Vitoria - El Deportivo Alavés tendrá hoy a partir de las seis y media de la tarde la difícil tarea de puntuar en el Ramón Sánchez-Pizjuán, hogar del tercer mejor equipo de Primera División en estos momentos, que llega a esta cita tocado después de caer esta misma semana en la Copa del Rey contra el Mirandés. Si normalmente hacer daño al Sevilla en su feudo está a la altura de muy pocos, el desafío para El Glorioso será hoy aún mayor, ya que el conjunto andaluz parece haber solucionado la gran lacra que había arrastrado desde el principio de la temporada.

La escuadra de Julen Lopetegui tuvo que reponerse en verano a la pérdida de dos piezas clave como Pablo Sarabia y, sobre todo, el goleador Wissam Ben Yedder, encargado de liderar las tablas anotadoras del equipo durante las tres campañas anteriores. Para cubrir su baja, el director deportivo Monchi fichó a tres arietes: Luuk De Jong, Munas Dabbur y Chicharito Hernández. Seis meses después, solo De Jong se ha ganado el privilegio de continuar en la entidad sevillista, a pesar de haber sido objetivo de numerosas críticas a lo largo de la primera vuelta de la competición de la regularodad por su rendimiento.

Desde que comenzó la temporada, Julen Lopetegui ha confiado en el holandés de 1,88 metros para su delantera, decisión que mantuvo a pesar de que el balance goleador de De Jong estuvo muy lejos de las expectativas. El ariete venía de marcar 28 tantos en la liga holandesa y no fue hasta la jornada nueve cuando se estrenó con la camiseta del Sevilla, después de haber sido titular en los ocho encuentros anteriores. Sus escasas cifras no se debieron precisamente a la falta de ocasiones, ya que Ocampos, Jesús Navas y Reguilón son una auténtica fábrica de generar centros al área, que acababan rematados mansamente a las manos del portero, golpeando al palo o en la grada del Sánchez-Pizjuán. El delantero recobró algo de crédito en el derbi contra el Betis en el estadio Benito Villamarín, en el que marcó un auténtico golazo que significó la victoria para la escuadra nervionense.

Desde entonces, tuvieron que pasar dos meses para que De Jong volviera a ver portería. Lopetegui probó con Chicharito, con Munir, con Dabbur o incluso a ratos con Franco Vázquez en la posición de delantero, aunque el holandés siguió siendo la opción preferencial. Mientras otros equipos -como Osasuna con el Chimy Ávila, el Levante con Roger, el Getafe con Ángel, el Mallorca con Budimir e incluso el Alavés por partida doble con Lucas Pérez y Joselu- se encomendaban a sus delanteros para anotar, el Sevilla se aferraba a Ocampos, Nolito, Franco Vázquez, Banega o Jordán para mantenerse en la pelea por entrar en la Liga de Campeones.

Esto ha obligado a Monchi a tener que replantearse la planificación de la plantilla en invierno y vender a Chicharito y a Dabbur, con quienes menos contaba Lopetegui, para fichar al marroquí En-Nesyri, que ha llegado procedente del Leganés por veinte millones de euros. Esta operación parece haberle metido el miedo en el cuerpo al ex del PSV, que ha forzado un último cambio de guion en enero.

El nuevo De Jong El año 2020 le ha sentado bien al delantero holandés, que parece otro y ya ha marcado en enero más goles de los que había acumulado en el resto de la temporada. Un tanto contra el Escobedo en la Copa del Rey le sirvió para recuperar confianza y en la visita del Sevilla al Santiago Bernabéu dio un auténtico recital. Primero remató con precisión de cirujano un córner al vértice de la portería, aunque el VAR lo anuló en una decisión polémica. Sin embargo, no cesó en su empeño y empató el encuentro con un zurdazo desde fuera del área.

El Sevilla terminó perdiendo, pero De Jong fue el mejor de los visitantes. El pasado fin de semana volvió a ver portería con un remate imposible de cabeza a la escuadra, prácticamente de espaldas a la portería, que abrió el marcador frente al Granada. La afición, tan crítica durante todo el curso, terminó ovacionándolo.

Si Julen Lopetegui ha seguido confiando en De Jong a pesar de su escaso acierto de cara a portería es por todo lo que el ex del PSV aporta sobre el terreno de juego. Es incansable en la presión, un auténtico incordio en la creación del rival y su juego aéreo lo convierte en un valor añadido en las jugadas a balón parado, tanto en ataque como en defensa. A la hora de buscar la portería contraria, el balón largo es una gran opción para los de Lopetegui, ya que De Jong es capaz de peinar y controlar la mayoría de balones, esperar a sus compañeros y jugar de espaldas. Con su altura y poderío físico supone un desgaste para los centrales y es capaz de generar espacios que Nolito y Ocampos saben aprovechar a la perfección. Además, está compartiendo minutos con En-Nesyri, ya que sus características son totalmente diferentes.

Si continúa con su racha y se convierte en un goleador estable será sin duda uno de los delanteros más a tener en cuenta de la categoría. Hoy será uno de los pocos días en los que los centrales albiazules realmente sufran en los balones aéreos, y la amenaza de De Jong se sumará a los quebraderos de cabeza que habitualmente genera el Sevilla con la presión de su estadio y las incansables carreras de sus hombres de banda. Los de Nervión no ocupan la tercera posición de la tabla por casualidad.