- El proceso de fortificación defensiva que está protagonizando el Deportivo Alavés se podría encontrar este domingo con un inesperado aliado. Y es que el rival al que se enfrentará el conjunto de Pablo Machín en la novena jornada de Liga no pasa precisamente por su mejor momento ante la portería contraria, lo que puede ayudar al Glorioso a conseguir su objetivo.

El Levante, en puestos de descenso en estos momentos con solo cinco puntos en su casillero, ha perdido este curso la alegría ofensiva que le caracterizaba en campañas precedentes. Porque aunque lleva siete goles a favor -un registro aceptable que le sitúa en la zona media de los equipos de la máxima categoría-, cinco de esos tantos los logró en las dos primeras jornadas (dos a Osasuna y tres al Valencia). Roger, de penalti ante el Celta de Vigo, y Vezo, a balón parado tras un saque de esquina en Granada contra un rival en inferioridad desde los primeros minutos del encuentro, han sido los únicos capaces de marcar en los últimos cinco partidos del conjunto granota.

Una grave sequía que dura ya nada menos que 459 minutos en lo que a goles en jugada se refiere. Este hándicap en la faceta anotadora es consecuencia, entre otros motivos, de no haber podido fichar un delantero en el mercado de verano, tal y como era el deseo del cuerpo técnico y de la dirección deportiva. Sin embargo, el ajustado límite salarial de la escuadra granota lo impidió y ahora está pagando las consecuencias.

Unas carencias que el Alavés debe tratar de explotar al máximo porque, además, conforme avance el tiempo sin recibir goles la presión será mayor para un Levante muy poco acostumbrado a levantar los brazos con cuentagotas.