Vitoria - Uno de los grandes problemas del Deportivo Alavés a lo largo de su actual andadura en Primera División pasaba por sus enormes dificultades a la hora de encontrar acomodo a los futbolistas que no entraban en sus planes de futuro inmediatos, bien por su escaso rendimiento precedente o por no considerar los técnicos que estaban capacitados para sumar en positivo al equipo. Dicha problemática, más marcada por las decisiones desde la tesorería del club que por la dirección deportiva en la mayoría, vivió su punto álgido durante el último mercado veraniego, cuando no se consiguió dar salida a un buen puñado de jugadores que se sabía desde hacía mucho tiempo que no iban a contar con minutos de ninguna de las maneras. Y esa continuidad en Vitoria de varios integrantes de la plantilla que no contaban para Asier Garitano condujo a no reforzar entonces más el equipo -Abdul Majeed Waris estuvo aguardando hasta el último momento alguna salida, pues la entidad pretendía guardar un margen importante hasta el límite salarial de cara al mes de enero- y también a cerrar alguna salida que en principio no estaba pautada. Una situación a la que se le ha conseguido dar la vuelta en las últimas fechas, primero con un mercado invernal prolijo en salidas mayoritariamente de futbolistas sin peso en el equipo y estos últimos días aprovechando el requerimiento del Zaragoza por Burgui haciendo valer el permiso especial que se le otorga por una lesión de larga duración. Así, se ha solucionado casi por completo el recurrente problema del club de encontrar acomodo a los descartes.

En no pocas ocasiones, las motivaciones económicas han pesado más que las deportivas a la hora de tomar decisiones con los jugadores que no entraban en los planes inmediatos de futuro del club. En estos casos, el dinero suele ser la solución a casi cualquier problema, pero desde las oficinas del Paseo de Cervantes se ha optado muchas veces por no atender a las peticiones de los futbolistas aún a costa de que se quedasen en Vitoria, como ha sucedido en muchas ocasiones. El caso más flagrante de todo este periplo ha tenido a Dani Torres como protagonista, a quien en todas las opciones que se fueron abriendo solo se le pudo dar salida como cedido en una ocasión, en enero de 2019 rumbo al Albacete. En los despachos de Mendizorroza se han vivido episodios variados con el colombiano -y sus constantes referencias a Dios- como protagonista por su insistencia para seguir de albiazul a pesar de tener ofertas de otros equipos. Una relación finiquitada definitivamente hace unas semanas con la rescisión de su contrato y el punto y final a una relación que deja un déficit en el balance económico global.

Torres finalizaba su vínculo al final del presente curso y el club no ha hecho sino adelantar el final de dicha relación, pero en casos como los de John Guidetti o Burgui se ha abierto la mano por la constatada necesidad de poner a estos jugadores en el mercado. El sueco y el extremeño supusieron en su momento también inversiones importantes y el club aspira a que no se repita la experiencia con el colombiano, por quien al final no ha recuperado dinero.

Con su marcha al Hannover, Guidetti se ha vuelto a situar bajo los focos y esa recuperación podría conducirle a encontrar un nuevo acomodo de cara a la siguiente temporada, ya que parece difícil que se cumplan las cláusulas para que el club alemán se vea obligado a asumir la obligación de compra que recoge la cesión. Más viable en este sentido parece la cuestión en el caso de Burgui, cuyo préstamo al Zaragoza recoge su traspaso a final del curso en caso de ascenso. Esa misma cláusula se ha incluido en la cesión de Antonio Sivera al Almería, por lo que es evidente cuáles son los clubes que despiertan las simpatías del Alavés en la categoría de plata.

Aún enquistado Con Javi Muñoz a préstamo en Tenerife, el único caso importante que El Glorioso no ha sido capaz de resolver en las últimas semanas es el que atañe a Rafa Navarro. El sevillano fue contratado para jugar en el Sochaux, pero la ruptura del vínculo con el club galo le dejó el pasado verano con dos años de contrato por delante de un coste elevado y la certeza de que en Vitoria no tenía sitio. Todos los contactos con el jugador, tanto en verano como en enero, resultaron infructuosos al no existir acuerdo económico, por lo que el problema se mantiene aún enquistado y se habrá de abordar de nuevo en unos meses. Mención aparte en este sentido se merece la situación de Jeando Fuchs, que rompió de manera unilateral su cesión al Maccabi Haifa generando un enorme malestar en las oficinas de Mendizorroza.

No serán los únicos problemas que tendrá que afrontar una dirección deportiva a la que no le faltarán los frentes abiertos a la hora de colocar en el mercado jugadores que es dudoso que tengan un sitio en el nuevo proyecto del Alavés. La cantidad de piezas que el club tiene cedidas a lo largo y ancho de Europa es muy importante -además, la FIFA pretende limitar de manera considerable la cifra de préstamos que cada entidad realiza, que hasta ahora ha sido libre- y casi ninguna de ellas regresará a Vitoria para quedarse. Eso amén de jugadores de la actual plantilla con contrato en vigor pero que es evidente que no van a tener espacio en el equipo de la próxima temporada.