Vitoria. El nuevo Deportivo Alavés luce ya sus nuevos rostros. Algunos, los menos, son caras familiares para sus aficionados. La mayoría, sin embargo, se adentran en el día a día albiazul tras haber permanecido durante años en el anonimato baskonista, cómodos en ese segundo plano tan propio de la entidad del Buesa Arena. Ayer, la cúpula directiva que sucede a la familia Ruiz de Gauna tuvo su presentación en sociedad en la sala de prensa de Mendizorroza. Para muchos de ellos supuso su primer paso a la luz pública. Los focos, y con ellos las miradas de los miles de seguidores del Alavés, se centrarán a partir de ahora en su proyecto. Tras un dilatadísimo proceso de trasvase de poderes, el grupo inversor encabezado por Josean Querejeta es ya una realidad tangible para el alavesismo. Eso sí, que nadie busque al propio presidente del Baskonia en las fotografías. No le encontrarán. Dispuesto desde el principio a echarse a un lado en toda comparecencia pública relacionada con el club alavesista, Querejeta deposita su confianza en los mismos hombres que le han acompañado en sus exitosos años al mano de la nave azulgrana. Hombres entre los que, por encima de todo, destaca el que desde el pasado viernes es el 33º presidente del Alavés, Avelino Fernández de Quincoces.

Denominar al nuevo ocupante del sillón de Mendizorroza como "la mano derecha de Querejeta" sería quedarse cortos. A sus 50 años, este exdiputado de urbanismo y arquitectura y exconcejal del Consistorio vitoriano ha caminado de la mano de su amigo y jefe desde hace años. Proyectos como el BAKH o la primera ampliación del Buesa Arena fueron germinados bajo su batuta. Nacido en Armiñón, representante de la formación política Hamaika Bat -en su momento formó parte de Eusko Alkartasuna-, se licenció en Derecho aunque nunca ha llegado a ejercer como abogado. Durante los últimos días, Fernández de Quincoces no ha tenido problemas en admitir que tomar las riendas del Alavés no pasaba por su cabeza hasta que Querejeta se lo solicitó expresamente. Una vez cumpla con los objetivos que se ha impuesto -estabilizar la situación deportiva y económica de la entidad alavesista- abandonará el cargo para retomar su vena política.

Con 75 años, Franciso Javier Ortiz de Zárate aporta de nuevo su dinero para capitalizar el club como ya hiciera hace cuatro años cuando su hijo ocupó la presidencia del Alavés. Propietario de las empresas Ayzar o Razya, pasa en esta ocasión a ocupar la vicepresidencia del club y envía a su hijo Fernando al puesto de consejero. El antiguo presidente de la entidad vitoriana, con el que el equipo se salvó del descenso in extremis la primera temporada para caer a la Segunda B después tras los fichajes de Pereira y Cidoncha, se encargará en principio de presidir la Fundación albiazul. Padre e hijo se sentarán en un consejo en el que la representación baskonista -más allá de Quincoces y el propio Josean Querejeta- tiene el rostro de Santiago Martínez de Arenaza y Luis Querejeta.

Cuñado del presidente del Baskonia, Martínez de Arenaza (47 años) se convierte en consejero albiazul tras mucho tiempo haciendo lo propio en el Buesa Arena. Empresario industrial y de la construcción, ha inyectado parte de su dinero en esta nueva aventura aunque su rol en la junta directiva no diferirá demasiado del papel secundario que mantenía en el Baskonia, donde compartía cargo de confianza con el hermano del máximo dirigente baskonista. Luis Querejeta, de 52 años, accede también a la cúpula directiva del Alavés tras caminar junto a su hermano, con el que a lo largo de los últimos años ha creado varios negocios de restauración, desde que éste llegara al Baskonia hace más de dos décadas. Por su parte, Rafa Pedreira (45 años) entra en el mundo del fútbol por la puerta grande junto a Jesús Echave -que queda fuera de la cúpula directiva- ocupando un cargo como consejero en esta etapa de esperanza para el club del Paseo de Cervantes. Su padre, fallecido hace tres años, fue uno de los encargados de la construcción del pantano de la capital alavesa. Padre de tres hijos, es propietario de la empresa Balgorza, especializada en obra pública. Además, Roberto Larrañaga, de la empresa Zikotz, también aportará dinero, aunque se queda al margen de la directiva.

Finalmente, el más joven de los hombres del presidente será Alfonso Fernández de Trocóniz. Este abogado vitoriano de 38 años, antiguo estudiante de Corazonistas, no tendrá voz ni voto en el nuevo consejo alavesista, pero su cargo de portavoz y responsable de la parcela jurídica le convertirá en uno de los hombres más activos de la junta, encargado de tratar cuestiones como el concurso de acreedores, los juicios contra Piterman o el de Telefónica por los derechos de televisión de la final de la UEFA.