Vitoria. El nivel defensivo del Deportivo Alavés había levantado serias sospechas a lo largo ed toda la temporada, pero llegada la hora de la verdad el equipo de Miguel Ángel Álvarez Tomé ha conseguido vivir una transmutación completa para convertir en seriedad lo que antes era desorden. Si en el deporte en general el ataque sirve para ganar partidos, pero son las defensas las que dan los campeonatos, esta afirmación alcanza extremos insospechados en el mundo del fútbol, donde hasta el más ínfimo detalle puede acabar resultando decisivo. Así lo ha demostrado el cuadro albiazul en su primera eliminatoria hacia el ascenso, en la que ha conseguido desterrar todos los fantasmas que le venían acompañando para ofrecer una versión de sí mismo en la que la seriedad ha destacado por encima de todo, consiguiendo que el Melilla solo haya marcado un gol en los dos partidos disputados. Mantener esta eficiencia en la zaga puede resultar clave en esta cruenta pelea por retornar a Segunda División, en la que el más mínimo error se puede acabar pagando con la eliminación.
La ecuación se había repetido hasta la saciedad a lo largo de toda la semana. Dejando la portería de Dituro a cero, la clasificación era un hecho. Lo que es fácil de expresar suele ser complicado de conseguir, pero el Alavés demostró que a base de esfuerzo no existen los imposibles. Así, fue el enorme trabajo del colectivo, unido al acierto personal del guardameta argentino, el que propició que la portería albiazul acabase con el mismo guarismo con el que se inició el partido. El objetivo prioritario se había conseguido, lo que unido al gol de Óscar Martínez daba lugar a una clasificación que finalmente no resultó tan tortuosa como se esperaba a pesar de que los minutos finales fueron un manojo de nervios aflorando en las gradas de Mendizorroza.
Con la presencia en el cuartero defensivo titular de Igor Cuesta en sustitución del sancionado Alaña -en la segunda parte Javi Casas le dio relevo al portugalujo-, Álvarez Tomé situó alrededor de Dituro a una línea de plenas garantías que demostró con su trabajo y compenetración que tienen muchas más virtudes que las que se han visto en algunos tramos de esta temporada. Velocidad, anticipación y contundencia fueron claves para que el Melilla se acercase en contadas ocasiones a los dominios de Dituro. Eso sí, cuando los atacantes del cuadro norteafricano se atrevieron con sus disparos, tampoco se lo puso nada fácil el guardameta argentino.
El arquero de Bigand ha conseguido transmitir una seguridad en la portería de la que se había adiolecido en buena parte de la temporada. Dituro aporta fiabilidad en los balones aéreos, recurso muy habitual en la categoría, se maneja con destreza con los pies -pese a ello ayer dio un susto en un mal despeje- y es capaz de sacarse algunas intervenciones espectaculares, como la estirada con la que abortó el disparo desde la frontal de Honorio en el minuto 60, la que fue la más clara oportunidad de gol de que disfrutó el Melilla.
relevante pardo En esta mejoría del rendimiento defensivo también ha tenido mucho que ver la recuperación de Jules Pardo, auténtico muro de contención en el centro del campo. Con su aire desgarbado, el pivote francés aporta un enorme trabajo de desgaste y recuperación y es el líder dentro de la labor gris y sacrificada que se realiza desde el centro del campo. Trabajo, dicho sea de paso, del que nadie se evade, porque en el Alavés la defensa es labor de todo un colectivo.
Así, el cuadro albiazul consiguió dejar su portería a cero por décima vez en lo que va de temporada. También ha bajado de manera sustancial en esta eliminatoria el rendimiento goleador del rival, ya que de la media de 1,13 dianas encajadas por partido a lo largo de la temporada regular se ha pasado ahora, en dos partidos eso sí, a un promedio de 0,5 tantos encajados.
De esta manera, ese único gol encajado en los dos primeros partidos del play off convierten al Alavés, junto a un Murcia que ya está en Segunda y un Guadalajara que asusta, en el equipo que mejor rendimiento defensivo ha demostrado en las eliminatorias de los dieciséis contendientes que las comenzaron hace poco más de una semana.
Este enorme rendimiento defensivo le otorga aún más valor a los goles y aunque el rendimiento también ha bajado, la seriedad de la zaga hacen que valgan su peso en oro.