Vitoria - En un encuentro que se perfilaba como clave para dar un salto importante en la clasificación y ganar una gran cuota de tranquilidad, el Deportivo Alavés salió seriamente dañado de Mendizorroza. La derrota contra el Espanyol, que se presentaba en Vitoria con la vitola de rival directo como casi todos los anteriores visitantes, vino a reafirmar los graves problemas que tiene este Glorioso cuando el rival le pasa la responsabilidad de llevar el peso de los partidos. Y es que el equipo de Mauricio Pellegrino vino a reafirmar ayer que ante rivales ordenados y que le cierran los huecos se atasca por completo. Su absoluto dominio durante gran parte del duelo apenas se tradujo en oportunidades. Algún cabezazo más o menos peligroso y poco más. Escaso bagaje ofensivo que no daba para más que sumar un punto. Eso de no mediar el desmadre defensivo que se vivió en un par de minutos en los que los albiazules parecieron desaparecer. Ni siquiera una nueva intervención salvadora de Fernando Pacheco fue suficiente, ya que a los pocos segundos Gerard Moreno ponía el 0-1 ante un cuadro local desubicado e incapaz de alejar el balón de su área tras la pena máxima. Ni reacción se produjo en una derrota de las que hacen daño.
Como acostumbra, redibujó Pellegrino su equipo desde la disposición de un novedoso 4-1-4-1 -otra variante a añadir al repertorio de esquemas-, con Llorente solo en el pivote, Krsticic por delante junto a Camarasa, Espinoza en el extremo derecho, la banda izquierda de El Sadar con Raúl por detrás y Theo por delante y el regreso de Deyverson a la punta.
Desde el arranque, y ante un Espanyol bien cerrado en tres líneas esperando las contras, el Alavés se adueñó por completo de la posesión y se echó, como acostumbra, a las bandas. Con tranquilidad a la hora de circular el balón, el objetivo final era buscar siempre a los dos extremos para poner servicios al área y forzar acciones a balón parado. La precaución hacia que mantenerla con las salidas de los pericos guiadas por un José Antonio Reyes amenazante en el juego entre líneas por su calidad para filtrar pases precisos por mucho que jugase al paso.
Tras el frío inicial por el silencio de las gradas, en cuanto Mendizorroza se encendió el equipo pisó el acelerador. Y comenzó a acumular ocasiones. Una media chilena de Camarasa que le llegó mansa a Diego López y, sobre todo, un servicio de Femenía que Deyverson cabeceó a las manos del guardameta, flojo y centrado, cuando lo tenía todo a favor. La respuesta la puso un Reyes genial, al que le mirilla se le desvió solo unos centímetros en una falta directa que estrelló en el larguero.
Esa acción supuso el despertar de los de Quique Sánchez Flores, más centrados hasta ese momento en contener que en generar. Y, cuando dieron el paso adelante, se encontraron con unos albiazules excesivamente contemplativos y para nada expeditivos. Así, consiguieron llevar el esférico hasta el área y generar sensación de inquietud, de las que, al menos, el cuadro local fue capaz de desprenderse en el tramo final del primer acto.
desastre final En el arranque de la segunda parte, el juego se encauzó de nuevo hacia los que habían sido los primeros minutos del partido. Un Alavés llevando el peso ante un Espanyol esperando su oportunidad. Dominio absolutista ante un rival cada vez más preocupado por conservar el punto, pero una capacidad casi nula para transformar esa superioridad en la posesión en acciones de peligro ante un Diego López que vivió tranquilo.
Enfilaba el duelo el tramo decisivo, el de las esperanzas y los miedos. Una victoria da muchísimo, pero lo importante siempre es no perder. Ni lo uno ni lo otro. El Glorioso unió a su dificultad habitual a la hora de concretar en el ataque una falta de ímpetu preocupante. En otros partidos también ha evidenciado problemas en el área rival, pero al menos siempre ha mostrado ganas de comerse el mundo. Ayer, ni eso. Y, para colmo, para completar el cóctel del desastre se produjo un desbarajuste defensivo de calibre mayor. Un disparo de Jurado, el balón que roza en la mano de Alexis mientras que se gira y otro penalti. Salvó los muebles Pacheco ante Gerard Moreno, pero el Alavés cayó a plomo. Lejos de venirse arriba con la parada magistral, se desmoronó por completo. Incapaz de alejar el balón de su área, concedió una serie de ocasiones intolerable en apenas unos segundos. Hasta que el delantero se desquitó de su error con un cabezazo tras saque de esquina. 0-1. No había Alavés para más. Una derrota de las que hacen mucho daño.
Sin filo. El Alavés volvió a apagarse en las proximidades del área rival, siendo de nuevo incapaz de concretar su posesión de balón en buenas oportunidades. Algunos cabezazos más o menos peligrosos fueron todo el bagaje de un equipo falto de piezas en el remate.
Desmadre atrás. El Espanyol parecía dar por bueno el empate, pero no desaprovechó el cruce de cables que protagonizó la zaga albiazul. Un penalti por mano de Alexis cuando se daba la vuelta lo detuvo Pacheco, pero el guardameta no encontró continuidad a su acierto en unos compañeros que fueron incapaces de alejar el balón del área hasta que marcó Gerard Moreno.
Tremenda espesura. El Alavés volvió a evidenciar ayer sus gravísimos problemas cuando actúa en Mendizorroza ante rivales que le dejan el balón y se cierran. Tuvo la posesión del esférico durante casi todo el partido, pero ese dominio no se tradujo en buenas oportunidades de gol. Además, el equipo estuvo excesivamente contemplativo en defensa, con el culmen de la acción que acabó en el 0-1.
Otro partido con una actuación personal para guardar en vídeo y enseñarla a los jóvenes que quieran jugar en el centro del campo. Pivote en solitario, dominó, dio grandes pases y apretó.
Pellegrino decidió sacrificar a Dani Torres para dar entrada al serbio, que solo apareció durante unos pocos minutos de la segunda parte ofreciendo de nuevo malas sensaciones.
0-1, minuto 81: Gerard Moreno. Saque de esquina en el que el delantero gana la posición entre Feddal y Torres para sacar un cabezazo cruzado alto.
Amonestó a Hernán Pérez (minuto 15), Feddal (minuto 26), Femenía (minuto 47), Camarasa (minuto 57), Víctor Sánchez (minuto 60), Deyverson (minuto 60) y Alexis (minuto 78).
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