vitoria - Poco a poco, el Deportivo Alavés ha comenzado a reencontrarse con el camino que le permita escapar de la zona peligrosa de la clasificación y, tras doce jornadas y más de tres meses ubicado en puestos de descenso, el pasado fin de semana logró escalar hasta la decimoctava posición. El trabajo empieza a dar sus frutos y la mejora en el rendimiento del equipo resulta palpable. Sin embargo, el combinado albiazul todavía cuenta con una importante y peligrosa asignatura pendiente en su debe, las comparecencias en Mendizorroza.
Porque lejos de convertirse en la ayuda que normalmente empuja a los equipos cada vez que actúan delante de su público, los encuentros del Glorioso como local esta temporada se han transformado en una especie de tortura que acostumbra a traducirse en una inevitable pérdida de puntos. No en vano, el conjunto del Paseo de Cervantes únicamente ha sido capaz de conquistar la victoria en dos de sus nueve últimos encuentros como local. Un paupérrimo porcentaje del 22,2% que no mejora demasiado si se tienen en cuenta los datos de toda la temporada (tres triunfos de trece comparecencias para llegar hasta el 23,07% de éxito).
Unos números que evidentemente se han convertido en una pesada losa que está impidiendo el despegue definitivo del cuadro de Juan Carlos Mandiá. Y que, además, en caso de mantenerse la tónica, pondrían extremadamente difícil el objetivo de la salvación ya que, por bien que se hagan las cosas, resulta del todo imposible conservar hasta el final del curso el pleno de victorias como visitante que presenta en la actualidad el Alavés en sus tres salidas más recientes.
Por todo ello, la visita que el próximo domingo rendirá el Murcia a Mendizorroza adquiere una especial relevancia. Como los estudiantes que no son capaces de aprobar a la primera, la escuadra albiazul dispone de una nueva oportunidad para recuperar esta importante asignatura pendiente. Sin embargo, no le quedan por delante ya muchas más convocatorias, por lo que está obligado a hincar los codos al máximo para superar el examen como sea. Si lo consigue, cumplimentará varios objetivos en un solo movimiento. Para empezar mantendrá la línea positiva que arrastra en las últimas semanas, por otro se reencontrará con la victoria como local y, por si todo ello fuera poco, asestará un golpe importante a uno de los rivales directos en la encarnizada carrera por evitar el descenso al pozo de la Segunda B.
En cualquier caso, teniendo en cuenta los precedentes, el conjunto vitoriano deberá sudar de lo lindo para poder celebrar a la conclusión de los noventa minutos el haber conseguido su propósito. Y es que, hasta la fecha, sólo ha sido capaz de ganar en casa a Sporting de Gijón, Hércules y Lugo, lo que le convierte -igualado con el Alcorcón- en el segundo equipo de la categoría que menos triunfos obtiene como local, sólo pot detrás del Girona. La cosa no mejora mucho si lo que tenemos en cuenta son los puntos conseguidos. Con dieciséis en su haber, El Glorioso sólo es mejor que Alcorcón, Girona (ambos con catorce) y Hércules (quince).
Al menos, existe un dato que permite albergar una cierta dosis de optimismo sobre la suerte del Alavés este domingo. Porque si hace casi dos meses que la afición de Mendizorroza no disfruta viendo ganar a su equipo (desde que se impuso al Lugo el 14 de diciembre), mucho más hace que el Murcia no regresa de un desplazamiento con los tres puntos en su equipaje. Así el cuadro pimentonero, que saldó sus dos primeras salidas del curso con sendas victorias, no ha vuelto a degustar ese agradable saber. El duelo de la cuarta jornada ante el Deportivo en Riazor (0-1), hace ya más de cinco meses, fue su último triunfo a domicilio. El domingo el Alavés debe ser capaz de alargar esta racha.