Vitoria - Si en su estreno como entrenador del Deportivo Alavés Alberto solo realizó dos permutas, ayer el técnico irundarra llevó a cabo una revolución en toda regla apostando en el once inicial por seis jugadores diferentes con respecto al día del Zaragoza. Rubio por Medina en la derecha, recomposición del eje de la zaga con Mora y Ortiz, presencia de Lázaro en el centro del campo, Nano como extremo en la izquierda y Vélez y Quiroga en punta. En esta demarcación se produjo la gran novedad del once por la ausencia de Viguera, quien por primera vez en el curso no era titular. Muchos cambios, pero ningún beneficio.

El equipo volvió a naufragar desde la defensa. La lentitud de Mora y Ortiz resultó exasperante y la falta de ayudas a Raúl García -las que realizó Nano fueron lamentables- propició que el peligro por el flanco diestro fuese una constante. Eso sí, mención especial hay que hacer al papel de Goitia, que sigue inamovible bajo palos a pesar de que su presencia está siendo muy venenosa para un equipo que necesita tranquilidad y que tiene en su portería a un guardameta que no aporta ninguna seguridad y es todo nervios.

Otra vez con dos goles en contra en el zurrón, seguramente lo peor de todo fue asistir por vez primera esta temporada a una bajada de brazos colectiva. El equipo entró en colapso definitivamente después de que el colegiado Lesma López le empujase al abismo inventándose un penalti. Con el 2-0 en el marcador llegó la desconexión mental. Este Alavés había dado la cara en los peores momentos y en cada partido que había recibido uno o varios bofetones. Ayer fue imposible.

Esa sensación de derrumbe anímico que se vio es lo peor. En estos momentos son las matemáticas lo único a lo que puede agarrarse este equipo, pero en el Heliodoro Rodríguez se apreciaron unas sensaciones desconocidas. Si mentalmente este Glorioso siempre había estado protegido por una coraza que parecía indestructible, ayer ese caparazón quedó hecho añicos. Ni una sola oportunidad clara en todo el partido. Ni un atisbo de reacción en la segunda parte. Ni una sola opción para mantener viva la fe. - DNA

Confianza. La presencia activa de Javier Zubillaga en los entrenamientos del primer equipo ha contado con el respaldo claro de la directiva alavesista a la que no le importan las especulaciones con tal de que el equipo tenga opciones de salvarse.