La línea de cuatro defensas con la que siempre juega el Deportivo Alavés se había mantenido igual de manera prácticamente invariable a lo largo de toda la temporada, pero ayer Alberto decidió darle una vuela casi completa a ese entramado que tan bien está funcionando y del que solo sobrevivió un Migue que se ha quedado como el único futbolista inamovible en el once del irundarra. Galán por la derecha para sustituir al sancionado Medina, Einar como central dejando en el banquillo por decisión técnica a Laguardia y, por segunda semana consecutiva, Castillo en el lateral izquierdo dejando en esta ocasión a Raúl García en una posición más adelantada. Casi todos poco habituales, pero el trabajo del equipo en este sentido es magnífico y lo que no cambió fue la seguridad de un Alavés que dejó imbatida la portería de Manu Fernández por cuarta vez esta temporada.
La mayor sorpresa, sin lugar a dudas, fue la presencia en el once inicial de un Einar que la anterior vez que fue titular, contra el Llagostera, fue por la ausencia del sancionado Laguardia. Ayer volvió a dar relevo al central maño, de lo mejor del equipo este año, pero en esta ocasión lo hizo por propia iniciativa de un Alberto que consideró que el vitoriano contaba con una punta de velocidad mejor que la de su compañero para frenar a Castro. El joven defensa albiazul cometió un grave error que a punto estuvo de ser fatal en los minutos iniciales, pero a partir de ese momento su actuación resultó impecable. Hay que mirar y remirar su ficha para constatar que aún solo tiene 20 años, ya que sobre el césped parece que lleva toda una vida jugando al máximo nivel. Tranquilidad, seguridad, buena salida con el balón... Todo lo bueno que se diga es poco de un futbolista que tiene un esplendoroso futuro por delante si mantiene su progresión.
Einar fue de lo mejor de un equipo que volvió a brillar a nivel defensivo echando el candado a una portería en la que Manu Fernández apenas sufrió ante el equipo en el que se formó como guardameta. La ocasión inicial citada de Castro y unos cuantos servicios a balón parado fueron todas las concesiones de un equipo que se cerró muy bien y que apenas sufrió.
Si Einar representó la gran novedad y la presencia de Galán se ha alternado con la de Medina, quien parece que ha llegado para quedarse es Castillo. El durangarra es un futbolista de mucho recorrido profesional al que los problemas físicos habían mantenido parado, pero ayer demostró que no se le ha olvidado jugar. Sobre todo en una segunda parte en la que conformó una pareja muy solvente con Raúl García en el carril zurdo y con sus incorporaciones al ataque creó mucho peligro. Varía la defensa, pero se mantiene la seguridad.
Rafa García. A los medios de comunicación vitorianos no les ha gustado nada que las primeras declaraciones públicas del jugador tras su lesión y después de abandonar el hospital las haya concedido a la andaluza ‘Canal Sur’ en vez de a la prensa local.