La Copa del Rey no es lo que más le importa al Deportivo Alavés en estos momentos, pero partidos como el que el equipo vitoriano protagonizó ayer en Valencia tienen que servir para seguir creciendo aunque finalmente se acabe cayendo, que eso está aún por ver, en esta eliminatoria. Con sus jugadores menos habituales, El Glorioso fue durante muchos momentos muy superior al propietario de Mestalla, que jugaba con toda su artillería pesada y que solo fue capaz de remontar cuando el físico de los vitorianos se desvaneció en los minutos finales. No lograron los de Abelardo la ventaja que merecieron en la primera parte, pero la obtuvieron cuando más empezaban a sufrir con un golazo de Rubén Sobrino. La pena fue la inmediata reacción local con un tanto de Guedes aprovechando un error de Sivera, a la que siguió la expulsión de Guedes y el 2-1 de Rodrigo que pone la clasificación cuesta arriba después de una ida que dejó muy buenas sensaciones.
El primer susto lo protagonizó el cuadro albiazul al coger Sobrino en un renuncio a Montoya y Jaume. Tras recuperar un mal pase del central que no entendió el portero y rebasar al propio guardameta, cuando lo tenía todo a su favor el de Daimiel, con muy poco ángulo, no fue capaz de atinar con la portería. Fue el preludio de un gran arranque, con el mediapunta muy activo generando una nueva ocasión que fue seguida de un disparo al palo de Hernán Pérez. Oportunidades de sobra para haber cobrado ventaja en la serie desde muy pronto.
El equipo local hubo de recomponer la figura a velocidad acelerada, tras los sustos pasó a controlar el balón y comenzó a buscar la portería de Sivera desde cualquier posición. Kondogbia probó al guardameta con un duro disparo desde la frontal que el albiazul desvió como pudo, mientras que el tiro de Guedes desde esa misma posición se marchó cerca del palo.
Se convirtió el partido en un toma y daca con momentos de correcalles, con los dos contendientes buscando conectar un golpe sobre el rival. Eso sí, las mejores oportunidades seguían cayendo del lado vitoriano. De nuevo Hernán Pérez en un contragolpe rozaba el gol, aunque en esta vez se topaba con un Jaume que acto seguido sacaba también una falta directa de Guidetti.
El Glorioso cerraba el primer acto con una clara sensación de superioridad y un importante cúmulo de ocasiones, pero sin ser capaz de superar al Valencia por su falta de puntería y poder así sacar un mayor rendimiento a unos grandes minutos que venían a dar continuidad a la tendencia del grupo desde la llegada de Abelardo.
Recobró la compostura el Valencia en un arranque del segundo acto en el que el Alavés tuvo clara la idea de cerrar vías al ataque para buscar la recuperación y el contragolpe que tan buenos resultados le habían dado con anterioridad. Orden sin balón, pero también con el esférico en posesión para jugar con facilidad mediante conexiones cortas y seguras, un fútbol efectivo que servía para generar situaciones ventajosas.
El encuentro se metió de lleno en la locura cuando el reloj se aproximaba a la hora de juego. Muchas pérdidas, muchos juego subterráneo que el colegiado permitía y un constante ir y venir que favorecía a un equipo local al que se veía mucho más fresco físicamente. Salvó los muebles casi bajo palos Alexis a disparo de Vietto en el momento en el que los che más crecidos estaban y la ofensiva se había convertido ya en un asedio que parecía ya imposible de romper.
Eran los compases de mayor sufrimiento y los albiazules apenas eran capaces de salir de su área. Entonces, llegó un momento mágico. Un saque en largo de Sivera que bajó al césped Sobrino para conectar con Munir y, tras devolverle el madrileño el balón, el de Daimiel se sacó de su pierna diestra un misil directo a la escuadra e imposible para Jaume.
Un golpe de efecto a la eliminatoria con un golazo de bandera en el minuto 66, pero que quedó mitigado un poco después (minuto 73) con un fallo de Sivera en un balón lateral de Guedes. Pensó el guardameta que el portugués iba a centrar, pero le salió un disparo envenenado que el portero albiazul se comió. Se complicaba todo aún más con la expulsión de Diéguez con casi un cuarto de hora por jugarse y finalmente le daba el Valencia la vuelta al partido con un duro disparo de Rodrigo que tocó en el palo antes de entrar para darle ventaja a su equipo de cara al partido de vuelta, aunque el Alavés ya demostró ayer que no se va a dar por vencido de antemano.
Gran imagen. El técnico asturiano recurrió de manera mayoritaria a futbolistas que conforman su segunda unidad y estos respondieron con un partido muy serio en el que en la primera parte se mostraron claramente superiores al Valencia. No obtuvo el Alavés la ventaja que se había merecido en esos 45 minutos, pero la misma llegó cuando más sufría aunque los locales le dieron la vuelta al partido.
Grandes minutos. El Alavés firmó una primera parte excepcional en la que generó hasta tres ocasiones de gol clarísimas por mediación de Rubén Sobrino y Hernán Pérez. No acompañó la puntería, aunque sí aparecería en la segunda parte con un disparo del de Daimiel directo a la escuadra de Jaume.
Sufrimiento final. Cuando mejor se había puesto la eliminatoria para el cuadro albiazul, un error de Sivera permitió el empate de un Valencia que se volcó tras la expulsión de Diéguez. Los locales acabaron adelantándose por mediación de Rodrigo y llegarán a la vuelta en ventaja.
Mientras que le duró la gasolina, el paraguayo fue letal por la banda derecha. Generó peligro con su uno contra uno y acompañó muy bien el ataque con dos remates peligrosos.
Cometió un error grave al no ser capaz de atajar el centro-chut de Guedes que se acabó convirtiendo en el 1-1 cuando la eliminatoria estaba de cara. Antes había estado muy bien.