Vitoria - El Deportivo Alavés se encuentra en una situación dramática y por si no tuviera suficientes dificultades acechándole, el siempre caprichoso destino parece decidido a elevar todavía algún grado más el listón a superar. De esta manera, en la que probablemente es su última oportunidad de reengancharse a la pelea por la permanencia y rescatar un mínimo hilo de esperanza, el combinado vitoriano visita una plaza que se ha convertido en un muro absolutamente infranqueable en los últimos tiempos. Y es que nada menos que veinte años hace que no marca un gol el conjunto albiazul en sus visitas al Recreativo de Huelva. Una pobre trayectoria que obligatoriamente tendrá que enmendar si aspira a regresar a casa con los tres valiosísimos puntos en liza.
Un objetivo que, en cualquier caso, no resultará en absoluto sencillo puesto que, al margen del más que deficiente rendimiento ofrecido por la escuadra de Mendizorroza a lo largo de todo el curso, enfrente se encontrará con un adversario en una situación diametralmente opuesta. El equipo onubense, de la mano del exbarcelonista Sergi Barjuán, se encuentra inmerso de lleno en la lucha por un pasaporte hacia la Liga de las estrellas y es el conjunto que durante más tiempo ha permanecido en posiciones de ascenso (únicamente en las jornadas 2 y 3 se encontró fuera de las mismas, mientras que en las 32 restantes ha estado en las dos primeras plazas o en las que conducen a la disputa del play off)
Se presenta, por lo tanto, un duelo a priori tremendamente desequilibrado pero que El Glorioso necesita nivelar a base de pundonor y coraje. Aunque lo cierto es que los precedentes del mismo únicamente sirven para reducir los ya de por sí escasos niveles de optimismo de la expedición albiazul. Al margen de las dos décadas que lleva sin marcar en el Colombino -aunque lo cierto es que ese último gol (anotado por el inolvidable Musti Mujika el 12 de junio de 1994 en el play off de ascenso a Segunda) supuso la victoria alavesa (0-1)-, lo cierto es que el balance general de sus visitas al feudo andaluz presenta bastantes más números rojos que negros.
De esta manera, de la docena de veces que han medido sus fuerzas ambas escuadras en el terreno onubense, en siete ocasiones el marcador final ha registrado una victoria local, en tres un empate y únicamente en dos un triunfo visitante. Para redondear la dificultad del escenario en el que tendrá que desenvolverse el plantel de Alberto López, el Alavés ha encajado a lo largo de todas estas visitas quince goles mientras que únicamente ha sido capaz de marcar tres.
Todos estos datos, en cualquier caso, deben quedar en un segundo plano. Conservar el finísimo hilo que mantiene al Glorioso con vida pasa por lograr la victoria este domingo y ese debe ser el único pensamiento de la expedición.