vitoria. Ahora mismo resulta complicado adivinar las consecuencias que pueden tener esos dos goles que ayer recibió el Deportivo Alavés cuando tenía el partido perfectamente controlado con el dos a cero. Lo que sí puede saberse es lo que habría sucedido si el equipo de Iñaki Ocenda hubiese tirado de oficio para amarrar la victoria. El cuadro albiazul, ahora mismo cuarto en la tabla, estaría igualado a 61 puntos con el Palencia y sería tercero. Aunque quizá lo más importante es que habría distanciado a cuatro puntos al Pontevedra, con seis por disputarse, y se habría colocado ya por encima de un Eibar que sigue en caída libre y que ayer cedió una nueva derrota en su feudo de Ipurua frente al filial de Osasuna.

El empate contra el Montañeros ha supuesto un problema de tamañas dimensiones al Alavés, que está obligado a obtener un triunfo en su visita al Celta (otra vez Vigo) y que luego debe jugar una auténtica final a vida o muerte frente al Pontevedra, un equipo que llega en una muy buena dinámica. Ayer, sin ir más lejos, el equipo gallego se llevó los tres puntos en su visita a un campo complicado como es el de Merkatondoa.

Apenas necesitó diez minutos el conjunto que dirige Pablo Alfaro para matar el choque. Igor y Charles echaron dos dolorosas paladas de tierra al conjunto estellés, que nadó contra corriente durante todo el partido, víctima de la ansiedad, pero al final sólo pudo recortar distancias con el insuficiente tanto del delantero navarro Lizoian. Así las cosas, el Pontevedra comprime la zona alta. Tiene 57 puntos, cuatro menos que el Palencia, tres menos que el Eibar y dos menos que el Alavés.

Y es que ayer, pese a lo mucho que se jugaban todos ellos, ninguno de los tres rivales del Pontevedra por ocupar dentro de dos semanas alguna de las tres plazas que permitan acompañar a la Ponferradina en el play off de ascenso pudo ganar. Al margen del empate del Alavés y la derrota del Eibar, el otro implicado, el Palencia, no pudo pasar del empate en el encuentro que disputó en el campo del Guijuelo. Tampoco puede dar por malo el empate el cuadro palentino, que tiene todo de cara para colarse en las eliminatorias. Con esos cuatro puntos de colchón y el duelo directo entre Alavés y Pontevedra de por medio, sólo una debacle inesperada lo dejaría fuera. El Alavés está obligado a ganar en Vigo y, si no, estará condenado a esperar algún favor ajeno. El Eibar, que sólo ha ganado uno de los ocho últimos partidos, parece el único predispuesto a echar un cable a sus rivales.