unque fuera solo por un rato, Tomás Pina cambió en la jornada de ayer el césped, su hábitat natural, por las pizarras digitales del colegio NClic de Vitoria. Porque en estos tiempos de nueva normalidad así es como debió tener lugar -gracias a una videoconferencia- el encuentro del centrocampista albiazul con los escolares gasteiztarras. Una cita promovida por LaLiga para tratar de concienciar a los más pequeños, a través del ejemplo de sus ídolos, de la importancia de protegerse ante el coronavirus.

De esta manera, el centrocampista manchego se convirtió en el aclamado profesor de un nutrido grupo de aproximadamente 120 alumnos de tercero, cuarto y quinto de Primaria que no perdieron detalle de sus recomendaciones. Así, les animó a seguir cumpliendo con las medidas de prevención y seguridad que están a su alcance, como lavarse las manos con frecuencia, mantener la distancia de seguridad con los compañeros y jugar con prudencia en el recreo. Además, compartió con ellos las nuevas rutinas que ha tenido que adoptar el fútbol profesional para poder comenzar esta nueva temporada y los cambios que están viviendo los propios jugadores. Acciones impensables hace un tiempo como no compartir vestuarios, desinfectarse las manos con frecuencia, saludarse a distancia o utilizar la mascarilla siempre que no estén en el campo que en la actualidad están completamente integradas en su día a día.

Pero la curiosidad de los txikis no resulta sencilla de satisfacer y, tras su primera exposición, Tomás Pina fue sometido a un duro cuestionario. Un exigente examen en el que no faltaron preguntas sobre sus sentimientos durante la cuarentena, las complicaciones de tener que entrenar en solitario en casa o si echaba de menos al público en Mendizorroza. Además, claro está, de pedirle que les enseñara algún ejercicio que ellos pudieran repetir en caso de que se produjera otro confinamiento. Una prueba que el albiazul superó con nota.