vitoria. La problemática situación financiera que sufre en sus carnes el modesto La Muela ha empujado a un lado el día a día puramente deportivo en el club zaragozano. Antes de viajar a Eibar, el presidente del club, Miguel Abbas, lanzó un órdago al asegurar que estaban dispuestos a retirarse de la competición de forma inmediata si en sus arcas no entraba dinero de las instituciones públicas. Recientemente, la Diputación de Aragón salió a la palestra y anunció que La Muela recibirá una subvención ya establecida previamente.
El problema es que esa cantidad podría no llegar al club hasta principios del próximo año. En principio, no parece que el encuentro del domingo en el campo de la localidad zaragozana peligre realmente. La directiva de La Muela tiene previsto abonar hoy mismo una de las dos mensualidades que todavía adeudan a sus jugadores.
De cualquier forma, todavía les restaría pagar las nóminas de octubre y del presente mes. Con un escaso presupuesto de 510.000 euros -uno de los más bajos de la Segunda B- la entidad aragonesa arrancó la presente campaña con un complicado peso sobre sus espaldas en forma de deuda acumulada. De hecho, según informaba ayer El periódico de Aragón, varios jugadores que militaron en el equipo la temporada pasada continúan a la espera de recibir el pago de hasta cuatro mensualidades, además de las primas por el ascenso de categoría alcanzado.
La semana pasada, el máximo mandatario de la entidad aragonesa también expresó su malestar por "la situación de discriminación" que atraviesa el club. Una realidad que él relaciona con el caso de corrupción vivido por la localidad en 2007. "Se han empeñado en mezclar la existencia de una entidad deportiva que lleva el nombre de una localidad que está señalada políticamente (en referencia al caso Molinos, de supuesta corrupción urbanística del consistorio) y así nos lo han hecho saber en numerosas ocasiones desde todos los estamentos y entidades", apuntó Abbas.