En Son Moix se medían ayer los dos equipos que más penaltis acumulaban en contra en la presente temporada en Primera División, con diez cada uno, pero este particular empate entre Mallorca y Deportivo Alavés se rompió al padecer el cuadro albiazul su undécima pena máxima en lo que va de curso. Un nuevo récord, en este caso negativo, el que establece El Glorioso, que ayer superó sus peores registros en la máxima categoría en este apartado que databan de las temporadas 2005-06 y 2017-18, campañas que concluyó con hasta una decena de penaltis en contra. Con catorce jornadas todavía por disputarse -raro será que la cifra no se siga incrementando-, el equipo de Asier Garitano ya ha visto a sus rivales ir en once ocasiones al punto fatídico.
Por si fuera poco, la infracción que desembocó en el penalti, con el colegiado Pizarro Gómez siendo ayudado por Soto Grado desde la sala de videoarbitraje, fue de nuevo una mano. Con la de ayer de Lisandro Magallán -de las que generan muchísimas dudas, pues el remate de cabeza de Budimir ciertamente toca en el brazo del defensa argentino, pero la distancia entre ambos jugadores era mínima, la extremidad no estaba excesivamente despegada del tronco y tampoco ocupaba un espacio antinatural- ya son siete los penaltis en contra que han venido provocados por manos.
De estas once penas máximas en contra, además, diez han llegado en encuentros lejos de Mendizorroza (la de ayer ante el Mallorca se une a las anteriores ante Athletic, dos frente a la Real Sociedad, Valencia, las dos contra Osasuna, Granada, Barcelona y Sevilla) y la única en casa fue ante el Betis. Lo máximo que ha sacado el cuadro albiazul en estos nueve de partidos con penaltis en contra han sido un par de empates.
En el lado positivo de este registro tan nefasto, Fernando Pacheco detuvo ayer su tercera pena máxima de la temporada. Ante Salva Sevilla repitió el acierto que ya tuvo ante Portu (Real Sociedad) y Joaquín Sánchez (Betis) y el extremeño suma ya siete penaltis parados en cuatro años en Primera División. - DNA