VALLADOLID- El que la sigue, la consigue. Esta máxima de la sabiduría popular se la grabó ayer a fuego el Deportivo Alavés en su comparecencia en el Nuevo Zorrilla y lo cierto es que le hizo falta recordarla en varias ocasiones a lo largo de la contienda para poder terminar festejando su segundo triunfo de la temporada. Una victoria balsámica y muy necesaria pero que obligó al conjunto vitoriano a esforzarse de lo lindo para conseguirla. Y, sobre todo, a no dejarse llevar por el desánimo cuando sus primeros intentos fueron abortados.

El enfrentamiento entre dos conjuntos muy necesitados de puntos y con heridas graves en esta fase inicial de la temporada arrancó inesperadamente abierto, aunque era el Valladolid el que con mayor asiduidad llevaba la iniciativa. De entrada, Machín recuperó el dibujo que le había llevado al éxito en el derbi ante el Athletic y el equipo se plantó sobre el césped con una línea defensiva de cuatro integrantes que se reducía a tres cuando tenía la pelota en su poder, pasando Rubén Duarte a ejercer de carrilero. En el centro del campo, Tomás Pina ocupó el hueco del lesionado Pere Pons.

Conscientes de sus muchas necesidades, los dos contendientes prefirieron no contemporizar y buscaron la ansiada recompensa desde el inicio. Por parte local, explotando la potencia del lateral derecho Janko -debutante ayer-, que en varias ocasiones generó peligro llegando hasta la línea de fondo albiazul. La más clara, cediendo un balón a Toni Villa para que este obligara a intervenir con acierto a Pacheco con un disparo cruzado a la media vuelta.

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Merecida victoria del Alavés en Valladolid (0-2)

En el bando albiazul era Edgar Méndez el encargado en ese tramo de protagonizar las incursiones más punzantes. Así, hasta que en el minuto 17 llegó la jugada que alteró por completo el guion del encuentro. Rubén Duarte ejecutó un centro lejano desde la izquierda, el central El Jamiq calculó mal el salto para despejar y la pelota le cayó a los pies de Lucas Pérez al borde del área pequeña. Cuando el gallego iba a rematar a placer, fue empujado por detrás por Nacho mientras su disparo era despejado por Roberto.

Después de unos segundos de dudas, el colegiado Munuera Montero señaló penalti y, tras la intervención del VAR, mostró la cartulina roja directa al zaguero local. Se dibujaba así un escenario aparentemente ideal para los intereses del Glorioso. El posterior lanzamiento desde los once metros del siete albiazul, sin embargo, se estrelló en el larguero. Primer gran jarro de agua fría para los gasteiztarras.

Al menos, permanecía el consuelo de disfrutar de superioridad numérica durante más de una hora. Tras un período de adaptación a la nueva situación, en el minuto 34 se produjo la mejor jugada alavesa hasta entonces. Con rápidos y precisos toques llevó la pelota a la banda izquierda para que Peleteiro centrase y Lucas Pérez, de primeras, alojase el balón en el fondo de la red. La alegría se desbordó en el bando vitoriano pero el VAR la congeló de golpe. Porque tras interminables minutos de consultas detectó un milimétrico fuera de juego de Jota en el inicio de la acción y anuló el gol. De nuevo, otra mayúscula decepción.

El Alavés mantuvo el mando hasta el descanso, pero sin volver a generar peligro. Al regreso de los vestuarios, en cambio, fue el Valladolid quien, pese a su inferioridad, intentó dar un paso adelante. El cuadro de Machín, por su parte, optó por conservar la paciencia y aguardar su oportunidad. La que le llegó en el minuto 54 cuando Peleteiro, Lucas y Pina -los tres mejores albiazules ayer- se asociaron junto a Rubén Duarte para dibujar una espectacular jugada al primer toque que culminó con el pase de la muerte de Jota y el remate colocado del manchego que, esta vez sí, se transformó en el 0-1.

El gol espoleó a los vitorianos, que disfrutaron de sus mejores minutos liderados por la conexión gallega de su vanguardia. Joselu y Lucas Pérez pudieron marcar pero El Jamiq lo impidió en ambos casos, en el segundo sacando el balón en la línea de gol. La incapacidad de sentenciar el partido hizo que el Alavés acusase cierta inquietud y el Valladolid lo aprovechó para tratar de quemar sus últimas naves a la desesperada, aunque sin obligar a trabajar demasiado a Pacheco. Machín se decidió entonces a mover el banquillo y apenas un minuto después de introducir un triple cambio recibió la recompensa. Martín apareció por la banda derecha, regaló un preciso centro a Deyverson y el remate del basileño lo desvió Borja Sainz para firmar el 0-2. Una rúbrica que, eso sí, también debió esperar el visto bueno del VAR. Un O.K. que finalmente llegó para premiar la insistencia albiazul.

el entrenador

2 Pablo Machín El preparador soriano volvió a recurrir al sistema mixto que ya le había proporcionado su hasta ayer única victoria en el derbi ante el Athletic. De esta manera planteó una defensa de cuatro cuando el rival tenía la pelota y de tres cuando tocaba atacar. Mantuvo la calma y la fe en las opciones de éxito pese al paso de los minutos sin aprovechar la superioridad. Al final, el equipo obtuvo la justa recompensa a su paciencia.

las claves

Superioridad numérica Resulta incuestionable que la temprana expulsión del local Nacho alteró por completo el desarrollo del encuentro. En el arranque el Valladolid se mostró muy incisivo por la banda derecha pero, tras quedarse con un hombre menos, el control pasó a manos albiazules. El Alavés disfrutó de superioridad numérica durante más de una hora y supo sacar rédito a esa ventaja. con una buena dosis de paciencia

Perseverancia Pese a encontrarse con dos jarros de agua fría casi consecutivos como fallar un penalti y ver anulado un gran gol de Lucas Pérez, 'El Glorioso' no se vino abajo y continuó llamando a la puerta de Roberto hasta que consiguió derribar el muro del exalbiazul.

LA FIGURA: Lucas Pérez

Pese al doble varapalo de fallar un penalti y ver cómo el VAR le anulaba un gran gol no se vino abajo y firmó un encuentro excelente. Participó en todas las acciones de peligro.

DEBE MEJORAR: Joselu

Dentro de un partido notable de todo el equipo, al delantero gallego le faltó la precisión y brillantes de otras ocasiones. Sí aportó, como siempre, su gran dosis de trabajo y pelea.

7ª JORNADA DE LIGA

Estadio Nuevo Zorrilla.

Árbitro Munuera Montero (andaluz).

Valladolid

1. Masip; 3. Raúl García (23'); 2. Luis Pérez (80'); 6. Bruno; 20. San Emeterio; 11. Hervías; 40. Jota; 21. Míchel; 10. Óscar Plano (80'); 17. Roque Mesa (59'); 23. Waldo; 16 Marcos André (59').

Alavés

13. Sivera; 21. Martín (83'); 2. Tachi; 26. Javi López; 19. Manu García (83'); 11. Luis Rioja; 18. Burgui; 29. Borja Sainz (83'); 10. Guidetti; 14. Deyverson (70').

GOLES

0-1, minuto 54: Tomás Pina. Gran jugada entre Duarte, Peleteiro y Lucas Pérez que culmina con el pase de la muerte de Jota desde la línea de fondo para que Pina, solo en el área, coloque la pelota suavemente cerca de la escuadra.

0-2, minuto 84: Borja Sainz. Internada de Martín por la derecha que cede a Deyverson y el remate del brasileño, que iba fuera, lo desvía lo justo Borja en el área pequeña.

TARJETAS

Amonestó a Toni Villa (minuto 42) y expulsó con roja directa a Nacho (minuto 20) en la jugada que originó el penalti.