Síguenos en redes sociales:

El método Terrazas

El técnico del Mirandés es uno de los más peculiares del fútbol estatal

El método Terrazas

Vitoria - Escribir el nombre de Carlos Terrazas es hablar de fútbol en estado puro, de un entrenador forjado a sí mismo y de un apasionado estudioso del balompié al que se le acumulan vueltas y vueltas en el cuentakilómetros para presentarse allí donde haya un partido. Un hombre a un banquillo pegado desde que con 14 años asumió la dirección del equipo alevín del colegio Loyola Indautxu en el que estudiaba. Paso a paso, su nombre se fue haciendo importante en el ascenso imparable por todas las categorías del fútbol estatal que llevan hasta la Segunda División, su tope hasta la fecha. El único sueño que le queda por cumplir en este deporte es alcanzar la máxima categoría, aunque a él le gusta decir que sus expectativas quedaron colmadas cuando fue el responsable de coordinar las categorías inferiores del Athletic. Entonces marcó el destino de Lezama y de su mano, la de un profesor de fútbol, salió una generación de las más exitosas que se recuerdan. De gesto serio, extremadamente trabajador, impenitente viajero y renacido para la vida hace apenas diez años, cuando sufrió un grave accidente de tráfico en la localidad burgalesa de Lerma. Regresaba a la capital castellana, donde entonces entrenaba, tras ver un partido y su coche se salió de la carretera. Una parálisis radial en el brazo izquierdo fue, al final, la única consecuencia grave. Pero en ningún momento pensó en abandonar el deporte que es el centro de su vida.

A lo largo de una carrera que es de las más extensas del fútbol profesional, muchos son los futbolistas que han estado a sus órdenes. Y un buen puñado de ellos han pasado por la disciplina del Deportivo Alavés. Así, Joseba Arriaga, César Caneda, Ander Alaña y Geni recuerdan cómo fueron sus respectivas etapas con el técnico bilbaíno.

El primero en tener experiencia con Terrazas fue un César Caneda que ahora ha vuelto a reencontrarse con el técnico tres lustros después de su primer contacto en el filial del Athletic. "En estos años apenas ha cambiado. Tú lo llevas diferente porque el fútbol y la vida no los ves igual que cuando tienes veinte años, pero él sigue igual. Con unos cuantos años más, pero con las mismas ideas e ilusión", asegura el vitoriano, que ahora vuelve a tener como jefe a Terrazas en el Mirandés.

"Te imponía mucho, pero desde siempre ha tenido las ideas claras en lo que buscaba en cada equipo. Conoce a la perfección el mundo del fútbol y todos los equipos a los que se enfrenta. Estudia muy bien a los rivales y a los jugadores y después te transmite todo ese conocimiento para que puedas afrontar los partidos con garantías", recuerda un Alaña que lo tuvo como entrenador en el filial del Athletic con apenas veinte años. Diecinueve contaba por entonces Joseba Arriaga, que de aquella primera etapa le recuerda como un técnico centrado en que los chavales se convirtiesen en una opción de futuro para el primer equipo. Y tanto que lo serían, ya que de aquella camada de cachorros Iraola, Gurpegui y Aduriz, entre otros, se convirtieron en leones.

Esas etapas fueron anteriores al momento más dramático de la vida del técnico, el grave accidente de tráfico del que finalmente no salió tan mal parado como se preveía en un principio. César, Alaña y Arriaga coincidieron con el técnico en su breve periplo en el Eibar (2005-06) y el delantero veía al entrenador igual que siempre. Es decir, activo, gritón, y con aspecto de estar bordeando el ataque de nervios. "Yo le vi igual. En la experiencia vital algo le habrá cambiado por dentro, pero seguía apretando como antes", indica el futbolista.

Posteriormente llegó su etapa en el Jaén, un club al que cogió hundido y al que a punto estuvo de ascender. De nuevo estaba por allí Arriaga, un futbolista que ha vivido cuatro etapas distintas con el bilbaíno, pero también un Geni que encontró un técnico de calibre superior en su figura. "Es el entrenador con el que más he aprendido y el que más me ayudó a entender el juego. Tenía la sensación de que si hacíamos lo que él decía y lo que preparaba antes de los partidos, íbamos a ganar", destaca el asturiano.

Como ya hiciese anteriormente en el Burgos o en su etapa como coordinador de Lezama, en Jaén exhibió Terrazas su capacidad para organizar todos los aspectos deportivos del club, una tendencia que alcanzó su máxima expresión en Guadalajara. Desde el primer equipo hasta los benjamines, todo estaba bajo su control. "Tiene muchas ideas y muy buenas para los clubes en los que está. Es esa figura de mánager general que aquí no se estila tanto pero sí en Inglaterra y en los equipos en los que ha estado han mejorado en todos los aspectos", explica Geni.

viajero incansable Arriaga considera que es un hombre de fútbol "que está abierto las 24 horas", mientras que Alaña destaca sus "amplios conocimientos de equipos y jugadores, pero también de toda la gente que rodea el mundillo". Para César, se trata de "un friki del fútbol, pero en el buen sentido. Ha estudiado y tiene un montón de títulos. Se considera capaz de asumir un protagonismo mayor que solo ser entrenador. Es una manera de entender el fútbol y está metodología le ha dado resultados ya que solo le queda entrenar en Primera".

Una de las peculiaridades de Terrazas es que le gusta presenciar en directo cuantos más partidos pueda mejor. Antes de desembarcar en el Mirandés ya había visto a todos los equipos de Segunda y también a la mayoría de la categoría de bronce. Hace no tanto tiempo no era nada extraño verle en las gradas de los campos que el propio Alavés visitaba en Segunda B.

"No sé cuántos kilómetros tiene el BMW, pero seguro que le ha dado ya la vuelta al cuentakilómetros porque le gusta ver cuantos más partidos en directo mejor ya que considera que se aprecian mejor los detalles. Hay lunes que ha llegado a las seis de la mañana y se planta y te explica todo lo que ha visto", asevera un César que sigue exprimiendo las enseñanzas del técnico, que cuenta con una particular metodología de trabajo, como también explica Alaña: "Siempre está muy encima, tanto en los entrenamientos como en los partidos, exigiéndote máxima intensidad. Las sesiones de trabajo suelen ser cortas, dinámicas y amenas para el jugador, pero te exige siempre una gran intensidad".

El central vitoriano desvela la condición de profesor de Terrazas, un entrenador al que le gusta explicar a sus jugadores los entresijos del fútbol: "Piensa que la teoría es muy importante. Antes de empezar siempre tenemos una charla de cerca de una hora en la que explica lo que quiere de cada sesión". Arriaga matiza que aunque estudia mucho a los oponentes, "el estilo de juego de su equipo siempre es el mismo y no cambia. Contra el Alavés va a jugar igual que contra el Deportivo".

Un técnico peculiar y del que Geni asegura que no responde a la imagen de persona hosca que se tiene de él. "No es el ogro que algunos pintan. Es una persona muy dialogante con la que se puede hablar de cualquier cosa", sentencia el asturiano al tiempo que Alaña alaba que con él se pueda ir siempre de frente. "Lo mejor que tiene es que todo te lo dice a la cara y no se esconde y tú también le puedes decir con libertad lo que piensas", asegura. Un hombre que vive por y para el fútbol. Un entrenador que busca implicar a sus futbolistas y que vive este deporte apasionadamente. "Su actitud se contagia", resume César. Y allá por donde pasa es idolatrado. Su método funciona.