Vitoria - Si el proyecto de reforma del estadio de Mendizorroza estaba llamado a ser el de la ilusión y el futuro, parece tampoco estará exento de polémica o, al menos, de discrepancias políticas. Ayer fue la concejala de Urbanismo de Gasteiz, Itziar Gonzalo, quien compareció en el Consistorio para tratar de aportar algo de luz sobre un proyecto que ha despertado la ilusión del alavesismo. Informó en un primer momento de que la ampliación del nuevo estadio ganará 8.000 localidades -el nuevo Mendizorroza contará, por tanto, con unos 28.000 asientos y no con los 32.000 de los que se llegó a hablar- y defendió con vehemencia a continuación que el retorno de la inversión municipal, cifrada en torno a los 8,1 millones euros, será de entre 2,5 y 3 millones de euros en concepto del cobro municipal de tasas e impuestos como consecuencia de las obras de la reforma. Un colchón que, en palabras de la responsable de Urbanismo, contribuiría a paliar una apuesta económica que el pasado 14 de junio quedó reflejada en el protocolo de actuación que el propio Ayuntamiento de Vitoria firmó junto al Gobierno Vasco, la Diputación de Álava y el Deportivo Alavés, que prevé que las instituciones se hagan cargo de un máximo del 40% de la financiación, hasta los 22 millones de euros. Itziar Gonzalo, supeditó además este proyecto a un estudio de viabilidad, previo a los trámites de elaboración del proyecto, licitación y adjudicación.
El proyecto que desde hace tiempo lleva intentando sacar adelante Josean Querejeta continúa sorteando obstáculos y trámites y avanzando con un paso demasiado lento para el ritmo que acostumbra el directivo, testigo directo en los últimos meses de una incómoda oposición en el Ayuntamiento por parte de PP, y, particularmente, EH Bildu, Podemos e Irabazi, que critican, entre otras cuestiones, la “falta de transparencia” en un modelo de financiación que “perjudica a Vitoria” y en un proyecto del que no se tiene constancia en cuanto al nuevo diseño y los plazos.
De todos ellos, quizá fue el PP el que manifestó ayer una postura más crítica durante la comparecencia de Itziar Gonzalo. “No nos engañe con el tema de las licencias y las tasas porque este tipo de ingresos se producen siempre que hay una actividad. Lo que nos tiene que decir es por qué el Gobierno va a poner menos dinero en Mendizorroza de lo que invirtió en San Mamés y Anoeta, y cómo va a ser la reforma, los plazos o las modificaciones urbanísticas, si las hubiera”, criticó Miguel Garnica. A renglón seguido, fue el portavoz de Irabazi, Oscar Fernández, quien abogó por un “proyecto más sereno” que evite la “temeridad” de ejecutar una inversión “que carece de concreción”. A juicio de esta formación, quizá una propuesta menos ambiciosa permitiría solucionar en un primer momento los problemas derivados de las goteras, la falta de accesibilidad del estadio y la retirada de las columnas. Por su parte, Juan Cerezuela, de Podemos, tildó de “pastizal” la inversión cerrada por el PNV y el PSE en el Ayuntamiento, al tiempo que defendió el apoyo a la iniciativa privada siempre que tenga un retorno. EH Bildu, por su parte, mantiene su defensa para este caso de aplicar el mismo modelo de financiación desplegado en Anoeta, en el que la mayoría de la financiación corrió a cargo del club y, en el caso de las instituciones, solo se involucraron económicamente Gobierno Vasco y Diputación de Gipuzkoa. - A.Goñi/DNA
Fue el 14 de junio cuando Ayuntamiento, Gobierno Vasco, Diputación y Deportivo Alavés firmaron un protocolo de actuación en torno a la financiación del nuevo estadio de Mendizorroza, cuyo coste final podría exigir una inversión de 55 millones. En virtud de dicho protocolo, las aportaciones serían:Ayuntamiento.
Aportaría 8.183.400 euros.
Gobierno Vasco y Diputación. Aportarían 6.933.400 euros cada uno.
Alavés. Aportaría 33 millones de euros, aproximadamente el 60% de toda la inversión.