Vitoria - Como ya adelantó DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en su edición del pasado jueves 17 de enero, el Deportivo Alavés tenía ya encarrilada la incorporación de Takashi Inui y solo quedaban pequeños detalles para cerrarla. Ni siquiera ha esperado el club vitoriano a que el jugador japonés concluyese su participación en la Copa Asia para anunciar el acuerdo de cesión con el Betis, cerrado desde hace días. El último fleco pendiente estribaba en la negociación en el contrato de préstamo de una opción de compra por parte del equipo vitoriano. Una cláusula que se ha acabado incluyendo, cuya ejecución no es obligatoria y que permitirá a la entidad del Paseo de Cervantes hacerse en propiedad con el futbolista nipón si así lo estima conveniente al final del presente curso a cambio de una contraprestación económica significativa aunque no desorbitada dentro de los parámetros en los que el club se viene moviendo. La adaptación al nuevo equipo y su rendimiento en los próximos meses serán factores clave para luego afrontar o descartar esa opción de compra que el Alavés se ha guardado de cara al final del curso.
Tras la marcha de Ibai Gómez al Athletic y con el dinero de ese traspaso como elemento diferencial para encarar el mercado, la dirección deportiva albiazul encabezada por Sergio Fernández tenía claro que se precisaba un jugador de peso y contrastado en Primera División para tratar de tapar el enorme hueco que dejaba el bilbaíno con su salida. Prácticamente la primera opción que manejó el máximo responsable futbolístico fue la de un Inui al que ya conocía a la perfección de las dos temporadas que coincidieron en el Eibar. Un factor que ha sido clave también para la elección del jugador, que además sabe que en Vitoria va a encontrarse con el camino alisado para volver a disfrutar de los minutos que en el Betis se le han negado durante los últimos meses.
A pesar de ser diestro, el extremo está habituado en su última etapa a jugar por la banda izquierda, pero en Vitoria tendrá que adaptarse a jugar por la derecha. Precisamente, el mismo proceso de reconversión que tuvo que realizar Ibai, quien también jugaba a pie cambiado antes de que Abelardo decidiese llevarle a su costado natural en esa idea del técnico asturiano de ensanchar al máximo el campo.
Inui, que no se suelta a hablar públicamente en castellano pero que conoce a la perfección el idioma, cuenta con la ventaja de haber militado durante tres temporadas en un club como el Eibar, con un vestuario y un funcionamiento interno muy similar al del Alavés. No va a encontrarse con un nuevo choque cultural importante y es un jugador que conoce la Primera División a la perfección después de acumular casi un centenar de partidos. Por ello, desde la dirección deportiva se espera que ofrezca un rendimiento prácticamente inmediato en cuanto llegue. Precisamente, ahí radica el mayor problema en estos momentos, ya que la presencia de Japón en la Copa Asia ha ido dilatando todo el proceso. Contar con él para la visita al Real Madrid sería importantísimo, aunque como muy tarde llegaría una semana después para jugar contra el Levante.