde luego lo que nadie puede decir es que el choque de ayer deparara la más mínima sorpresa, puesto que arrancó ajustándose como un guante al guion inicialmente previsto. Con dos equipos renunciando abiertamente a la elaboración del centro del campo y tratando de encontrar petróleo con desplazamientos largos. Especialmente en el caso del conjunto local, que concedió a su oponente la responsabilidad de llevar la iniciativa pese a ejercer de local. Un anzuelo que el Alavés picó, lo que le llevó a tener más posesión -improductiva- pero también a facilitar las salidas a la contra de la escuadra gaditana.

Lo que desde los primeros instantes se tradujo en sustos para los albiazules. En el minuto tres en una clara ocasión anulada por fuera de juego y poco después en un remate de cabeza que Pacheco detuvo con apuros, en ambos casos con Negreso como protagonista. Y de tanta ir a la fuente el cántaro terminó por romperse. Poco antes del cuarto de hora Perea se internó hasta la línea de fondo albiazul y, tras un barullo en el área pequeña, su centro terminó siendo empujado por Alex Fernández a la red. Después de varios minutos de revisión por el VAR, el colegiado acabó concediendo el gol al entender que no existía fuera de juego puesto que fue Lejeune el último en tocar el balón antes de que le llegara al capitán local.

Contra todo pronóstico, el conjunto vitoriano hizo lo más difícil y fue capaz de responder a este duro golpe de inmediato. Porque prácticamente en la siguiente jugada un saque de falta inofensivo se transformó en penalti de Fali a Tachi tras una nueva revisión del VAR. Joselu no desaprovechó la pena máxima y devolvió la contienda al punto de partida. Así, el duelo alcanzó el descanso sin mayores incidencias, aunque con el Cádiz trasladando mejores sensaciones.

Y nada más regresar al césped, Tachi decidió disfrazarse de Rey mago para protagonizar la jugada que desequilibró el choque. El madrileño, que había visto una tarjeta amarilla en el descuento del primer período, se dejó sorprender por la velocidad de Lozano en la línea de medios y lo derribó con claridad desde el suelo. Segunda cartulina para el central y consiguiente expulsión con más de cuarenta largos minutos por delante.

Machín optó por no introducir cambios de inmediato y situó a Battaglia como improvisado central, ocupando Peleteiro su puesto en el doble pivote y desplazándose Joselu a la banda diestra. Una recomposición de urgencia que el Cádiz ni mucho menos dejó pasar de largo. El cuadro gaditano hurgó en la herida y, en el minuto 55, aprovechó un cúmulo de errores albiazules para ponerse en ventaja con un remate de Lozano a pase de Espino desde la banda izquierda.

Un tanto que terminó de hundir al Glorioso. Pudo empatar Rioja en una acción aislada en el 64 pero su disparo acabó en el poste tras tocar en Ledesma y Negredo sentenció definitivamente en el 67. El resto del partido se convirtió en una larga penitencia de minutos de la basura de los que solo se puede rescatar el debut del canterano Keller y la reaparición de Pere Pons. Tras el enésimo regalo, aprender ya de los errores es una obligación absoluta.

Tachi

Su expulsión en el inicio del segundo período desequilibró por completo el partido. Pudo haber evitado las tarjetas. Antes ya había sufrido mucho con los delanteros locales.

Luis Rioja

En un encuentro con muy pocos candidatos para esta mención, el sevillano al menos lo intentó esporádicamente por su banda y estuvo a punto de marcar el 2-2 provisional.

3

1

Estadio Ramón de Carranza.

Árbitro Sánchez Martínez (murciano).

Cádiz

13. David Gil; 25. Jairo; 5. Garrido (82’); 12. Bodiger; 15. Akapo; 21. Álvaro Giménez (82’); 11. Pombo; 14. Alejo; 24. Malbasic (88’); 27. Baró; 28. Erimuya; 32. Adekanye (91’).

Alavés

13. Sivera; 39. Keller (74’); 26. Javi López; 17. Adrián Marín; 37. Tavares; 20. Pere Pons (74’); 19. Manu García (57’); 16. Edgar Méndez (57’); 29. Borja Sainz (82’); 10. Guidetti.

1-0, minuto 14: Alex Fernández. Perea llega a la línea de fondo y cede atrás para que Alex empuje a la red en fuera de juego roto al ser Lejeune el último en tocar la pelota antes de que le llegue.

1-1, minuto 22: Joselu, de penalti.

2-1, minuto 55: Lozano. Internada de Espino por la izquierda y Lozano remata de primera.

3-1, minuto 67: Negredo. Pase de Lozano desde la izquierda para que Negredo supere a Pacheco con un tiro cruzado desde el interior del área.

Amonestó a Fali (minuto 22), Pina (minuto 40), Deyverson (minuto 43) y el técnico local Álvaro Cervera (minuto 81). Expulsó por doble amarilla a Tachi (minuto 50).

Error repetido El Alavés volvió a quedarse ayer en inferioridad numérica durante muchos minutos. Un contratiempo que ha padecido ya nada menos que en seis ocasiones en la presente temporada y al que no parece encontrar solución. Tachi vio dos cartulinas amarillas casi consecutivas y, con su error, puso en bandeja la victoria al Cádiz.

Tampoco la fortuna ayuda Tras el varapalo de la expulsión de Tachi, el Alavés encajó muy rápidamente el segundo gol, lo que le mandó casi definitivamente a la lona. Con un hombre menos sobre el césped y el marcador en contra, su capacidad de reacción se limitó sobremanera. Aún así, el equipo tuvo una ocasión clara para poder empatar en una acción aislada de Rioja tras una peinada de Joselu. Pero el disparo del sevillano fue al poste justo antes del tercer gol local.

Pablo Machín Las numerosas bajas con las que cuenta no le dejaron demasiado margen de maniobra en la elección del once inicial. El equipo compitió, aunque sin generar el más mínimo peligro, hasta el descanso y se descompuso tras la expulsión. Optó por situar a Battaglia de central tras la roja a Tachi y la solución de emergencia no funcionó, lo que aprovechó el Cádiz para disfrutar de claras ocasiones.

Tachi vio la tarjeta roja en el arranque de la segunda parte tras un grave error y el cuadro albiazul se descompuso a partir de entonces