barcelona - El lateral izquierdo se había convertido en el gran quebradero de cabeza para Alberto a lo largo de la semana y después de muchas horas de darle vueltas a la cabeza el técnico irundarra optó por Marco Sangalli como solución de emergencia para esa demarcación en la que una tras otra se habían ido cayendo todas las alternativas con el paso de los días por culpa de la plaga de lesiones que ha afectado a la defensa y que ha venido a unirse a la ausencia del sancionado Medina. El donostiarra ya había jugado en dicha demarcación en el partido contra el Mirandés -también en su etapa de formación en la cantera de Zubieta tenía experiencia en ese puesto, aunque no desde que ingresó en el profesionalismo-, aunque entonces el preparador del Deportivo Alavés había utilizado esa variante buscando una versión más ofensiva de su equipo con el 0-2 en el marcador, pero ayer en nada se parecía el escenario al planteado aquella nefasta tarde en Mendizorroza, cuando el equipo ya se encontraba a la desesperada e importaba mucho más el ataque que la defensa.
En previsión de problemas por la presencia de jugadores de enorme calidad en la vanguardia barcelonista -Vinyals eligió a Sandro para actuar por el flanco zurdo de su línea de tres delanteros-, el preparador alavesista optó por situar a Toti en la banda derecha y devolver a Lanza a la izquierda. El salmantino, un futbolista de enorme desgaste y acostumbrado a dejarse el alma en la presión, supuso ese punto de apoyo para Sangalli, quien también recibió buenas ayudas desde el eje de la zaga de Laguardia y de Beobide desde el centro en los pocos momentos que existieron de necesidad en defensa.
Pese a ello, el filial barcelonista maneja semejante caudal de talento que en cualquier acción aislada puede llegar el peligro. De primera mano lo pudo comprobar el improvisado lateral albiazul, ya que un balón filtrado entre él y Laguardia lo remató Sandro al larguero en la mejor oportunidad del cuadro culé en toda la primera parte.
Por lo demás, el donostiarra no se complicó nada por el balón y sus incorporaciones al ataque fueron contadas. Y, cuando lo hizo, contó con las coberturas de Toti para evitar problemas. Así, en un par de saques de banda ejecutados por él mismo, el improvisado lateral se atrevió a avanzar metros hasta llegar a pisa incluso línea de fondo, aunque, eso sí, su prioridad en la tarde de ayer era no sufrir en exceso en unas tareas defensivas a las que no está acostumbrado.
Tras una parte de relativa comodidad, Sangalli se encontró con una cara nueva como oponente en la segunda. Vinyals decidió cambiar a Adama de banda y el donostiarra pudo medir su punta de velocidad con la de la Flecha de Hospitalet. El extremo culé es todo potencia y se le dejó claro al alavesista en su primera internada, pero a la siguiente fue el albiazul quien forzó la amarilla de su oponente. Los dos jóvenes lucharon de tú a tú durante 25 minutos y el donostiarra salió airoso de ese envite antes de reencontrarse de nuevo con Sandro.
Asentado completamente en el campo y sin amenaza por su flanco, incluso en los minutos finales se permitió en improvisado lateral derecho albiazul una cabalgada de muchos metros que le llevó al borde del área, pero en ese momento definitivo le faltó la chispa necesaria para culminar una acción que se dibujaba peligrosa. En resumidas cuentas, Sangalli cumplió con creces como improvisado lateral.