- Las expediciones de alpinistas tradicionales que buscan coronar alguna de las grandes cumbres del planeta acostumbran a dedicar unas cuantas semanas a adaptarse al medio en el que va a tener lugar su complicado trabajo. De esta manera, suelen programar ascensiones previas a montañas cercanas de menor dificultad para ir habituando sus organismos a los esfuerzos y la altitud. Solo cuando esta fase está ya totalmente completada encaran el objetivo final que les ha llevado hasta allí. Y ese periodo de aclimatación -muchas veces tedioso- es en la mayoría de las ocasiones el mejor aliado para poder cerrar con final feliz el intento. Esta práctica montañera cuenta con su analogía en otros deportes, en los que el tiempo de preparación es fundamental para poder aspirar a tener éxito. Sin embargo, hay ocasiones en las que algunas circunstancias especiales hacen imposible cumplir con el plan deseado.

Un escenario en el que, desgraciadamente, se encuentra en estos momentos el Deportivo Alavés. Porque el conjunto vitoriano debe afrontar este viernes el asalto a su particular Everest. Son las inevitables consecuencias de la errática trayectoria de la escuadra albiazul desde el regreso a la competición que se ha llevado por delante al cuerpo técnico encabezado por Asier Garitano. De esta manera su sustituto en el banquillo, contratado para buscar una reacción inmediata, se enfrenta a un estreno en el que apenas cuenta con boletos para optar a rascar algún premio.

Tanto por la situación propia del combinado del que acaba de tomar las riendas como por el estado del que será su primer adversario. Por lo que respecta a la primera de las situaciones, hoy miércoles dirigirá su tercera sesión de trabajo en Ibaia, por lo que apenas va a disponer de tiempo material para implantar su filosofía en un grupo alicaído y sin ideas al que, antes que nada, tiene que conseguir despertar y sacar del aparente letargo en el que se encuentra. Pero es que si esa tarea ya es lo suficientemente complicada en cualquier situación, la identidad del adversario y la clasificación la convierten en un obstáculo de proporciones mayúsculas.

Con cinco derrotas consecutivas en el expediente y los tres puntos logradas ante la Real Sociedad como única recompensa tras el coronavirus, el Alavés se mantiene fuera de las posiciones de descenso gracias únicamente a la falta de acierto de sus perseguidores. El Mallorca, sin embargo, parece dispuesto a apurar sus opciones de escapar de la quema y los seis puntos -más el golaverage- que ahora mismo le separan del Glorioso se antoja una distancia salvable para los insulares si el plantel gasteiztarra no consigue reencontrarse con los buenos resultados cuanto antes. Por ello, en las cuatro jornadas que restan para la bajada definitiva del telón liguero, está obligado a sumar cuanto antes y, de esta manera, dar un golpe moral a su perseguidor y certificar su permanencia un año más en Primera División.

Una receta sencilla sobre el papel pero que se complica de manera exponencial cuando es el Real Madrid el primer rival al que se debe enfrentar. Y para terminar de complicar la ecuación, en su propio feudo. Un simple repaso a las estadísticas es suficiente para percibir la complejidad del desafío. Y es que de las catorce ocasiones en las que el Deportivo Alavés ha visitado hasta el momento al Real Madrid en competición liguera, trece de ellas se han saldado con victoria merengue Esta solitaria alegría se produjo hace ya veinte años. Concretamente el 6 de mayo del año 2000, en la 36ª jornada de la temporada 1999-00, cuando el gol anotado por Jorge Azkoitia en el minuto 87 supuso el triunfo de los de Mané sobre el combinado galáctico de Vicente del Bosque. El resto de enfrentamientos terminó en decepción vitoriana. Una dinámica que Muñiz tratará de cambiar sin aclimatación previa.

Examen inmediato. El Deportivo Alavés afronta el que sin duda puede considerarse el escollo más importante para cualquier equipo de la Liga ahora mismo sin periodo de aclimaración. De este modo visita al Real Madrid muy necesitado de una reacción pero sin que el nuevo entrenador haya tenido tiempo de implantar sus ideas.

Precedentes. Al margen de la evidente delicada situación por la que atraviesa la escuadra albiazul, la historia tampoco invita demasiado al optimismo. Y es que de las catorce ocasiones en las que 'El Glorioso' ha visitado al combinado 'merengue' en la competición liguera trece se han saldado con victoria blanca y solo en el ejercicio 1999-00 el triunfo sonrió a los albiazules.

21

El Real Madrid es el equipo que en mejor forma ha regresado tras el parón, como lo demuestra que ha ganado los siete partidos que ha disputado, siendo el único que ha sumado los 21 puntos posibles.

Dos empates. Teniendo en cuenta que ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria al frente del poderoso Real Madrid, no son muchos los entrenadores que puede presumir de no haber perdido nunca en sus enfrentamientos con Zinedine Zidane. Pues bien, uno de ellos es Juan Ramón López Muñiz. El nuevo preparador del Deportivo Alavés se midió al francés en dos ocasiones en la temporada 2017-18 dirigiendo al Levante y en ambas conquistó valiosos empates. A un gol en el Santiago Bernabéu y 2-2 en el terreno de juego granota. El viernes Muñiz tratará de prolongar su particular racha a los mandos del 'Glorioso'.

De las catorce visitas ligueras al combinado blanco trece se saldaron con triunfo local y solo en el año 2000 se impuso 'El Glorioso'