Vitoria. La apuesta del Deportivo Alavés por Ibaia no se va a limitar a la mejora de las instalaciones con las que actualmente cuenta el club y en las que ya lleva tiempo profundizando, sino que su pretensión es ampliar sus propiedades con la adquisición de terrenos adyacentes a los que en estos momentos posee para contar con una superficie todavía mayor en la que asentar su renovada y ampliada ciudad deportiva. En los últimos meses, los rectores albiazules han emprendido las negociaciones con los propietarios de tres parcelas agrícolas que se encuentran entre sus actuales instalaciones y Zuazo de Vitoria -la primera de ellas, hacia el norte, adyacente a la propia ciudad deportiva y las otras dos justo a continuación siguiendo la carretera que une el complejo deportivo con el concejo vecino-, unas conversaciones que se han resuelto con preacuerdos satisfactorios ya con sus propietarios en dos de los casos -ya estaban cerrados cuando se celebró la última junta de accionistas el pasado 26 de diciembre- y que desde el club esperan que cristalicen definitivamente con la adquisición de la tercera finca.

La suma de estos tres espacios permitiría un crecimiento considerable, aunque la idea primigenia de la entidad del Paseo de Cervantes pasaba por incrementar su espacio de actuación todavía más. No en vano, en su proceso de búsqueda de nuevos terrenos una vez que fracasó la compra de Betoño ya trató con la junta administrativa de Zuazo la adquisición del campo de tiro de Ibaia, que se encuentra pegada al completo alavesista hacia el oeste, una vía en la que se podría trabajar a partir de ahora de nuevo con un alquiler de dicha parcela, única alternativa que maneja un concejo que no pretende poner a la venta esos terrenos.

Desde que asentase definitivamente su idea de mejorar la ciudad deportiva José Luis Compañón, el Alavés se puso manos a la obra a negociar la adquisición de nuevos terrenos en el entorno de su propiedad -todas las negociaciones de este perfil han corrido a cargo del presidente, Alfonso Fernández de Trocóniz, y del director general institucional, Jesús Vázquez- para poder así ampliar unos dominios que se le quedan escasos para desarrollar un proyecto en el que se pretende englobar todo el funcionamiento del fútbol profesional, con oficinas de trabajo añadidas a la actual estructura y también la prioridad de poner en marcha un nuevo campo con una grada y servicios acordes a los mínimos de exigencia de un club que tiene a su filial en la tercera categoría del fútbol estatal y a su equipo femenino en Segunda División.

Durante los últimos meses, desde septiembre, los máximos responsables alavesistas han contactado con los propietarios de las parcelas privadas más cercanas a la actual ciudad deportiva y con dos de ellos ya han alcanzados sendos preacuerdos que recogen los términos económicos de la venta y las penalizaciones en caso de que la transacción no acabe de producirse. Y es que, para que la operación sea redonda para los intereses albiazules, todavía les falta adquirir una tercera finca que vendría a completar el proyecto de expansión en dirección a Zuazo.

Recalificaciones obligadas

En esta operación se ha tratado con propietarios privados de parcelas agrícolas, pero las conversaciones que hace meses se mantuvieron con la junta administrativa del concejo vecino tendrán que abrirse de nuevo a partir de ahora. No en vano, al margen de la pretensión de acabar desembarcando también en el campo de tiro de Ibaia -desde Zuazo siempre se ha mantenido que solo podría hacerse mediante alquiler dentro de un proceso legal perfectamente estructurado a través de un pliego de condiciones y una oferta pública-, entre las tres parcelas que aspira a controlar el Alavés hay zonas de espacio público que están registradas a nombre del concejo y que impiden que esas fincas puedan unirse en una sola pieza, como es la pretensión del club.

La otra cuestión espinosa viene marcada por la calificación de uso de los terrenos que el Alavés quiere comprar para ampliar su ciudad deportiva. El complejo de Ibaia está contemplado actualmente como de uso rústico, por lo que no se permiten edificaciones como la que el club pretende con el crecimiento hacia arriba del actual edificio de vestuarios y dependencias médicas para contar también con oficinas ni tampoco una grada de mayores dimensiones que la estructura que se instaló el pasado verano y que se pretende tenga carácter provisional; mientras que las parcelas que aspira a adquirir son de uso agrícola, por lo que en su actual modalidad no podrían ubicarse en ellas instalaciones deportivas. Los planes del Alavés requieren de una recalificación de todos esos terrenos, una cuestión que debería tramitar el Ayuntamiento de Vitoria.

En todo caso, las ideas de crecimiento a futuro del Glorioso son claras con esa apuesta que ha realizado por la adquisición de los terrenos adyacentes a la ciudad deportiva de Ibaia. Una operación que de cristalizar como el club pretende supondría un reseñable desembolso económico, pero muy lejos del que debería haberse hecho en el caso de haber partido desde cero en un entorno diferente.