vitoria. No tendrá un buen recuerdo Nacho Garro del encuentro que el pasado domingo disputó en Anduva frente al Logroñés. El vitoriano, una de las piezas clave del Mirandés, tuvo que abandonar el terreno de juego apenas a los dos minutos de haber comenzado el encuentro como consecuencia del encontronazo que sufrió con un jugador del cuadro riojano. Debido al choque, sufrió la rotura del arco cigomático de su pómulo lo que, si todo marcha según lo previsto, le mantendrá apartado de los terrenos de juego durante aproximadamente un mes.
El exjugador del Deportivo Alavés fue intervenido el lunes en el Hospital Santiago para recomponer la zona dañada y a partir de ahora deberá seguir un cuidadoso proceso de recuperación. Y es que el hecho de que el fútbol sea evidentemente un deporte de contacto y la posibilidad de que cualquier golpe fortuito pueda dañar el pómulo de nuevo antes de que el hueso esté completamente soldado obliga a extremar las precauciones. De hecho, el técnico mirandilla, Carlos Pouso, ya dejó claro que Garro no jugará con una máscara para poder acelerar su regreso a los terrenos de juego y que se esperará a que la lesión esté superada por completo.
En cualquier caso, este no es ni mucho menos el único contratiempo que afecta al Mirandés. El conjunto castellano está sufriendo en los últimos tiempos una plaga de lesiones y esto ha llevado a sus responsables a plantearse acudir al mercado de fichajes. Y es que la persecución que está protagonizando la Ponferradina provoca que el Mirandés no pueda descuidarse si desea asegurarse el primer puesto final. Como quiera que cuenta con la baja de larga duración de Iván Agustín, el conjunto burgalés podría incorporar a un nuevo miembro a su plantilla.