Eibar - Tenía el Deportivo Alavés la posibilidad de abandonar la zona de descenso cuando comenzó el derbi, pero cuando finalizó el duelo con el Eibar se encontró un poco más hundido y con la sensación de que va a necesitar hacer un pleno de puntos en los dos partidos que quedan por delante, los que se jugarán ante Numancia y Jaén, para conseguir mantener la categoría. No es misión imposible ni mucho menos viendo el rendimiento de este equipo a lo largo de las últimas jornadas, pero va a ser preciso un esfuerzo supremo para salvar los dos puntos de desventaja que en estos momentos separan a los equipos que permanecerían en la Liga Adelante (el Mallorca, con 47 puntos, marca la salvación) de los que caerían al pozo sin fondo de la Segunda B.
Tras los resultados de ayer, El Glorioso pierde un puesto en la tabla para volver a caer al penúltimo puesto y también cede un punto más con respecto al Mallorca, que tras su empate en Girona se va a los 47 puntos, los que en estos momentos determinan que se queda fuera de la zona roja. Dentro de la misma siguen Castilla y Girona junto al cuadro vitoriano, mientras que el Hércules, que sacó un punto, queda prácticamente desahuciado. En peligro todavía quedan Jaén y Mirandés, con 48 y 50 puntos respectivamente, mientras que el resto de los equipos que se encontraban amenazados cosecharon ayer resultados positivos que les permiten encarar las dos últimas jornadas con una calma absoluta de la que han carecido hasta la fecha.
La lectura positiva hay que verla en la victoria del Numancia ante el Deportivo, ya que el próximo sábado el conjunto soriano visitará Mendizorroza ya con la tranquilidad de haber asegurado la permanencia. La nota negativa de todo el cóctel de resultados de ayer fue la derrota del Jaén en casa ante una Ponferradina que ató la permanencia al tiempo que metió en serios problemas a los andaluces. Así, el último partido en La Victoria se augura de alta intensidad, ya que el cuadro jienés tiene la semana que viene una complicada salida a A Coruña.
Tiempo de sobra habrá para hacer cuentas y retorcer la calculadora hasta límites insospechados, pero en estos momentos la exigencia habla de la necesidad de sumar dos victorias consecutivas en los dos partidos que quedan para superar los 50 puntos, alcanzar los 51 y amarrar así, casi con total seguridad, la categoría. Todo lo que no sea sumar los seis puntos obligará a un ejercicio de equilibrio y combinación de las matemáticas aún imprevisible. La exigencia se hace máxima.