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1-0 (m. 80) Internada de Vélez que cede atrás a Tejera y el catalán tras un primer mal remate pasa a un retrasado Viguera que saca un disparo ajustado a la base del palo.
Amonestó a Raúl García (minuto 51), Generelo (minuto 55), Agus (minuto 59) y Samuel (minuto 76).
Vitoria - Noventa minutos en el mundo del fútbol dan mucho de sí, pero es difícil encontrar tantas variantes emocionales como las que ofreció ayer el Deportivo Alavés a una parroquia que gozó con un juego espectacular en la primera parte, sufrió durante toda la segunda con el despertar del Mallorca y, justo cuando peor se estaba pasando, vibró con un nuevo gol de Viguera que sirvió para ganar y que permite hacer algo más que soñar. Y es que la victoria hace creer que la permanencia ya no es cosa de un milagro, que el objetivo es alcanzable y que si El Glorioso es capaz de mantener la línea exhibida recientemente las opciones de salvarse son reales.
La única variación que realizó Alberto fue la obligada de Samuel por el lesionado Mora, pero lo más importante es que el equipo no varió ni un ápice su planteamiento agresivo y presionante que tan buenos réditos le dio en Huelva y salió a morder a un Mallorca que se vio ampliamente superado por la intensidad local. Como si fuera una manada de lobos, siempre bien organizados en busca de la presa, los albiazules lanzaron constantes dentelladas al flanco más débil del cuadro bermellón, en este caso una defensa tambaleante que solo se sustentó con las intervenciones de un Miño que hubo de multiplicarse. Los vitorianos mostraron una ferocidad inusitada en una primera parte sobresaliente a la que solo le faltó el premio del gol, que en justicia debieron ser varios. Viguera, Toti en dos ocasiones, Rubio y Manu García disfrutaron de un puñado de ocasiones clarísimas a las que se añadieron no pocas acciones a balón parado en las que el peligro fue una constante. Pero si en anteriores ocasiones este equipo ha necesitado un mínimo resquicio para hallar petróleo, ayer no haciendo un agujero de proporciones siderales encontró lo que buscaba.
superioridad sin premio En una primera parte primorosa, el Alavés borró del terreno de juego a un oponente que no hizo absolutamente nada y que bastante tenía con no perder el balón tras un par de pases. La presión agobiante y los propios nervios que atenazan al cuadro balear fueron una combinación maléfica para los de Carreras, que bien pudieron salir trasquilados y que se vieron beneficiados por la pasiva actitud de un colegiado como Munuera Montero que olvidó la parte del reglamento referida a las amonestaciones.
La superioridad local fue aplastante, con Toti sacando los colores a un Nsue poco acostumbrado a defender, Viguera campando a sus anchas con apariciones por todas las zonas de ataque y la dupla conformada por Beobide y Manu García marcando una intensidad de alto voltaje. Todo ello aderezado con una gran seriedad defensiva, la virtud de la que este equipo ha adolecido durante todo el curso. Así, lo peor del partido al descanso era su resultado, del todo inmerecido para un cuadro albiazul que había hecho sobrados méritos para conseguir una ventaja definitiva pero que una y otra vez chocó contra Miño.
El guión del partido cambió por completo en una segunda parte en la que el Mallorca sacó a relucir toda su calidad. Con un cambio de posicionamiento con Gerard Moreno más adelantado y total libertad de movimientos para el genial Asensio, el equipo de Carreras puso coto a la portería de un Crespo que desde la primera acción sacó galones a relucir. La actuación del meta cántabro en la segunda parte fue sensacional, con varias intervenciones de mérito. Eso sí, la más clara la erró con todo a favor Tomer Hemed, incapaz de meter a puerta vacía.
Zozobraba el Alavés, pero al cuadro vitoriano no se le olvidó dar algún mordisco en busca de esos tres puntos vitales. Con cada vez menos clarividencia, pero siendo capaz de aprovechar a la perfección los espacios. Así, apenas unos segundos después de la clamorosa ocasión de Hemed, una doble internada por la banda derecha de Rubio y Vélez sirvió para, por fin, batir a Miño. Fue Tejera quien tras un mal remate tuvo la lucidez de frotar la lámpara de la que salió el genio maravilloso. Pase atrás a Viguera y remate ajustado al palo del riojano, letal en el disparo. Gol, ventaja y resistencia en los minutos finales sin excesivo sufrimiento por la solvencia mostrada en defensa. Tres puntos que meten de nuevo al Alavés en la pelea por la permanencia. Tres puntos que sirven para soñar.
Dos partes diferentes. El Alavés se sacó de la chistera una primera parte asombrosa en la que pasó por encima a un oponente que se vio superado en todo momento. Desgraciadamente, el cuadro vitoriano no fue capaz de conseguir ventaja y en la segunda parte el Mallorca despertó y tuvo buenas oportunidades, pero la fortuna acabó sonriendo a los locales.
Dos triunfos seguidos. Por segunda vez en lo que va de temporada, el conjunto albiazul ha encadenado dos triunfos consecutivos. La anterior ocasión fue superando a Hércules y Mirandés. En esta ocasión, lo ha hecho dejando la portería a cero.
La zaga del Mallorca sufrió en toda su extensión la calidad del riojano, que firmó un partido de calibre mayor en el que puso en jaque a todos los defensas y logró un nuevo gol, el 23.
Es difícil poner a alguien en este espacio en partidos como el de ayer, pero al navarro le faltó un poco de presencia ofensiva aunque acabó siendo decisivo en la acción del gol.
Otra cara. El técnico irundarra dio continuidad al equipo y a la idea que tan buen resultado habían dado en Huelva y el Alavés firmó una primera parte memorable en la que pasó por encima de un Mallorca incapaz de contener la avalancha. Por desgracia, no se acertó en las ocasiones. En el segundo acto se sufrió, pero pudo resistir incluso con fortuna para conseguir un triunfo importantísimo.