Barcelona, donde Pellegrino perdió el apodo
El técnico estuvo un año en el Barça y en la última visita del Alavés al Camp Nou en liga
Vitoria - Tras haberlo ganado absolutamente todo en Argentina y Sudamérica vistiendo la camiseta de Vélez Sarsfield, Mauricio Pellegrino desembarcó en el fútbol europeo de la mano del Barcelona, club al que llegó cedido para la temporada 1998-99. Desde muy pronto pudo comprobar el interminable central de Leones que en Can Barça todo iba a ser diferente. Y lo primero que perdió fue el apodo. “Aquí el único Flaco es Cruyff”, le espetaron al poco de su llegada al central, así conocido -también como Longaniza- en su país natal. Apenas vivió Pellegrino una campaña en la Ciudad Condal, pero intensa como todas las de los grandes clubes. Eran aquellos los años de Louis Van Gaal en el Camp Nou, brillantes en las competiciones nacionales pero fracasados siempre en Europa. El técnico holandés se pasó mucho tiempo reclamando a su compatriota Frank de Boer y hasta su llegada en el mercado invernal confió en el central procedente de Vélez, siendo Abelardo la pieza prácticamente inamovible en el eje de la zaga. Pese a haber sido el decimotercer jugador con más minutos esa campaña y haber contribuido a ganar la Liga, el club blaugrana no ejecutó la opción de compra. Entonces fue el Valencia quien se hizo con sus servicios. En Mestalla, El Flaco se reafirmó como acaparador de títulos, conquistando en los siguientes años dos Ligas, una Supercopa de España, una Copa de la UEFA y una Supercopa de Europa. Ya en el Alavés, el argentino estuvo en el banquillo en la última visita liguera al Camp Nou, el 22 de enero de 2006.
Pese a que deportivamente las cosas no le fueron tan bien como esperaba, de su año en Barcelona guarda Pellegrino grandes recuerdos. Y unas buenas amistades que se han mantenido en el tiempo. Recientemente ha hablado de la de Abelardo, pero también con Luis Enrique, el actual técnico barcelonista, sigue manteniendo el trato después de tanto tiempo. - DNA