Artesanos del Tifo
Esta noche ‘Iraultza 1921’ desplegará la composición más novedosa de su historia
Vitoria - Se abre la puerta 6 de Mendizorroza. No es día de partido, pero, en los bajos del fondo de Polideportivo, Iraultza 1921 no descansa. “Esto no es solo animar”, dicen. Sobre el suelo descansa el anticipo del tifo -un italianismo que tiene su origen en hinchada y extendido al español con el significado de acción o representación de los hinchas en un estadio- que esta noche desplegarán antes del inicio del partido contra el Atlético de Madrid. “El más novedoso de nuestra historia”. Alrededor descansan los botes de pintura y todos los elementos necesarios para su confección. Como si se tratase del estudio privado de alguno de los grandes artistas de la historia, un nuevo cuadro espera las pinceladas definitivas que lo convertirán en una nueva obra de arte del alavesismo. Un trabajo grupal encabezado por Tifo Ekintza -el grupo dentro de la peña que se encarga del diseño y la planificación-, pero al que está invitado todo el que quiera pasarse a colaborar. “Venir a pintar está abierto a todo el mundo porque queremos que sea algo participativo, que sirva para conocernos y que, cuando lo saquemos, la gente que ha ayudado vea ahí representado su trabajo”. Artesanía pura en la confección de estas pancartas gigantescas que dejan boquiabierto al alavesismo y que no tienen comparación a nivel estatal, ya que en Vitoria se sigue el camino de Alemania y Francia, grandes referentes en este sentido.
El crecimiento a nivel muralístico ha sido tan veloz como el que ha experimentado la propia Iraultza 1921. En apenas siete años se han ido dando pasos hacia adelante sin solución de continuidad. Todo comenzó con motivo del duelo copero con el Barcelona en la temporada 2012-13, cuando el equipo estaba en Segunda División B. “Era el primer año del grupo, pensamos en hacer algo llamativo y no teníamos medios. Pusimos dinero de nuestros bolsillos para ese primer tifo, en el que queríamos mandar el mensaje de que no estábamos muertos. Hoy en día es todo muy bonito, pero entonces... Vimos que todo el colectivo ganaba mucho con esta actividad y nos empezamos a conocer mejor entre nosotros. Ahora, aparte de animar, es, con los viajes, la actividad más importante que hacemos y el motor del grupo porque cuando ves el tifo colgado te acuerdas de todo ese mes que has compartido con esa gente trabajando. No es un trozo de plástico, hay una historia y mucho trabajo detrás”, señalan.
La iniciativa está lejos de ser casual. Todo se estudia y se debate concienzudamente. No en vano, la mitad del presupuesto del grupo va dirigido a esta labor. Hay un trabajo previo de planificación, la propia elaboración y después, el momento más importante, la puesta en escena con la ejecución. “A principio de temporada nos reunimos y se deciden cuáles son los partidos más importantes del año y también nos fijamos si coinciden con fechas señaladas de la historia del club o de la ciudad. Nos gustaría sacar todos los días, pero no nos da ni económicamente ni en cuanto a medios humanos. Entre todos se decide la idea y el motivo del tifo y, una vez decidido, se le pasa la idea al diseñador. Él nos presenta varios proyectos, luego decidimos qué se va a hacer en asamblea y, a partir de ahí, ya nos ponemos manos a la obra con su ejecución. Una vez hecho, se cuelga un par de días antes del partido y se prueba. Luego, en el partido, la ejecución es lo más importante porque en dos minutos puedes tirar por la borda el trabajo de todo un mes si no se levanta bien o falla algo”, explican.
Superando obstáculos El crecimiento del nivel muralístico en lo referido al diseño ha sido espectacular a lo largo de estos siete años. Lo mismo que el incremento de las trabas que el grupo tiene que superar hasta que puede levantar una de sus creaciones. “Aquí todos son problemas, mientras que en otros países son los propios clubes y las competiciones los que ayudan a las peñas. Encima ahora estamos criminalizados, así que... Hay que usar una pintura especial, también las cuerdas, el plástico tiene que ser ignífugo, hay unas medidas que se tienen que respetar... La última vez vino un ingeniero a hacernos un certificado y nos dijo que nunca le habían pedido una cosa así. En otros sitios, también incluso en campos de Primera División, no hay el control que tenemos aquí. Superas un obstáculo y te ponen otro. Estamos siempre hasta el último momento esperando para ver si lo vamos a poder sacar o no. Parece que no quieren que lo hagamos, pero luego nos usan como imagen”, se quejan.
Todas esas trabas no se han convertido en obstáculos insuperables. Todo lo contrario. El crecimiento ha sido imparable durante estos años e Iraultza 1921 se ha convertido también en una referencia a nivel de tifos. Si el que exhibieron en la final de la Copa del Rey en el Vicente Calderón fue el más difícil y costoso al estar confeccionado sobre tela, el de esta noche será el más novedoso. Iba a mostrarse contra el Athletic, pero “los lunes no se tifa”. Se trata del gran proyecto del año, una nueva obra de arte para el alavesismo.