- A estas alturas resulta una absoluta obviedad que el coronavirus ha cambiado por completo la vida de todo el mundo. Una transformación de la que por supuesto no escapa el deporte profesional y que no afecta únicamente a lo que sucede sobre los terrenos de juego. Porque la incidencia del temido covid-19 es también enorme en los despachos, mediatizando de manera muy importante la viabilidad económica presente y futura de los clubes. Una nueva realidad que conviene tener muy en cuenta y frente a la que los afectados no han dudado en adoptar diferentes medidas.
En el caso del fútbol profesional el control económico ya estaba muy presente en el día a día de los equipos desde que el polémico Javier Tebas tomó las riendas de la Liga pero la entrada en escena de la pandemia ha tenido como consecuencia que el corsé sea mucho más ajustado. Una derivada comprensible de la preocupante situación general, en la que hasta las empresas más solventes y poderosas se han visto seriamente afectadas.
Como en una imparable cascada de fichas de dominó los problemas de unos se han ido extendiendo a otros hasta dibujar el actual escenario de incertidumbre. Si a eso se le añade la imposibilidad de obtener ingresos a través de la presencia del público en los estadios y el tijeretazo de los derechos de televisión, la aparición de los números rojos se antojaba solo cuestión de tiempo. Una realidad que confirmó ayer el director general del Atlético de Madrid, Miguel Ángel Gil Marín, que desveló que 34 clubes de los 42 que integran la Primera y Segunda División estarán este curso por encima del límite del coste de plantilla que autoriza LaLiga a través de su control económico.
Debido a que este agujero ha sido generado por una causa de fuerza mayor como el coronavirus, no acarreatá sanciones económicas ni deportivas pero sí consecuencias. De este modo, los equipos afectados solo podrán fichar futbolistas cuya inversión no supere el 25% de la cantidad que ingresen por ventas de integrantes de sus plantillas o ahorros por salidas de jugadores actuales. En caso contrario, LaLiga no los inscribirá y, por lo tanto, no podrán jugar.
Esta nueva vuelta de tuerca al cinturón hace más necesaria si cabe la operación salida en el Deportivo Alavés, que cuenta en estos momentos con más de treinta contratos en su primer equipo sin haber oficilizado todavía ningún fichaje. Unas incorporaciones que, atendiendo a este control financiero, únicamente podrán acometerse (con el beneplácito reglamentario) después de haber completado varias ventas o, como mínimo, conceder cartas de libertad.
13 de septiembre. LaLiga ratificó ayer su propuesta de calendario para la próxima temporada, que mantiene como fecha de inicio el fin de semana del 13-14 de septiembre. Aunque todavía debe recibir el visto bueno de la Federación para adquirir el rango oficial, todo apunta a que este será el modelo finalmente elegido. Los equipos que han disputado competición europea y fase de ascenso arrancarán más tarde. Real Madrid y Getafe el 19 de septiembre; Barça, Atlético, Sevilla y Elche o Girona el 26. La finalización del campeonato de la regularidad está prevista para el 23 de mayo y será necesario disputar varias jornadas entre semana. Pero, además, se establece por primera vez la necesidad de que haya fútbol en el periodo navideño para poder cuadrar todos los compromisos. Habría competición únicamente en Primera División y los encuentros se disputarían los días 23 y 30 de diciembre. La Copa del Rey, por su parte, está previsto que empiece el 16 de diciembre.
Se podrá fichar jugadores cuya inversión no supere el 25% de la cantidad que se ingrese por ventas o se ahorre por salidas